Pandemia sin freno. La OMS alerta que el covid-19 vuelve a estar "en auge" luego de semanas de retroceso

Maria Van Kerkhove, la responsable de la gestión de la pandemia en la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la covid-19 vuelve a estar "en auge" y que la transmisión del virus ha aumentado en la última semana en todo el mundo, y un 12% en Europa. Así, y tras cinco semanas consecutivas de reducción de los contagios de coronavirus, en la última semana, y debido en cierta medida a la circulación de las nuevas variantes, se está produciendo un incremento de la transmisión e, incluso, de los falleciminetos por el virus.

El incremento no sólo abarca a Europa sino también en el Sudeste Asiático (un 49% por la situación en la India), en la zona Este del Mediterráneo o en el Pacífico, mientras que en África, como excepción, se está observando un "ligero descenso" de la transmisión en los últimos siete días, pero que sin embargo muchos analistas señalan como consecuencia de la poca cantidad de testeos en ese continente.

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Según afirmó Van Kerkhove en conferencia de prensa: "en Europa y en otros zonas se está dando una combinación que favorece la transmisión como, por ejemplo, las presiones para abrir las economías, las dificultades para cumplir con las medidas en vigor, así como el hecho de la distribución de la vacunación no es equitativa y las variantes que están surgiendo son más contagiosas".

La funcionaria de la OMS instó a los gobiernos a que tomen medidas que permintan a las personas poder cumplir con las medidas de aislamiento. Sin embargo para ese
fin, los Estados deberían garantizar que las patronales cumplan los protocolos para los trabajos esenciales, algo que "falla" en los países de todo el mundo, además de que en todo el mundo millones de trabajadores y trabajadoras se encuentran obligados a viajar en transporte público de forma hacinada no pudiendo cumplir con las mínimas medidas de prevención. Sobre estos temas desde la OMS no se hacen pronunciamientos.

Junto con la aparición de nuevas cepas como las de Reino Unido, Sudáfrica, Río de Janeiro y Manaos, la producción y distribución de vacunas continúa siendo un problema mundial. La OMS afirmó el mes pasado que de las 200 millones de vacunas contra el covid-19 que se aplicaron en el mundo casi el 80% se concentra en 10 países ricos. Del otro lado hay más de 210 países y territorios con más de 2.500 millones de personas, que no se ha recibido ni una sola vacuna.

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Las grandes farmacéuticas y laboratorios se niegan a liberar las patentes, que permitirían una producción y acceso más masivo y extendido. Se llega al colmo de la irracionalidad cuando hay fábricas en distintos países que afirman tener la capacidad de producir cientos de millones de vacunas en poco tiempo si las patentes estuvieran liberadas.

La guerra de las vacunas es, ante todo, un negocio. La industria farmacéutica y de laboratorios recibió 10.000 millones de dólares de fondos públicos para financiar sus vacunas, según la revista The Lancet. Sin embargo sigue siendo un bien escaso por su negativa a compartir los conocimientos y declararla un bien público. Al revés, está al servicio de aumentos siderales de sus ganancias. Un estudio que tomó una muestra de 30 compañías del rubro, reveló que sólo en 50 días del 2021 obtuvieron ganancias de 91.830 millones de dólares respecto al cierre del 2020.

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Mientras tanto, a las nuevas cepas, que son más contagiosas, se agrega el regreso a las aulas y a otros lugares de trabajo donde no hay condiciones de higiene y seguridad acordes. La llegada de las segundas olas y terceras en algunos países europeos, se toma como un hecho consumado pero hay medidas que podrían tomarse, el problema es que los Estados en el mundo eligen priorizar los negocios de una minoría de empresarios, garantizándoles sus ganancias, en lugar de poner como primera prioridad la salud y vida de las mayorías trabajadoras.