En el mediodía del jueves decenas de jóvenes y trabajadoras, entre ellas del sector de la salud, llenaron de pañuelos verdes las escalinatas del edificio símbolo del oscurantismo platense.
Jueves 14 de junio de 2018 16:56
En la mañana de este jueves, minutos después de que en el Congreso la Cámara Baja diera media sanción al proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, en La Plata la convocatoria corrió como reguero de pólvora por grupos de Whatsapp y de redes sociales.
La cita era en la esquina céntrica de 7 y 50 de la capital bonaerense, frente a la Plaza San Martín. Y la consigna era llevar los, ya emblemáticos, pañuelos verdes.
Poco después, un nutrido grupo de jóvenes y trabajadoras se movilizaron a las escalinatas de la Catedral, ubicada en 14 entre 51 y 53. Entre ellas médicas y enfermeras de los principales hospitales públicos de la ciudad, empleadas de la obra social IOMA y estudiantes secundarias de la zona.
Algunas de esas compañeras de lucha integran la Corriente de Izquierda y la Agrupación Pan y Rosas.
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Solo faltaban tres cosas para inmortalizar la imagen. Por un lado, organizarse para salir lo mejor posible en la foto. Segundo, que haya fotógrafas y fotógrafos amigos que lo hagan con calidad. Tercero, que la jerarquía eclesiástica no atinara a hacer lo que suele hacer, por ejemplo llamar a la Policía o intentar bajar a patadas a las mujeres de la escalinata.
Las tres cosas se dieron en pocos minutos y las cámaras dispararon sus flashes. Fue entonces cuando las sonrisas que ya portaban esos rostros desde temprano se ensancharon aún más al son del (también ya emblemático) canto “¡aborto legal, en el hospital!”.
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Como se sabe, la Catedral de La Plata es un símbolo del oscurantismo clerical. Desde allí, con el recientemente jubilado Monseñor Héctor Aguer a la cabeza (quien lleva años percibiendo un sueldo de máximo privilegio pagado por el Estado) se fogoneó parte de la campaña reaccionaria autodenominada Salvemos las 2 vidas.
En la mañana del jueves las puertas de la Catedral se mantuvieron cerradas. Y los pañuelos verdes coparon la escena.