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Red Internacional
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La UIA agita el fantasma de la estatización

El titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) Héctor Méndez, advirtió ayer en conferencia de prensa que la reforma a la Ley de Abastecimiento impulsada por el Gobierno podría derivar en una “estatización del mercado”. Méndez reiteró la posibilidad de concurrir a la Justicia, aunque reconoció que aún “falta mucho para llegar a esa instancia”.

Esteban Mercatante

Esteban Mercatante @EMercatante

Miércoles 27 de agosto de 2014

El proyecto fue tratado ayer en comisiones en el Senado, y tuvo varias modificaciones aceptadas por el kirchenrismo para excluir a las empresas pequeñas, y las medianas que no tengan "posición dominante de mercado", impedir las clausuras definitivas y eliminar del texto a la Secretaría de Comercio como autoridad de aplicación. Al respecto de las modificaciones, los dirigentes industriales. Al respecto, señalaron que "es un avance relativo, una mala ley aplicada a menos gente".
Desde que el kirchnerismo anunciara la intención de modificar la ley de Abastecimiento, entre sectores empresarios y opositores se ha recurrido a la comparación con las medidas económicas llevadas a cabo por el chavismo en Venezuela. Ayer el medio MDZ reiteró la misma comparación.

Aunque con estos anuncios el gobierno anuncia que estará en condiciones de asegurar mejor acceso de los bienes a precios adecuados para el conjunto de la población, ni la experiencia venezolana con la que se lo compara ni los antecedentes del propio gobierno en materia de precios y regulación resultan alentadoras. Sin ir más lejos, los acuerdos de “Precios cuidados” no han servido para frenar la tendencia alcista de los precios y por el contrario han permitido a las grandes marcas y las cadenas de comercio minorista aumentar su cuota de mercado. Y esto no se debe a fallas en la aplicación sino a la estrategia en la que se basan los mismos. En igual sentido, el predecesor del actual Secretario de Comercio Augusto Costa, Guillermo Moreno, hacía gala de gestos duros hacia el empresariado pero realizaba acuerdo con los actores de “posición dominante” que ningún fruto dieron en el objetivo de controlar los precios, pero sí se acompañaron de importantes incentivos a los empresarios involucrados.
Con estos antecedentes, la preocupación que exhiben los industriales tiene un sustento muy débil.