Los datos de noviembre arrojan un crecimiento del IPC del 6,8%, frente al 7,3% de octubre, debido a la bajada de los precios de la energía y de los combustibles. Sin embargo, la inflación subyacente aumenta una décima al 6,3% y refleja la pérdida histórica del poder adquisitivo de la clase trabajadora y los sectores populares.
Jaime Castán @JaimeCastanCRT
Martes 29 de noviembre de 2022
El Instituto Nacional de Estadística (INE) anunció este martes los datos sobre el Índice de Precios del Consumo (IPC) de este mes de noviembre de 2022. La inflación bajó otro medio punto al 6,8% en noviembre debido a la caída del precio de la luz y carburantes, en un descenso gradual desde el techo alcanzado en el mes de julio del 10,8%.
Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye de su análisis la energía y los productos frescos por su mayor volatilidad, sube una décima hasta situarse en el 6,3% este mes. Un dato que más allá de discursos triunfalistas afines al Gobierno, refleja que la inflación como problema estructural vino para quedarse y su impacto erosiona los salarios y el poder de compra de la clase trabajadora y los sectores populares.
Indicador adelantado Índice de #precios de consumo #IPC. Noviembre 2022
Variación anual: 6,8%, medio punto por debajo de la de octubre
Inflación subyacente. Tasa anual: 6,3%, aumenta 1 décima
Nota de prensa: https://t.co/moyrDSlH8y
Resultados: https://t.co/a8nE3zqaRQ@es_INE #INE pic.twitter.com/85PaJ5M5mE— INE España (@es_INE) November 29, 2022
Un 80% de los hogares en el Estado español se han visto afectados por el aumento de los precios, ya sea realizando la compra en supermercados o en los lugares de ocio. Así lo ha recogido el ’Informe Europeo de Pagos de Consumidores’ que ha realizado la empresa Intrum. Este destaca a su vez que el 63% de los encuestados ha tenido que ajustar sus gastos, renunciando a actividades sociales (que han disminuido en un 58%) o buscando descuentos y ofertas. El 21% reconoce no haber podido pagar facturas durante los últimos 12 meses.
Los datos de este mes señalan, por un lado, que el Estado español se sitúa como uno de los países con una disminución más rápida de la inflación en la Unión Europea. El INE destaca en esta bajada “las medidas puestas en marcha para amortiguar el alza de los precios”, como topar el gas. Si bien se apunta también que es consecuencia de la menor demanda por la menor actividad económica y un mes de noviembre menos frío que otros años. Así como otros factores a tener en cuenta, como que la luz y los carburantes ya estaban con precios elevados el pasado mes de noviembre de 2021.
Ahora bien, en segundo lugar y más importante, el 6,3% de inflación subyacente en este contexto en el que los salarios, cuando suben, lo hacen muy por debajo de esa cifra, muestra una pérdida histórica del poder adquisitivo de la clase trabajadora y los sectores populares.
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La retórica “progresista” que reivindica las políticas del Gobierno frente a la inflación tratan de ocultar esta realidad en la que, ante una nueva crisis son las grandes empresas capitalistas las que hacen negocio y siguen enriqueciéndose, mientras las trabajadoras y trabajadores pagan el coste.
En los últimos 6 meses la renta real de las familias ha descendido un 6%, una cifra que representa la mitad de lo que se hundieron en el periodo entre 2008 y 2014. Mientras tanto el IBEX35 suma entre enero y junio de 2022 unos beneficios totales de 31.310,5 millones de euros, una cifra un 12,7% superior a la registrada en el mismo periodo de 2021 y el 61,6% superior a la registrada en 2019, antes de la pandemia.
A lo que hay que sumar la política militarista de este Gobierno de PSOE y Unidas Podemos y sus Presupuestos Generales para el 2023 que suponen el mayor incremento en gasto militar por décadas, alcanzado los 27.617 millones de euros entre las partidas de Defensa y las repartidas en otros ministerios.
Frente a la inflación y al militarismo del Gobierno, desde la CRT e Izquierda Diario llamamos a las organizaciones sindicales, políticas y sociales de la izquierda a levantar un plan de lucha que defienda las condiciones de vida de la mayoría trabajadora, con medidas de urgencia como:
1. Subida de emergencia de salarios y pensiones y cláusulas de reajuste automático según el IPC real.
2. Reparto de las horas de trabajo: jornada de 30 horas semanales sin reducción salarial.
3. Control de precios y balances contables públicos de las grandes empresas.
4. Ampliación sustancial del presupuesto de sanidad, educación y servicios sociales.
5. Nacionalización bajo control obrero de los bancos, las eléctricas y las empresas de servicios públicos.
6. ¡Abajo los Presupuestos militaristas! ¡Paralización de los envíos de armas! ¡Retirada de todas las tropas en el extranjero! ¡Cierre de las bases de la OTAN!