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Red Internacional
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“La clase obrera unida jamás será vencida”: ¿y si hacemos realidad esa unidad con un encuentro nacional?

Hay un nuevo despertar de luchas de nuestra clase, porque la situación es inaguantable y porque los patronos públicos y privados hacen lo que les da la gana con los derechos laborales. Pero estamos luchando separados y así somos más débiles. En cambio, los empresarios y el Estado se dan la mano para mantenernos pisados. Muchos pensamos que necesitamos la unidad de los trabajadores del sector público y el privado, de los de la industria, los servicios, la educación y la salud.

Martes 17 de mayo de 2022

Esa consigna que cantamos en las movilizaciones es muy acertada y nos da ánimos, pero toda la potencia de esa unidad de nuestra clase aún no es realidad. En la modesta asamblea que se hizo al final de la movilización unitaria del 1ro de Mayo en Caracas, planteamos la importancia de organizar lo más pronto posible un encuentro nacional de trabajadores en lucha, y hubo acuerdo. Compañeros en lucha como los de Mondelez y Bimbo están de acuerdo con la idea y quieren ponerle manos a la obra.

Este sábado los obreros del aseo urbano, de Supra Caracas, tomaron las instalaciones de Las Mayas, en Coche, protestando por la brutal reducción de salario que les hicieron, desconociendo cláusulas del contrato. El mismo sábado, unos kilómetros más allá, en la plaza Bolívar de El Valle, se concentraban trabajadores cementeros rechazando la imposición de un contrato colectivo chimbo, pactado entre la Corporación dizque “Socialista” del Cemento y un sindicato de maletín de la corriente sindical del PSUV (la UBT), desconociendo los sindicatos legítimos de los obreros del cemento. En otras ciudades del país también se dieron concentraciones de los cementeros ese día.

Con el antecedente del paro de varios días en Sidor semanas atrás, el fin de semana estallaron nuevos paros y acciones de protestas en varias empresas básicas de Guayana, en la planta de Pellas los obreros ocuparon las oficinas administrativas, en Ferrominera también se pararon. También la semana pasada se pararon de 6 am a 8 am los obreros de Coca-Cola Femsa en seis distribuidoras y dos plantas. Los trabajadores de Mondelez Barquisimeto se movilizaron hace dos semanas a Caracas y continúan haciendo asambleas en planta, en un ambiente de agitación que puede terminar en la huelga si la empresa mantiene su intransigencia de no cumplir el contrato y negarles un HCM digno. Un mes atrás, el 9 de abril, en una acción inédita los trabajadores de Farmatodo realizaron una jornada de protesta y paro parcial a nivel nacional.

Se podrían mencionar otros casos, pero esta selección sirve como ejemplo el estado de ánimo que recorre a nuestra clase. ¿Qué tiene en común todos estos casos? La violación de los derechos conquistados en las contrataciones colectivas, los salarios de pobreza. Y visto más de conjunto, el punto común es la decisión del gobierno y del capital privado de mantener las condiciones de súper explotación de la clase trabajadora como la base de la “nueva situación” del país que nos venden.

No es una cuestión aislada, no es cosa individual de algún que otro empresario o de algún presidente de empresa pública o alto funcionario, es una política nacional, del Gobierno y de los capitalistas, es una política patronal de conjunto contra toda la clase obrera. La pregunta es entonces, ¿por qué nuestra clase va a seguir luchando por separado? Necesitamos coordinarnos y unirnos para defendernos juntos, para golpear con un solo puño.

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Ejemplos y necesidad de la unidad obrera

Cuando la última semana de abril los sidoristas dijeron ¡basta! y paralizaron la producción, a los días recibieron por video un mensaje de los trabajadores de planta Casima del Complejo Siderúrgico Nacional, quienes son también siderúrgicos y estaban también en paro de brazos caídos: “A nuestros compañeros de Sidor, por favor no se dejen embaucar... que se aplique el aumento salarial como tiene que ser. Desde aquí les brindamos todo nuestro apoyo y contamos con uds.”.

Lamentablemente no hubo tiempo de que se pudiera avanzar en que esa voluntad se expresara en algo más concreto, lo que hubiese sido el paso siguiente más lógico, y además necesario. Porque como escribió en ese momento un compañero sidorista de nuestra corriente (la LTS): “¿por qué estamos luchando separados? Somos todos trabajadores siderúrgicos y tenemos casi los mismos problemas, estamos en la misma zona, el patrón es el mismo, el Gobierno Nacional, nada justifica que nuestras fuerzas se mantengan separadas. ¿No podemos impulsar una coordinación entre los del Complejo Siderúrgico Nacional y Sidor, una reunión para coordinar y sumar fuerzas entre los Casima y los de Sidor?”

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Recientemente, los trabajadores de Bimbo que llevan más de un año luchando contra los despidos antisindicales de la empresa, se encontraron con la comisión de los sindicatos de Mondelez que estaba en las mesas de negociación Caracas, para expresarles su solidaridad y avanzar en tejer lazos de coordinación como clase trabajadora.

El Grupo Bimbo es una multinacional mexicana (presencia en 33 países, ventas anuales por más de 15 mil millones de dólares) que aquí pisotea como les da la gana todos los derechos laborales: despiden trabajadores estando de vacaciones, teniendo fuero sindical, siendo delegados de prevención o teniendo inamovilidad por tener hijos con discapacidad. Por si faltara violencia y despotismo patronal, cuando un trabajador le entregó a uno de los gerentes una copia del contrato colectivo diciéndole que debían cumplir con eso, ¡el tipo tiró el contrato al piso y dijo que eso no tenía validez ahí! ¡Ah, pero si uno se mete en la página oficial de la multinacional verá que “por 6ta ocasión” le dieron un premio por ser de las empresas “más éticas del mundo”!

Mondelez es uno de los principales monopolios de alimentación a nivel mundial, emplea más de 100.000 trabajadores en decenas de países, y en su planta de Barquisimeto lleva adelante una de las relaciones de súper explotación más repugnantes y miserables: se niega a cumplir con todas las cláusulas del contrato y con la venta de ¡dos galletas! paga el salario de todo un día de un trabajador, mientras los trabajadores producen al día miles de esas galleticas.

Ambas son de la industria de los alimentos. ¿Cómo no unirse para pelear contra estos monstruos? Es una necesidad. Y peor aún si tomamos en cuenta que ambas cuentan con la vil complicidad del gobierno, a través del Ministerio del Trabajo.

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De hecho, ahí mismo en Lara se viene de una experiencia muy lamentable en otra empresa de la alimentación, Alimex, donde desmantelaron la lucha y la organización sindical criminalizando a cuatro de sus dirigentes, llevándolos incluso a la cárcel durante algún tiempo. Allí se trató de capitales venezolanos, en alianza con sectores militares y el gobierno. Posiblemente otra hubiese sido la historia si los compañeros de Alimex no hubiesen quedado aislados en su lucha, si hubiese habido una verdadera y fuerte unidad de la clase obrera, ¡para que no sea vencida!

Algo similar podríamos indicar en el caso de los compañeros de la Coca-Cola, donde desde 2018 empezaron miles de despidos disfrazados de suspensiones, amparándose en la interpretación del artículo 148 de la LOTTT. O en el caso de los trabajadores de la Polar, con miles de despedidos que llevan 6 años luchando contra ese poderoso grupo empresarial, otro caso de capitalistas venezolanos. En todos esos casos el gobierno es cómplice, por omisión consciente o por autorizar directamente las suspensiones. ¿Y si se coordinaran esas luchas? ¿Y si la lucha de los suspendidos de Coca-Cola se une con la de los activos que hicieron el paro parcial días atrás?

En Guayana los trabajadores de Masisa vienen reanimando su lucha contra esta transnacional de capitales chilenos, que lleva años incumpliendo el contrato y ahora quiere negociar un nuevo contrato chimbo con el sindicato patronal que, además, está vencido y no tiene ninguna legitimidad para representar a los trabajadores. Allá mismo en Guayana otros trabajadores de la madera exigen derechos, son los de Maderas del Orinoco, en este caso una empresa pública, el patrón es el Gobierno, el mismo gobierno que acudió el año pasado a reunirse con los directivos de Masisa e hizo caso omiso a las quejas de los obreros.

En el sector público los trabajadores universitarios vienen librando una importante batalla por defender los derechos de la convención colectiva, contra el inaudito autoritarismo y descaro patronal que modifica como le da su real gana los montos a pagar. Allí se vienen logrando algunos niveles de unidad importante en Caracas, entre varios sindicatos de empleados y obreros de varias universidades, aunque aún insuficiente para contrarrestar los golpes recibidos.

En la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) hay más de 70 reclamos por las tablas impuestas o incumplimientos. ¿Y esos 70 reclamos se expresaran en acciones de lucha unificadas? Si los compañeros de Mondelez tienen que ir a la huelga en condiciones de “ilegalidad”, porque el Ministerio del Trabajo sigue en complicidad con esa poderosa transnacional, ¿los vamos a dejar solos? Los compañeros de Bimbo están por ahora en debilidad ante la transnacional, pero si su reclamo se hace parte de un mismo reclamo de una poderosa marcha nacional unificada de trabajadores, las cosas podrían cambiar.

Pongamos manos a la obra

Otra consigna que cantamos es “Venga compañero, que se está levantando el movimiento obrero”, pero tendríamos que hacerlo realidad. Un primer paso importante sería un gran encuentro nacional de trabajadores en lucha, donde compartamos las distintas experiencias de lucha y podamos votar un plan nacional de lucha y movilización unificado. Un plan que responda a las necesidades obreras y populares, nuestro plan de lucha como clase.

Un encuentro para comenzar a hacer pesar en la escena nacional la enorme fuerza que sería la clase obrera si actuara unida y con independencia como clase frente a los distintos bandos políticos patronales que se disputan el control del país.

La fuerza de nuestra clase es potencialmente enorme, si se pone en acción de manera unificada y con combatividad. Al fin y al cabo es nuestra clase la que produce y mueve diariamente el país, desde la producción hasta los servicios, desde la administración pública hasta la educación y la salud. Pero eso aun es en potencia, falta desarrollarlo como tal. Hasta tanto no lo hagamos, corremos el riesgo de que nos derroten por separado, de que nos desgasten, de que alguna lucha dura quede aislada, es decir, cosas que ya han ocurrido en los últimos años. No podemos permitir que vuelva a ocurrir.

En el Espacio Sindical que se reúne en Caracas e impulsó la importante marcha unitaria del 1ro de Mayo está en agenda lo del encuentro, aunque no se termina de definir. En simultáneo, los compañeros de Bimbo y Kaft plantean poner en pie una coordinación impulsora del encuentro. Consideramos que no hay que dar dilaciones al asunto, que los compañeros y compañeras que tienen puestos dirigentes en los sindicatos deben ponerse al frente de impulsar con fuerza que se concrete este encuentro para comenzar a hacer realidad la unidad de la clase obrera.

Llamamos así mismo a los demás compañeros trabajadores que están en lucha aun sin ser representantes sindicales, a que también impulsemos este encuentro. Ser dirigente sindical no tiene por qué ser un requisito para impulsar este encuentro y participar. Debe ser un espacio para forjar la unidad de nuestra clase, de nuestras luchas.

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Ángel Arias

Sociólogo venezolano, nacido en 1983, ex dirigente estudiantil de la UCV, militante de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) y columnista de La Izquierda Diario Venezuela.

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