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Red Internacional
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Opinión. La crisis del agua en Alajuelita: Una llamada urgente a la solidaridad y la acción

Publicamos una colaboración enviada a nuestra redacción, sobre las implicaciones de la crisis del agua en el sector de Alajuelita.

Miércoles 24 de abril

En Alajuelita, hemos conocido diversos relatos desgarradores que evidencian la cruda realidad que enfrentan nuestros vecinos en medio de la crisis del agua. Nos encontramos con casos como el de una persona recién operada que se ve obligada a vivir sin acceso al vital líquido mientras cuida a sus ancianos padres de 90 años y más de 80 años respectivamente ambos dependientes de pañales.

Paralelamente, comunidades enteras se ven forzadas a recoger agua de quebradas, con más de 15 días sin recibir ni una gota del recurso vital.

La situación se torna mas desesperante cuando algunos vecinos deben levantarse a las 4 de la madrugada para intentar recolectar agua en baldes, enfrentándose a una presión insuficiente que les permite solo una pocas horas para abastecerse de lo necesario. Incluso aquellos que tienen la suerte de contar con un tanque de agua potable se ven frustrados por la baja presión que les impide llenarlo por completo. Y para empeorar las cosas, los camiones cisterna, en muchas ocasiones no llegan a todas las comunidades como lo son Barrio María Auxiliadora, sector del 11 de abril, Barrio Miravalles, calle El barro, priorizando escuelas, colegios y centros de salud pero sin atender las necesidades urgentes de quienes más lo necesitan. Estas soluciones temporales son apenas un parche en una herida que sigue sangrando.

Además, los vecinos denuncian la existencia de una injusticia flagrante en la distribución del agua. Mientras en San Josecito condominios como Felicia y Rio lindo, negocios y comercios gozan de un suministro ininterrumpido compartiendo tuberías con las comunidades aledañas, estas últimas se ven privadas del recurso básico para subsistir.

Pero la situación no se detiene ahí. En Alajuelita, los vecinos reportan un dramático aumento en los casos de enfermedades estomacales, diarreicas y respiratorias, afectando a familias enteras. Esta carga emocional se suma al estrés financiero que implica la escasez de agua. Muchos se ven obligados a incurrir en gastos adicionales para lavar la ropa en lavanderías fuera del cantón, o a recurrir a alimentos preparados al no poder cocinar sin agua. Para algunos trabajadores, esta situación se traduce en la disyuntiva de asistir a sus labores con ropa sucia o sin poder asearse adecuadamente.

Esta situación es un claro reflejo de las profundas desigualdades y vulnerabilidades que existen en nuestra sociedad. Mientras algunos tienen la posibilidad de recurrir a soluciones temporales, como comprar agua embotellada -como dijo el presidente- o recurrir a lavanderías fuera del cantón, otros se ven completamente desamparados y expuestos a los peligros que conlleva la falta de acceso al agua potable.

Es hora de que nos unamos en solidaridad y resistencia ante esta crisis. Es hora de exigir soluciones concretas y a largo plazo que garanticen el acceso equitativo al agua potable para todos los habitantes de Alajuelita, Hatillo, Desamparados, Guadalupe, Moravia, Goicochea, Tibás y de Costa Rica en su conjunto. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de velar por el bienestar de todos nuestros ciudadanos, sin dejar a nadie atrás.

¡Solidaridad y lucha por el derecho al agua para todos!

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