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Red Internacional
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Cumbre en Rusia. La cumbre entre Putin y Kim Jong-un y la guerra de Ucrania

La cumbre entre Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un por momentos parecía una postal de la Guerra Fría. Kim llegó en su tren blindado, un lujoso armatoste verde militar, que por su peso viaja a escasos 60 km. por hora. El líder norcoreano sigue la tradición de la dinastía familiar, que siempre evitó el transporte aéreo, aunque irónicamente la leyenda cuenta que su padre, Kim Jong-il, sufrió una crisis cardíaca y murió a bordo de su tren.

Jueves 14 de septiembre de 2023 21:46

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El sitio elegido para la reunión, el cosmódromo Vostochni, una base espacial ubicada en el Óblast de Amur (Siberia), en el confín oriental del territorio ruso, aporta su cuota de simbolismo al cuadro de conjunto.

A tono con los realineamientos geopolíticos que surgen del choque de dos tendencias estructurales –la decadencia hegemónica del imperialismo norteamericano y la emergencia de China y otras potencias menores- y después de su fallido acercamiento con Donald Trump, Kim se alistó con el Kremlin contra Estados Unidos/OTAN. Una disputa que no tiene “bando antiimperialista” como pretende Kim, sino que enfrenta a estados capitalistas que pugnan por sus intereses igualmente reaccionarios.

No hubo comunicado oficial ni conferencia de prensa sobre lo resuelto en la reunión, que algunos han llamado con sorna la “cumbre de los parias”, señalados por las potencias occidentales como la misma peste.

La hipótesis más plausible es que este aproach entre Pyongyang y Moscú, que se viene acelerando desde el inicio de la guerra de Ucrania, esté motorizado sobre todo por la necesidad mutua. Rusia necesita las piezas de artillería que Corea del Norte produce y stockea en cantidad. Y el régimen norcoreano necesita prácticamente todo lo que Putin le pueda dar a cambio, desde alimentos y petróleo hasta quizás lo más preciado: tecnología avanzada para seguir desarrollando y perfeccionando el arsenal nuclear.

Estas transacciones son inconfesables, sin comprometer sobre todo a China que a pesar de la incomodidad que le genera, sigue siendo un aliado fundamental del régimen norcoreano.

Pero no es solo Putin quien recurre a la península coreana en busca de alivio militar que permita sostener el esfuerzo de guerra. La filtración de documentos del Pentágono de abril de 2023 reveló que el gobierno norteamericano ingenió una triangulación con Corea del Sur para abastecer de municiones y piezas de artillería a Ucrania. Esta operación dejó expuesto al gobierno de Yoon Suk-yeol, el presidente derechista surcoreano aliado de Washington, que si bien insistía con su versión de que no enviaba armamento letal directamente a Ucrania, en los hechos contribuía a mitigar la escasez de municiones y artillería ante la prolongación y la intensidad del conflicto.

Lo curioso es que si esto es así, es decir que si tanto Estados Unidos como Rusia están acudiendo al auxilio de los frondosos arsenales que se vienen acumulando en la península coreana, estamos ante una imagen invertida de la Guerra Fría.
Desde hace más de 70 años, tanto durante la guerra como luego del armisticio de 1953, Estados Unidos ha armado hasta los dientes a Corea del Sur, hoy ese activo militar es puesto al servicio de los objetivos norteamericanos en la guerra de Ucrania.

Nada indica que China esté detrás de estos movimientos de sus aliados. Incluso desde un punto de vista, va en contra de sus intereses de mantener la estabilidad en la península coreana. Peor aún para Xi Jinping, la dinámica entre una mayor colaboración entre Rusia y Corea del Norte puede profundizar la cooperación militar entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, que se reafirmó en la llamada “cumbre trilateral” en Camp David de agosto. Muestras de que en la guerra de Rusia/Ucrania-OTAN se perfilan los conflictos entre grandes potencias.


Claudia Cinatti

Staff de la revista Estrategia Internacional, escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.