Estudios de la Universidad de Harvard y de Yale revelan cifras de la brecha educativa y la falsa meritocracia de las elites, confirmando que la educación es un privilegio para unos pocos.
Jueves 29 de diciembre de 2022
Estudios de las universidades de Yale y Harvard en EEUU, este ultimo publicado en español como “Por que fracasan los países” de James Robinson, pusieron en cifras las diferencias abismales de educación, y como y donde se educan sectores de la burguesía chilena. Donde:
En el libro, "Por qué fracasan los países" de James Robinson (Harvard
University), y en el estudio, aun sin traducir del Elite Colleges and Upward Mobility to Top Jobs and Top Incomes de Seth Zimmerman (Yale University) en https://
www.nber.org/papers/w22900, que toma como referencia a los principales colegios de los más ricos del país, St. George’s, Verbo Divino, The Crange School, Sagrados Corazones Manquehue, Tabancura, San Ignacio El Bosque y Craighouse.
Una prueba de la brecha generada entre colegios para ricos y para pobres es la PTU, donde los resultados este año mantiene a los colegios privados del sector oriente con los mejores resultados.
¿Cuál es el origen de la educación de Mercado en Chile?
En educación el golpe de estado marco un antes y un después, poniendo fin a una tradición que se venia edificando a inicios del siglo XX por estudiantes y trabajadores. Donde el movimiento estudiantil, por medio de movilizaciones y organización, logro conquistar demandas tales como la elección de rectores y autoridades universitarias, tener decisión sobre la orientación de investigaciones y docencias por parte de estudiantes, paso a planta de profesores, entre otras demandas.
Ya después con la dictadura militar, y la consecuente detención política, tortura y asesinato, de miles de trabajadores, campesinos, mujeres y estudiantes; se impone el sistema neoliberal, que después fue perpetuado y consolidado por los gobiernos de transición.
Se terminó con la gratuidad en la educación, y bajo una lógica de despolitización se desarticularon centros de estudiantes y federaciones universitarias. Quitando al estudiantado su rol dinamizador y precursor de cambios sociales.
Si bien, tras las movilizaciones estudiantiles, que partieron con la revolución pingüina del 2006, se conquistaron algunas demandas mínimas, estas fueron desviadas por las burocracias. Terminando en logros parciales que desmovilizaron a amplios sectores y terminaron perpetuando los pilares de la educación neoliberal.
Pero, educación gratuita, no sexista, democrática y triestamental, son demandas que aun movilizan al estudiantado, y que solo se conquistaran sobrepasando a esas mismas burocracias y logrando una coordinación y organización bajo un programa que ponga a las demandas al frente, sin rebajarlas al mínimo de lo posible.
Porque solo se terminará con la brecha educativa, cambiando la lógica mercantil que pone a la academia al servicio del gran empresariado y de las clases de elite, por una lógica de educación al servicio de los y las trabajadoras y las necesidades reales de la población. Esto se conquistará por medio del acceso universal a la educación, democracia tri-estamental, y un financiamiento en base a impuestos a las grandes riquezas. Y estas demandas no se alcanzarán espontáneamente, serán fruto de la organización y movilización, de estudiantes, trabajadores y pobladores.