La pandemia puso a prueba al sistema educativo, volviendo visibles todas sus carencias que ya venían arrastrándose.
La pandemia causada por la COVID-19, derivó en una mayor crisis económica, que paralizó al mundo entero; esto profundizó la marginación, la precarización, la pobreza y, por ende, trasciende en el incremento de la explotación.
Esta situación puso a prueba al sistema educativo, volviendo visibles todas sus carencias que ya venían arrastrándose. Con la aprobación de las clases virtuales a través del programa Aprende en Casa 1, los pasados meses de abril a julio, encontramos que existe el casi nulo o nulo acceso a las telecomunicaciones en particular por parte de las y los estudiantes provenientes de los sectores más pobres y de la clase trabajadora. Potenciado por la falta de capacitación sobre su uso, el menoscabo de la profesionalización docente a cargo del gobierno en favor del uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para la educación –aun cuando se impartan cursos que aportan, pero no especializan y que muchos de esos cursos no podemos tomarlos en las circunstancias actuales, pues implican más horas frente a la computadora, horas de las que no disponemos por hacer el trabajo de contención en casa con nuestra familia, cuidando la supervivencia–, entre otros pesares para la comunidad educativa.
Inherente a esta problemática, pensemos en los estudiantes que deben compartir la televisión con sus hermanos en edad escolar, con sus padres, si es que trabajan en casa, o con otros familiares que están en su mismo hogar resguardándose durante la contingencia sanitaria; pasa lo mismo con el uso de las computadoras y celulares, además de que es antipedagógico realizar los trabajos escolares en aparatos pequeños como un teléfono y que, muchos de estos aparatos, no cuentan con los programas necesarios.
Al respecto, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), publicados en su Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2020, arroja que el 25 % no cuenta con computadora por falta de recursos, mientras que el 55.7 % de los hogares no cuentan con conexión de Internet. Los datos que no arrojan estas estadísticas son los antes mencionados sobre que deben compartir sus recursos en familia, por ejemplo.
Todos estos obstáculos, y otros de índole económico y social, se interponen entre el derecho a la educación y la estrategia de educación teledirigida puesta en marcha por la Secretaría de Educación Pública (SEP), atentando contra el programa Quédate en casa, definido por el Consejo Nacional de la Salud. Los estudiantes, al no contar con los servicios mencionados, deben salir a los negocios donde rentan Internet o buscar los espacios públicos donde el recurso sea “gratuito”, además, quienes no cuentan con lo anterior, deben conseguir los materiales impresos –como los cuadernillos propuestos para los que no tengan ni televisión ni red cibernética– vulnerando la propia existencia.
Estos impedimentos se agudizan en los estados con mayor rezago del país [1], tales como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán y Veracruz, donde el índice de pobreza y de rezago educativo ya estaba muy por encima de las demás entidades federativas; además, según estadísticas expresadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF) del 31 de enero de 2020, se expresa que los jóvenes de entre 12 a 29 años son de los más golpeados por la crisis económica y las políticas de austeridad, pues representan el 42.4 %, que son 16 millones de personas. Mientras que, en situación de pobreza extrema, son 7.1 %, es decir, 2.7 millones de jóvenes, como se muestra a continuación.
Cuadro 1. Pobreza y pobreza extrema en grupos específicos de población
Nuestras niñas, niños y jóvenes se encuentran en jaque, ya que ante la crisis económica que atraviesan sus familias, deben abandonar sus estudios para trabajar y apoyar con los gastos, ya sea para comprar medicamento o para asegurar las condiciones mínimas de supervivencia y contención durante la pandemia; pues, hay poco más de 92 mil personas que resultaron como casos sospechosos y 63 mil 819 decesos conocidos. Situación que no debería cargarse en los hombros de los que menos tienen, sino que es responsabilidad de las acciones políticas del gobierno federal o, en su caso, de las inacciones como son los testeos masivos que exigimos desde el inicio de la crisis sanitaria.
Pedagogía de la educación en manos de las televisoras
Las autoridades educativas y gubernamentales, en acuerdo con empresarios como Azcárraga y Salinas Pliego, a quienes se les adjudicaron prolíficos contratos, el más reciente por 450 millones de pesos a Televisa-TV Azteca y, otro en marzo a Banco Azteca de 969 millones de pesos, nuevamente acuerdan la continuación de los Planes y Programas de estudio con clases virtuales y a distancia para que los 37 millones de estudiantes en México accedan a los contenidos programáticos.
Para que la clase trabajadora y los sectores populares avancemos en organizarnos debemos afrontar distintas problemáticas, que pueden conspirar o favorecer esto. Como la propia acción del régimen político, la existencia o no de instituciones propias de nuestra clase o la misma lucha de clases. Asimismo la mayoría de las veces estamos excluidos de la vida política por falta de intelectuales que se apuesten a superar su organicidad con el orden existente, en favor de la crítica a la hegemonía del sistema capitalista. Como menciona Hugues Portelli al estudiar el concepto de hegemonía según Gramsci [1], “ya que sus representantes [de las clases subalternas dominadas] son en realidad los intelectuales orgánicos subalternos de la clase dominante y su organización autónoma no sobrepasa, generalmente, el estadio económico-corporativo”.
Se entiende que los acuerdos e imposiciones de la clase hegemónica empresarial, cuyo interés es mantener a flote el sistema arriba mencionado, son procesos de dirección política e ideológica llevados desde las instancias de poder político institucional en complicidad con los capitalistas. Por tanto, es urgente que las maestras y madres de esa juventud precarizada demos un giro que permita organizarnos y construir nuestra propia dirección política e ideológica, para que no eduquen a nuestros hijos y estudiantes empresas, como Grupo Salinas, que fueron responsables, durante la pandemia, de la negligencia criminal que se cobró la vida de varios trabajadores.
Las autoridades educativas dan mucho crédito al uso de la televisión, la radio o la internet, mientras que, quienes vivimos en carne propia el Aprende en casa 1, pudimos identificar todas sus carencias y perversidades; es que las NNA [2], a lo sumo, reciben información, pero se pierden procesos fundamentales en la construcción de los aprendizajes como la interacción entre pares o la socialización de los temas, de tal manera que no se retroalimentan ni generan nuevas ideas o pensamientos. Incluso, en la mayoría de los casos, no pudieron recibir la retroalimentación adecuada debido a los impedimentos de una comunicación a distancia, que resultó segmentada, no garantizada por el Estado. Eso coloca a los estudiantes en una posición de simples receptores de información, totalmente contrario a una concepción pedagógica de lo que implica aprender.
“La comunicación es la función principal del lenguaje”, como lo explica Vygotsky [2] en su obra sobre Pensamiento y Lenguaje, “el intercambio social”. Al respecto, el pensador explica que anteriormente, cuando se estudiaba el lenguaje a través de la observación de elementos, esta función estaba disgregada de otra fundamental, la intelectual; se presentaban como funciones individuales, aunque paralelas, sin procurar atención a su condición estructural y evolutiva de conjunto. Actualmente, la psicología científica toma por axioma que “el entendimiento entre las inteligencias resulta imposible sin una expresión mediatizadora”, a saber, el lenguaje.
Con lo anterior queremos hacer hincapié en que, la transmisión racional e intencional de la experiencia y el pensamiento propio a los demás, requiere un sistema mediatizador con muchas aristas de un vaivén, de un dar y recibir, mismas que se desarrollan, por ejemplo, cuando el receptor se convierte en emisor y viceversa. Se identifica el tono de voz adecuado en situaciones determinadas, se aprende a usar el lenguaje no verbal, sobre todo, con la retroalimentación que incluya un análisis previo, con el diálogo debatido donde se aclaren dudas o se viertan nuevas ideas; y que, el prototipo de éste, es el lenguaje humano nacido de la necesidad de intercomunicación durante la vida cotidiana, imposible en una visión educativa teledirigida donde, únicamente, se recibe información programada.
La experiencia magisterial y de las familias de estudiantes durante los meses escolares que duró la pandemia, permitió comprender que la educación no se trata de “sálvese quien pueda”, donde sólo los que tienen mejores condiciones y servicios en casa “estudiaron”, pues aun así hubo quienes no comprendían los temas, otros consideraron que era contenido repetitivo ya visto en clase y poco productivo. Todo esto atenta contra el derecho a la educación básica, pública y gratuita para la población más vulnerable. Además, se reafirma lo investigado por Vygotsky respecto de que las convenciones superiores del intercambio humano se forjan cuando su pensamiento refleja una realidad conceptualizada y que la interacción con otras personas, así como la realidad en sociedad, debe ser inminente para realizar la construcción de los aprendizajes.
Pedagogía acrítica en el programa Aprende en Casa 2
Consideramos que hay dos teorías educativas más cercanas a la educación teledirigida, resultando en un remache de ambas y que atentan contra la pedagogía que abone en una educación integral: la Teoría del conocimiento operante de Skinner [3], también instrumental, de la década de los 20; y el Modelo tradicionalista. Aunque en el contexto actual ya casi no se habla de estímulo-respuesta, refuerzo positivo, objetivos operativos, instrucción programada, entre otros conceptos que forman parte del discurso comportamentalista, que se tradujo en el reforzamiento de materiales educativos y, aún con sus limitantes, explicaba la relación inequívoca entre la conducta voluntaria del cuerpo y del lenguaje con el medio ambiente.
La tendencia al conocimiento operante en el programa Aprende en Casa, la observamos en la mecanicidad de las tareas que exige tener que estar frente al televisor varias horas tratando de anotar la información y actividades que son requisito para la evaluación. El constante bombardeo de información y la secuencia de imágenes en extremo llamativas, con las que intentan distraer el pensamiento de las y los jóvenes, pretenden imponer un modo de actuar pasivo frente al contenido y, en extremo, activo frente a las instrucciones dadas por los conductores; tener que anotar con una velocidad supra humana, hace indispensable el uso de videos pregrabados para poder repetir la información una y otra vez, para encontrar las respuestas correctas sin necesidad de analizar el contenido de las mismas.
Mientras que, para efectos de la educación de corte tradicionalista, que sugiere la condición de recibir información sin la capacidad crítica frente a la autoridad televisiva, encontramos que su oposición es la propuesta de Ausubel, Novak & Hanesian [3], que en seguimiento a los aportes de Vygotsky, resulta más contundente con la actualidad. Ellos afirman que el aprendizaje debe anclarse con los conocimientos previos del aprendiz; es decir, no se trata únicamente de memorizar los conocimientos, ya que, cuando el material de aprendizaje es relacionable con la estructura cognitiva solamente de manera arbitraria y literal, lo que da como resultado es un aprendizaje mecánico. La diferencia con el aprendizaje significativo es la capacidad de relación con la estructura cognitiva que no debe ser arbitraria ni literal, dando como resultado a otros aprendizajes como el aprendizaje representacional [4], aprendizaje conceptual [5] y aprendizaje proposicional [6].
Cabe recalcar la diferencia entre comunicación y la simple recepción de ideas. La primera es un proceso complejo donde no basta sólo hablar, debe romper esa barrera superficial, se trata de pensar, analizar, proyectar pensamientos, opiniones, sentimientos, y que tanto el emisor como el receptor comprendan lo que el otro quiere decir, pero si hay duda o desacuerdo también puedan resolverlo [7]. Es a través de las conversaciones que nos relacionamos con el otro, constituimos equipos, organizaciones, sociedades, proyectos, pues comunicación es, además de socializar, llevar a cabo acciones comunes. Pensar y comunicarse forman parte de una unidad inseparable. La segunda únicamente trata, valga la redundancia, de recibir información sobre un tema sin desarrollar todo el demás proceso comunicativo.
Sobre el intercambio de significados, como se menciona anteriormente, dicho acto consiste, no sólo en la transmisión del mensaje de manera literal, sino que debe estar contextualmente aceptado. Novak[4], adopta la teoría de Ausubel, pero la profundiza y observa la importancia que tiene el intercambio de sentimientos en su Teoría humanista de la educación, donde afirma que un evento educativo debe estar acompañado de una experiencia afectiva, ya que el aprendizaje significativo y la predisposición para aprender son inherentes en el sentido de que la persona que quiere aprender está predispuesta a llevarlo a cabo, recíprocamente, la sensación negativa genera sentimientos de rechazo hacia los nuevos conocimientos.
Algo que se toma de manera negligente por parte de las autoridades educativas, que frente a la situación actual que vivimos las familias, ha intentado convencer a las y los docentes, a través de los Consejos Técnicos Escolares, de que tenemos que hacernos cargo de la condición emocional de las y los estudiantes para garantizar su bienestar, desechando la responsabilidad gubernamental sobre la reapertura económica en pleno pico de la pandemia, que trajo innumerables pérdidas y contagios, así como el estrés de docentes, estudiantes y sus familias por obligarlos a terminar e iniciar un nuevo ciclo escolar sin las condiciones adecuadas para ello.
La educación, al servicio de la comunidad educativa
Llegamos a la conclusión de que una educación sin los recursos ni el acompañamiento pedagógico adecuado es, meramente, un tapón gubernamental para decir que se evita el rezago cuando, en realidad, la mayoría de estudiantes dejarán de ser atendidos en sus necesidades escolares que, de por sí, ya eran ignoradas por los gobiernos anteriores cuyos planteamientos y reformas educativas neoliberales, lejos de cancelarse, continúan y hasta se profundizan a través de las prácticas de la administración actual [8]. El problema no debería depender de la voluntad del docente, sino de las condiciones adecuadas para la educación pública.
En lugar de destinar millones para pagar a las televisoras (dicho sea de paso, rescatarlas de la crisis en que se encuentran), esos recursos deberían ser utilizados para la construcción del equipamiento de más y mejores escuelas para evitar el riesgo que provoca el hacinamiento y dotarlas de todo lo necesario para que desempeñen su función social sin ningún riesgo para las y los estudiantes y sus familias, así como para la vida de las y los trabajadores de la educación.
Como describe Carmen Jarpa en su artículo Función política de la educación en el pensamiento de Antonio Gramsci [5], la función del Estado respecto a la educación consiste en “elevar a la gran masa de la población a un determinado nivel cultural y moral” de acuerdo con “los intereses de las clases dominantes”, de manera que no asegura el desarrollo pedagógico íntegro de cada estudiante proveniente de la clase trabajadora y los sectores populares, ya que los intereses de la burguesía son que los estudiantes de dicha clase, puedan desempeñar un rol activo dentro de los límites del sistema capitalista donde son explotados y oprimidos. Por lo contrario, hay que enfrentar esto y sostener una perspectiva para que la educación aporte a la emancipación de las y los trabajadores, lo cual implica que los docentes asumamos una crítica radical del orden existente.
Así, si los docentes acompañamos las necesidades e intereses de los estudiantes y sus familias, y luchamos por una educación a su servicio, al tiempo que bregamos por que la clase trabajadora conquiste el poder político, estaremos más cercanos a la consecución del desarrollo académico acorde con el nivel cultural y moral que desean, y no al servicio de una calificación que, únicamente, acredite su desempeño académico conforme a los intereses de las clases dominantes, para convertirlos en mano de obra barata.
Fuentes bibliográficas de consulta
[1] PORTELLI, Hugues (1977). Gramsci y el bloque histórico (4a. ed.). México: Siglo XXI
[2] VYGOTSKY, Lev (1995). Pensamiento y Lenguaje. Teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas. Traducción del original ruso por María Margarita Rotger. Argentina: Ediciones Fausto
[3] AUSBEL, D., Novak, J., Hanesian, H. (1978). Educational Psichology: A cognitive View (2a. ed.). New York: Holt, Rinehart & Winston
[4] NOVAK, J. D. (1981). A theory of education. New York: Cornell University Press
[5] JARPA, Carmen (2015). Función política de la educación en el pensamiento de Antonio Gramsci. Chile: Revista Electrónica de Epistemología de Ciencias Sociales, ISSN-e 0717-554X, No. 53
Fuentes mesográficas de consulta
• Diario Oficial de la Federación. ACUERDO por el que se da a conocer el informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social de las entidades, municipios y demarcaciones territoriales para el ejercicio fiscal 2020. Consultado el 14 de agosto de 2020 en http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5585363&fecha=31/01/2020
• ESTRADA, Sulem. Reforma educativa de AMLO, ¿continuidad de los planes neoliberales para la educación? Consulta el 14 de agosto de 2020 en http://www.laizquierdadiario.com/Reforma-educativa-de-AMLO-continuidad-de-los-planes-neoliberales-para-la-educacion
• Gobierno de México. Conferencia encabezada por Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, desde Palacio Nacional. Consulta el 12 de agosto de 2020 en https://www.gob.mx/presidencia/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-informe-diario-sobre-coronavirus-covid-19-en-mexico-250133?idiom=es
• MODONESI, Massimo (2018). Consideraciones sobre el concepto gramsciano de “clases subalternas”. Consulta el 21 de agosto de 2020 en https://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2018/04/12/Consideraciones-sobre-el-concepto-gramsciano-de-%E2%80%9Cclases-subalternas%E2%80%9D
• Visualizador analítico para el COVID-19 con datos de INEGI. Consulta el 14 de agosto de 2020 en https://www.google.com/search?q=muertes+por+covid+mexico&oq=muertes+por+covid+mexico&aqs=chrome.0.69i59j0l6j69i60.1860j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8
• INEGI (2020). Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019. Consulta el 20 de agosto de 2020 en https://www.inegi.org.mx/programas/dutih/2019/default.html#Tabulados
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