Nos acercamos a conocer la feria de la Plaza de los cañones en Temperley, que en palabras de sus integrantes nos cuentan las dificultades que vienen atravesando para mantener sus fuentes de trabajo frente a la crisis sanitaria, las respuestas hostigantes de la municipalidad y como se organizan para continuar manteniendo el espacio
Lunes 26 de abril de 2021 16:02
La realidad de los trabajadores feriantes es una de las que se vio duramente afectada desde el comienzo de la crisis sanitaria que tuvo inicios el año pasada, a su vez se trata de un sector muy grande que está invisibilizado tanto en los medios como por la falta de políticas por parte de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales.
Actualmente se encuentran incluso hostigados por la negación de respuestas a sus exigencias y amedrentamientos por parte del municipio de Insaurralde y la policía para poder ejercer sus puestos de trabajo que son su único sustento económico. Frente a la nueva ola pandémica, esta vez sin ninguna medida paliativa como fue el IFE, es necesario darle voz y elevar los reclamos de todos estos sectores cada vez más golpeados.
Uno de estos casos es el de la feria de la Plaza de los Cañones, ubicada en la estación de Temperley. Se trata de un espacio que viene funcionando hace ya casi 10 años, en donde se realizan ventas que van desde feria americana a comestibles y que también tiene lugar de varios espacios de expresión artísticas como la varieté y que actualmente está compuesta por alrededor de 60 puesteros llegando a haber tenido en su punto más alto alrededor de 100 puestos itinerantes.
También, aparte de ser un espacio de trabajo para quienes la conforman, funciona como un lugar de contención y solidaridad para quienes se han visto más golpeados por las desidias de este sistema y actualmente se encuentran en situación de desocupación y sin vivienda. Casos como el de Miguel, quien nos cuenta cómo los trabajadores de la feria le vienen dando una mano para poder estar comunicado, tener algo para comer todos los días e inclusive a tramitar una pensión de discapacidad, cuestión de la que la municipalidad debería hacerse cargo pero por la que lamentablemente no ha encontrado respuesta desde los organismos correspondientes.
Pero a pesar de que este lugar funciona hace tantos años y representa algo querido para los vecinos de la zona por la presencia que trae a la plaza y las actividades que ofrece para que las familias puedan ir a disfrutar en sus momentos de esparcimiento hoy en día se encuentra duramente amenazado, no solo por las dificultades que la pandemia trajo para este tipo de trabajo sino también por una constante amenaza y persecución por parte de la municipalidad.
En algunos de los casos, según cuentan sus protagonistas, se ha llegado inclusive a enviar patotas que se hacían presentes como oficiales de policía no identificados o inclusive desplegado operativos que constaban de 6 patrulleros intentando deslegitimar y perseguir la actividad de los puesteros y artistas que conforman la feria.
A continuación reproducimos el testimonio de Ailin, feriante que forma parte de este espacio:
“Soy Ailin, soy feriante desde octubre del año pasado. Yo me enteré de la feria y empecé a venir por quedarme sin trabajo por la pandemia y decidí conformarme como trabajadora autogestiva independiente.
Nosotrxs generamos este espacio de manera autogestiva, no se cobran puestos, no hay un organizador, nos organizamos entre nosotrxs de manera horizontal.
El día 28 de febrero viene inspección municipal junto con policías que no estaban identificados y con hasta 9 patrulleros. Nos increpan y nos dicen que no podemos trabajar más. Lo que me parece importante resaltar se que a nosotrxs no nos saca la policía, nos saca una patota que manda el municipio porque estos policías no tenían identificación, no conocemos las caras porque tenían lentes, barbijo y gorra. Si conocemos el nombre de los inspectores municipales que venían con estos policías. Nos dicen que hay una ordenanza municipal que no nos permite trabajar, nos estuvimos asesorando y no encontramos el número de esta ordenanza, si encontramos una para comercios en espacios cerrados, pero nada en espacios públicos como el que utilizamos nosotrxs.
La denuncia que queremos hacer es que nos parece criminal que con un 47% de pobreza en el país Insaurralde no nos permita trabajar. A nosotrxs nos saca el municipio de Martín Insaurralde y no nos permite poder desarrollar nuestra actividad, que como te decía no estamos molestando a nadie. Tenemos el aval de los vecinos, juntamos 500 firmas de vecinos y gente que se acerca a la estación que nos avalan a trabajar acá. Y actualmente estamos realizando actividades solidarias, tenemos un perchero solidario, juntamos comida para los feriantes y también una merienda popular donde están invitados todxs los vecinos de Temperley.”
La coordinación y organización como una forma de poder seguir adelante
Como mencionamos, el problema de los trabajadores ambulantes es uno que se ha extendido por todo el país a raíz de la falta de políticas del gobierno que ayuden a sustentar su actividad, a pesar de que inclusive los mismos trabajadores hayan realizado protocolos para poder trabajar dentro de sus posibilidades de forma segura según las medidas sanitarias requeridas por la situación actual.
Actualmente en la feria de la Plaza los Cañones continúan organizándose, haciéndose presentes todos los domingos en el espacio, asesorandose legalmente, realizando asambleas y acercando su solidaridad con otros sectores. Porque esa es otra de las cuestiones de las que nadie habla, dentro de quienes participan de la feria encontramos estudiantes, artistas, trabajadores de la salud y de muchos otros sectores más.
Como un gran ejemplo de esto, este domingo los integrantes de la feria se pronunciaron en solidaridad con la lucha por su educación que vienen llevando adelante estudiantes de la UNLa que viene adelante manifestaciones y organizándose en asambleas exigiendo respuesta de la universidad ante una gran lista de problemas que van desde los cupos para poder anotarse a las materias hasta la falta de entrega de títulos en carreras tan vitales como enfermería, que actualmente exigen sus títulos para poder trabajar junto al sector de la salud que viene siendo la primera línea frente a la pandemia.
Son ejemplos de unidad y organización como estos los que es necesario replicar para poder lograr que todas estas luchas triunfen, porque sin importar la diferencia geográfica, los rubros o el origen social de cada una, se trata de las grandes mayorías pobres y trabajadoras que hace años vienen sufriendo los ataques sobre sus condiciones de vida y trabajo. Es urgente unirse, para golpear con un solo puño ante las políticas del gobierno que prioriza la estabilidad de un pequeño puñado de empresarios, bancarios y especuladores por sobre las necesidades de las grandes mayorías.