A 40 años de gobiernos constitucionales, el modelo educativo neoliberal impuesto por la dictadura continua vigente. La organización y la lucha docente, también: a 16 años de su asesinato, recordamos a Carlos Fuentealba. Compartimos esta segunda entrega sobre educación y dictadura en la columna educativa de la agrupación docente 9 de abril en el programa "Algo con Erre" de FM La Tribu, los martes de 19 a 20.
Miércoles 5 de abril de 2023 09:59
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- La imposición de las políticas educativas durante la dictadura no sólo generó un verdadero vaciamiento de contenido, de empobrecimiento en la producción académica producto de la represión y la persecución ideológica (como profundizamos en la columna anterior) sino que también impulsó un fuerte deterioro de las condiciones materiales y laborales en el sector.
- En este sentido, un importante antecedente podemos encontrarlo en 1978 cuando se llevó a cabo la transferencia de la administración de 6700 escuelas y 44.050 docentes a las provincias con el cínico argumento que, entre otras ventajas, favorecía a la desburocratización del sistema y a la participación de la comunidad educativa para atender las necesidades de cada región. Sin embargo, demás está decir que durante la última dictadura había un contexto de represión política brutal, por lo que dicha medida lejos de basarse en una lógica democrática, de mayor participación en la toma de decisiones de cada jurisdicción, se basó en una lógica más bien economicista, de reducción del gasto público, permitiendo la injerencia de otras intituciones y organizaciones en la gestión de las instituciones educativas (por ejemplo, brindando subsidios a la Iglesia católica para que se haga cargo de numerosas instituciones educativas) y favoreciendo la privatización.
- Esto fue de la mano de una fuerte política de endeudamiento (la deuda externa ascendió de U$S 8 millones en 1976 a U$S 45 millones en 1983) mientras que el presupuesto educativo descendía. En parte, por esto, el panorama de la educación posterior a 1983 era crítico. Post dictadura, la matrícula en los diferentes niveles educativos creció notoriamente pero ésta no se correspondió con un aumento de recursos y presupuesto: fue en 1988 cuando los problemas presupuestarios se agudizaron y los conflictos gremiales estallaron, como el "maestrazo”: una huelga por tiempo indeterminado de más de un mes por parte de medio millón de docentes de todo el país que reclamaban por salario y presupuesto educativo.
- Desde aquel momento al día de hoy cambiaron los gobiernos y las leyes. Sin embargo hay algo que no cambió. En palabras de Nano Balbo discípulo de Paulo Freire y militante ex detenido desaparecido: “La cuestión de fondo sigue siendo la misma: el neoliberalismo que empezó con la dictadura y que todavía sobrevive, dio vuelta la ecuación fundamental de la educación. Entonces los maestros hoy tienen que andar administrando la escuela, el comedor y pedagógicamente se distribuye lo mismo entre desiguales. Y esto es profundamente injusto”.
- Este es el reclamo de la docencia desde la dictadura hasta acá. Y hoy recordamos especialmente a uno de los tantos trabajadores de la educación que formó parte de estas peleas: Carlos Fuentealba, cuando allá por abril del 2007, durante el gobierno de Néstor Kirchner, fue uno de los tantos docentes que se encontraban luchando en varias provincias del país por, entre otros reclamos, condiciones edilicias adecuadas, el pase a planta de trabajadores contratados y por un sueldo igual a la canasta familiar (en ese momento el gobierno nacional había establecido “un piso” de $1.040 cuando la canasta básica familiar era de más de $2000, en Neuquén rondaba los $2.800). Casi la mitad de las provincias del país se encontraban de paro o discutiendo medidas de fuerza, por lo que era una constante el reclamo a la Confederación de Trabajadores de la Educación de República Argentina (CTERA) que unificara los reclamos para poder conquistar las demandas de las y los docentes de todo el país.
- En este marco, un día como hoy hace dieciseis años, Carlos, maestro y papá de la escuela pública de Neuquén, venía siendo parte de una huelga docente que ya llevaba 30 días en su provincia cuando es asesinado a quemarropa por la espalda por el policía José Poblete, mientras se manifestaba junto a sus compañerxs en Arroyito. Tras su asesinato, una enorme ola de indignación popular recorrió el país, y se expresó contundentemente en el gran paro nacional de docentes y estatales del 9 de abril, con movilizaciones de decenas de miles de trabajadores, estudiantes, y sectores populares, que salieron a las calles en más de trecientas ciudades. Fue el primer paro nacional para toda una generación de docentes estatales y privados.
- El mayorhomenajeque le podemos hacer a Carlos es reivindicar su militancia como un trabajador comprometido con su clase, que peleaba contra los presupuestos de ajuste y por una educación que responda a los intereses de las grandes mayorías y no del Banco Mundial y el FMI. No debe quedar ningún aula, ningún patio de escuela donde no se lo nombre. Por eso, a 16 años de su asesinato volvemos a decir: compañero Carlos Fuentealba presente. Ahora y Siempre.