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Red Internacional
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EUSKADI. La huelga en Mercedes Vitoria-Gasteiz doblega a la patronal y la obliga a sentarse en la mesa de negociación

El éxito de la huelga ha obligado a la patronal de Mercedes-Benz de Vitoria-Gasteiz a sentarse este martes con los sindicatos convocantes del paro para negociar el nuevo convenio, pese a que estos no cedieron al chantaje de desconvocar cualquier acción de lucha, como condición previa imprescindible para abrir la mesa de negociación. Algo que demuestra que la única manera de vencer es mediante el combate y sin claudicación ante el chantaje patronal.

Juan Carlos Arias

Juan Carlos Arias @as_juancarlos

Miércoles 6 de julio de 2022

La reunión ha sido arrancada a la patronal tras una sucesión de huelgas que han tenido un amplio seguimiento entre la plantilla durante el mes de junio pasado. De hecho, la cúpula directiva de Mercedes-Benz Vitoria decidió suspender las negociaciones del convenio mientras continuasen las huelgas y las acciones de lucha. Sin embargo, ante la fuerte movilización del conjunto de las y los trabajadores se ha visto obligada a doblar el brazo y convocar una reunión para este mismo martes.

La unidad del conjunto de la plantilla ha sido de tal calibre que la producción fue paralizada totalmente durante los días de huelga, algo que ha repercutido muy gravemente sobre la cuenta de resultados de los capitalistas dueños de la fábrica, sin duda. Este hecho junto a la amenaza de nuevos paros con altas probabilidades de ser tan seguidos y provechosos para las y los trabajadores como los acaecidos durante el mes de junio, ha motivado que la gerencia de Mercedes-Benz de Vitoria haya convocado una reunión para tratar de alcanzar un acuerdo sobre el nuevo convenio colectivo con los sindicatos convocantes de la huelga.

La dirección de la multinacional ha realizado una oferta a los sindicatos, en la reunión celebrada este martes para el nuevo convenio que, sin embargo, se ha cerrado sin acuerdo al ser rechazada por la mayoría sindical, aunque con el compromiso de nuevas reuniones de negociación. La oferta esbozada, entre otras medidas, pasa por una subida raquítica este año del 5%, cuando la inflación está en el 10,2% en el mes de junio, y mantienen la intención de la flexibilidad horaria para que un nuevo equipo trabaje en fines de semana y festivos, con la excusa de que sería un turno formado por voluntarios.

Por eso, esta misma semana hay programadas ya tres nuevas jornadas de paros, empezando con una el miércoles, que apoyan la totalidad de los sindicatos con representatividad en la empresa. Además se prevé que la huelga se prorrogue dos días más seguidos, el jueves y el viernes, en este caso convocada solo por ELA, LAB y ESK.

Siendo que CCOO y UGT se han descolgado de esta convocatoria, muy en la línea de su estilo sindical contemporizador con la patronal cuando no cómplice de sus desmanes. Algo muy propio de la burocracia sindical de las cúpulas de CCOO y UGT, que vienen firmando cualquier tipo de acuerdo a todos los niveles de negociación, incluidos todos los ERTE planteados durante la pandemia y la reforma laboral de Yolanda Díaz, por ejemplo, que no solo no ha derogado los aspectos más lesivos de la reforma laboral ultraliberal del PP de Rajoy, sino que ha ampliado las condiciones para hacer más extensiva y profunda la denominada flexiseguridad. Una flexibilidad laboral que ataca directamente los derechos que amparan las condiciones básicas de los contratos laborales de las y los trabajadores para garantizar a toda costa la rentabilidad empresarial.

Como las que se han recogido en la ley a través del sistema ampliado de los ERTE para que de modo permanente y estructural, ante cualquier dificultad empresarial por una crisis de un sector, o una reestructuración y modernización tecnológica, la patronal pueda mandar a casa a sectores enteros de trabajadores a costa de los recursos públicos y con un recorte en las remuneraciones salariales de importancia, mientras el empresario dispone de barra libre de disponibilidad de las y los trabajadores, según sus necesidades productivas.

Por desgracia, esta división en la lucha sindical puede ser una brecha por la que se filtren los intereses patronales y constituir un auténtico caballo de Troya para favorecer las expectativas más favorables respecto del conflicto para la cúpula empresarial de Mercedes-Vitoria y fortalecer su capacidad de resistencia frente a la huelga.

En ese caso, muy probablemente la burocracia sindical jugará un papel de agente doble al que ya nos tienen acostumbrados, un papel en el que se desenvuelven a la perfección. Por eso, ante esta situación y para evitar el descalabro de la huelga, sería esencial que los sindicatos alternativos de izquierda buscaran la manera romper la división a través del comité de huelga o cualquier otra palanca organizativa de frente único de las y los trabajadores, de modo que mediante decisiones democráticas en asamblea se neutralizaran los intentos de ceder ante la presiones y maniobras de la patronal y dar la oportunidad al desarrollo de la lucha de conjunto, fomentando así la firmeza, la confianza y la seguridad en el proceso de conjunto de las y los trabajadores.

Siempre teniendo claro durante todo el proceso la necesidad de ir midiendo y determinando la correlación de fuerzas entre trabajadores y patronal, para no descarrilar el proceso de huelga, templando, tensionando y calibrando a cada momento el posible estado de ánimo y la temperatura de la lucha durante los paros y las acciones reivindicativas.

Otro frente abierto por el que se va a pretender forzar el acuerdo, bloqueando la huelga y perjudicando los intereses de las y los trabajadores de Mercedes-Vitoria, sin duda, es el político- institucional, representado directamente por el Gobierno del PNV de Euskadi a través del lehendakari Iñigo Urkullu, que también esta misma semana y en paralelo a la reunión prevista entre patronal y sindicatos convocantes de los paros, se va a trasladar a Alemania para mantener una reunión con el CEO de Mercedes Benz.

Es una reunión preparada con el secretismo habitual de los encuentros de tú a tú entre el poder político y las grandes empresas multinacionales, en los que nunca se llegan a conocer las contrapartidas que se ofrecen a estas patronales para realizar sus inversiones, aunque lo que es claro es que sus cuentas de resultados se van a ver enormemente acrecentadas a costa de la desviación de recursos públicos de todo tipo hacía esta gran empresa, practicando impunemente la doctrina de socializar pérdidas y privatizar beneficios. Y sobre la base del sometimiento de las plantillas a la disciplina y los intereses empresariales, asegurando la paz laboral para que la multinacional se quede en Vitoria.

La gran influencia de esta empresa sobre el conjunto del futuro la industria en el conjunto de Euskadi hace que la presión sobre los resultados de la negociación con los trabajadores, con una inversión prometida de 1.200 millones de euros sobre el desarrollo de modelos de vehículos eléctricos siempre a cambio de incrementar la flexibilidad laboral de la plantilla, se eleve a la enésima potencia, algo a lo que ceden con facilidad y entusiasmo siempre las direcciones de CCOO y UGT.

Según las informaciones existentes, de momento, los sindicatos convocantes de los paros se ubican en contra de que una posible mayor inversión a cargo de la multinacional Mercedes Benz, tenga como contrapartida una pérdida de derechos laborales y retributivos para las y los trabajadores de la fábrica de Vitoria. Poniendo el foco sobre todo en la intención de la patronal de no elevar los salarios de la plantilla lo suficiente como para recuperar el poder adquisitivo perdido por la explosión de los precios de la canasta básica.

También se han opuesto decididamente, al menos ELA, LAB y ESK a la implantación de una sexta noche de trabajo para el turno nocturno del fin de semana. Siendo estas dos demandas las más importantes que están defendiendo las y los trabajadores con los paros desarrollados desde el pasado mes. Sin embargo, CCOO y UGT se encuentran abiertos a negociar la implementación de la sexta noche, en función de posibles compensaciones que hagan atractiva esa posibilidad de una noche más de trabajo en fin de semana. Teniendo en cuenta lo que significa desde la perspectiva de la salud laboral el trabajo nocturno, resulta una infamia la posición de CCOO y UGT y todo ello para que los accionistas y CEO de la multinacional engorden sus beneficios.

Otro frente abierto en la pelea planteada es la doble escala salarial. Una estrategia desarrollada por la patronal del automóvil para romper la solidaridad de clase, al establecer salarios diferentes para trabajos idénticos, sobre la base de la antigüedad en el puesto de trabajo, y a lo que las burocracias sindicales de CCOO y UGT se vienen plegando desde hace lustros en su acción sindical de situar en el centro de sus demandas a los sectores más acomodados de la clase trabajadora, abandonando a las y los más precarizados y explotados a su suerte.

El éxito de las y los trabajadores de la planta de Mercedes-Benz en Vitoria en su lucha contra la patronal de esta potente multinacional, resulta vital para marcar la pauta de las futuras luchas laborales y sociales que se vienen para el próximo otoño, como consecuencia de la escalada de precios y el empobrecimiento de las clases populares fruto de la guerra de Ucrania y la crisis económica consecuente. Algo a lo que contribuye además en el Estado español el militarismo desbordante y rampante del Gobierno de Pedro Sánchez y Unidas Podemos, con una inversión extra de más de 1.000 millones en armamento este mismo año y su pretensión de llegar en ocho años al 2% del PIB en gasto militar. Por ello, resulta vital generar un movimiento de apoyo y solidaridad a este conflicto y a toda lucha de las y los trabajadores que se desencadene para lograr que la crisis bélica pospandémica la paguen los capitalistas.


Juan Carlos Arias

Nació en Madrid en 1960. Es trabajador público desde hace más de 30 años y delegado sindical por UGT de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid. Es columnista habitual de Izquierda Diario en las secciones de Política y Economía. milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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