Este martes, el uribista Iván Duque, fue investido como nuevo presidente de Colombia, luego de ganar ante Petro en segunda vuelta con el 54% de los votos. El apoyo de la derecha regional y del imperialismo norteamericano.
Martes 7 de agosto de 2018 16:55
Foto: Iván Duque junto al presidente del Partido Popular español, Pablo Casado
El nuevo presidente de Colombia, el derechista Iván Duque, electo en una segunda vuelta el pasado 17 de junio, comenzó la jornada de este martes, día de su investidura, con reuniones bilaterales con cinco mandatarios y otras autoridades que llegaron a Bogotá para acompañarlo en la ceremonia. También tuvo una reunión bilateral con Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU.
Entre neoliberales se entienden
A lo largo de la mañana de este martes, el nuevo mandatario mantuvo reuniones con los presidentes de Costa Rica, Carlos Alvarado; Guatemala, Jimmy Morales; México, Enrique Peña Nieto; Chile, Sebastián Piñera, y Argentina, Mauricio Macri, quien afirmó que "Queremos estar cada día más cerca del pueblo colombiano y cada vez encontrar más cosas en las cuales poder colaborar, como colaboraron el ’Chicho’ Serna, (Jorge) Bermúdez y (Óscar) Córdoba en aquella serie histórica de Boca cuando me tocó ser el presidente (del club)".
Al igual que Macri, Piñera se mostró contento ante la asunción del nuevo exponente de la derecha colombiana, asegurando que las relaciones entre los dos países seguirán siendo "excelentes" con el nuevo Gobierno. "No solamente en relaciones bilaterales tenemos una relación muy fecunda sino que también somos parte de la Alianza del Pacífico (...) estamos trabajando juntos y estoy seguro de que las relaciones de Colombia y Chile con el presidente Duque y el presidente que habla, van a ser excelentes como siempre las han sido", manifestó Piñera a su llegada.
Duque, al igual que sus socios de la derecha regional, sostiene un programa económico de corte neoliberal. En su campaña propuso reducir los impuestos a las empresas para atraer más inversión extranjera, dar estabilidad jurídica a los sectores petrolero y del carbón, lo que implicaría un golpe directo sobre los salarios y las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo colombiano, que padece un 26% de pobreza.
A Colombia no hay que decirle que hacer…
Duque, el nuevo presidente del partido uribista Centro Democrático, también se entrevistó con la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, quien representa a Donald Trump en su investidura, como un primer paso en el fortalecimiento de la injerencia imperialista en el país y en la región. Haley tiene como meta central desarrollar la alianza con Colombia frente a Nicolás Maduro, y ante periodistas afirmó que, Duque "entiende que no es sólo liderar" el problema de "lidiar con Venezuela", sino hacerlo "con toda la región", por lo que le solicitan que hable con quienes considera "sus hermanos", los países vecinos, intentando ganar aliados entre la nueva derecha latinoamericana.
"Miro en Colombia a un socio, no hay que decirle qué hacer, hay que transmitir nuestras preocupaciones, pero nuestras preocupaciones son sus preocupaciones", aseguró la embajadora.
En la noche del lunes, Duque ya había recibido a los mandatarios de Ecuador, Lenín Moreno; de Panamá, Juan Carlos Varela, y de Honduras, Juan Orlando Hernández. Duque calificó de productiva la reunión con Moreno y la definió como "el inicio de una relación cada vez más estrecha" con Ecuador.
Duque también mantuvo un breve encuentro con la derecha española a través de su encuentro con el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, a quien agradeció por su apoyo y por acompañarlo en el acto de investidura. "Tuvimos la oportunidad de compartir un diálogo ameno", aseguró en Twitter el presidente electo de Colombia.
Otro de los que viajó hasta Colombia fue el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien a su llegada a Bogotá afirmó querer "Saludar, felicitar y desearle mucho éxito al hermano nuevo presidente Iván Duque, esperamos como siempre con nuestros hermanos el bien de nuestros pueblos en América Latina".
Uno de los puntos centrales para el nuevo gobierno colombiano, además de la situación en Venezuela, es el acuerdo alcanzado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por parte de Manuel Santos, que le costó hasta la pérdida de un plebiscito. Duque, apoyado por el expresidente Álvaro Uribe, que se oponía a cualquier tipo de negociación, propone modificar el acuerdo alcanzado por Santos con la exguerrilla. Sin embargo dentro de la coalición que llevó al triunfo a Duque hay distintas visiones sobre el alcance de estas modificaciones, por lo que hoy por hoy es una incógnita cómo actuará en este terreno.