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A 112 AÑOS DE SU NATALICIO. La mujer que tenía alas para volar: Frida Kahlo

Frida nació un 6 de julio como hoy pero de 1907, siempre polémica y compleja. Se trata tal vez de la pintora mexicana más reconocida a nivel internacional.

Jueves 6 de julio de 2017 17:00

Su trabajo ha tenido que pasar por la dura crítica actual: se ha llamado comercial a su legado, se ha dicho que algunas de sus obras no fueron terminadas por ella.

No obstante, se trata tal vez de la pintora mexicana más reconocida a nivel internacional. Contaba con la admiración y respeto de grandes artistas de la época, se calcula que su obra se integra por alrededor de 200 pinturas, y triunfó por mérito propio. Frida Kahlo.

El dolor como talismán

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nació en Coyoacán México, hija de madre mexicana y padre alemán, de posición acomodada.

Sin embargo, siempre fue de salud física frágil, condición que sería su talón de Aquiles durante toda la vida, pues a la corta edad de 6 años sufrió de poliomielitis enfermedad que le dejó secuelas físicas.

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Así es que Frida, con su entereza, solía mantenerse ocupada en actividades deportivas que le permitieran superarlas, por lo que, aunque se dice que su padre la instruía en cuanto al arte, ella no mostró especial inclinación a la pintura sino hasta 1925. Fue cuando a la edad de 18 años su vida cambió rotundamente al sufrir un aparatoso accidente en que un tranvía arrolla el autobús donde ella viajaba.

En este accidente, que Frida inmortalizaría más tarde ilustrándolo en su diario, aunque logró sobrevivir sufrió múltiples lesiones y fracturas bastante graves: se rompió la columna en 3 partes, situación que la llevó a tener que usar diversos corsés de yeso, y artefactos en el torso, además de una lesión causada por un tubo que la atraviesa la deja sin la posibilidad de ser madre.

Frida debió ser sometida al menos a 32 operaciones y estuvo postrada en cama durante varios meses. Ya consagrada como artista, la artista logró reflejar lo que vivió en la famosa pintura Columna Rota (1944), en la que puede apreciarse de modo simbólico la fractura de su columna y adherida a ella múltiples clavos y la expresión de su rostro sollozante como muestra del dolor que tenía.

Columna rota

Fue entonces cuando Frida con la imposibilidad de moverse siquiera empezó a experimentar con la pintura, con algunos lienzos y pintura que tenía su padre en su taller. Al ver el gusto que la misma había desarrollado para tal actividad su madre le manda a hacer un caballete para que pudiera pintar en cama.

En esta época Frida pintó muchos retratos, de su padre, su hermana Cristina y autorretratos. Es la primera etapa de la artista, en la que se destaca un realismo detallista, que la misma puliría con el pasar de los años.

El arte más poderoso de la vida es hacer del dolor un talismán que cura, una mariposa que renace florecida en fiesta de colores.

El elefante y la paloma

Más tarde, gracias a su amistad con Tina Modotti, quien la invitaba a reuniones del Partido Comunista Mexicano, fue que conoció al ya entonces reconocido muralista Diego Rivera. Él militaba en dicho partido, por lo que con posterioridad Frida decidió presentarse donde Diego realizaba un mural por encargo de la Secretaría de Educación Pública para enseñarle su trabajo.

Rivera quedó absorto con el talento de Frida y la animó para que siga pintando. Es así como empezaron a frecuentarse y se enamoraron profundamente para finalmente contraer matrimonio un 21 de agosto de 1929, unión a la que se le conoció como “El Elefante y la Paloma” debido a la corpulencia de Rivera y delgada complexión de Kahlo.

Su matrimonio estuvo lleno de tribulaciones: una relación abierta teñida de celos e incluso de una dosis de escándalo. Llegaron incluso a divorciarse en 1939 aunque contrajeron matrimonio por segunda ocasión un año después. Y a pesar de todo, ambos afirmaban complementarse y amarse.

Frida dejó patente esta situación en muchas de sus obras, escritos y diarios, además de adoptar incluso algunos elementos característicos de Diego Rivera como el mexicanismo siempre presente en sus obras. Sin embargo, la artista le dio un sello propio, por lo que actualmente se considera que su obra superó a la de su marido en muchos aspectos.

Azul. Electricidad y pureza, amor. Paleta de colores, del Diario de Frida.

A partir de 1937 se considera que alcanzó la plenitud de su carrera. Llegó a participar en importantes exposiciones en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en una exposición en la galería Julien Levy en dicho estado ganando la amistad del mismo Levy.

En 1939, su autorretrato llamado El Marco de colores vibrantes y casi monocromático que actualmente se exhibe en el Centro Pompidou fue el primer cuadro de un artista mexicano adquirido por el Museo de Louvre. Conquistó la admiración de artistas de gran talla como Picasso o Kandinsky. Logró exponer sus pinturas en Francia gracias al reconocido André Bretón, parte del grupo de los surrealistas, quien llegó a decir que Frida era surrealista. No obstante, ella no se sentía parte de dicha corriente.

El Marco

Creían que yo era surrealista, pero no lo era, nunca pinté sueños, pinto mi propia realidad.

Y de hecho así fue. La obra de Frida Kahlo puede llegar a considerarse casi autobiográfica, pues su obra pictórica gira en torno a ella.

Cuenta en su haber con numerosos autorretratos con los colores vivos que tanto la caracterizan, y reflejan elementos de la cultura mexicana. Además, se trata de una artista que utilizaba situaciones personales no sólo como inspiración o como catalizador si no como modelo mismo. Es decir, ella pintaba de una forma particularmente especial con la que lograba plasmar el dolor, la alegría, la esperanza, el amor; convirtió a la pintura no en un estilo de vida si no que plasmó su vida en pintura.

Un gran ejemplo de esto está en una de sus obras considerada de las más importantes Las Dos Fridas. En ella pinta su dualidad por eso una Frida va vestida de Tehuana y la otra con encajes refleja sus raíces europeas, ambas están unidas por una vena que va al corazón de cada una mientras una de ellas parece estar desangrándose representando un dilema personal.

Las dos Fridas

Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco.

Pies para que los quiero, si tengo alas para volar

Hacia 1940 su salud se ve duramente deteriorada, lo que aunado a su alcoholismo no ayudó mucho, con salvajes diagnósticos como tuberculosis en los huesos y la necesidad de una cirugía en la espina dorsal.

Ante esta situación, ya para 1943 debía impartir clases de pintura en la famosa Casa Azul ya que no podía salir. En este periodo debido a los medicamentos y al efecto de la morfina su pincelada se volvió más laxa y menos minuciosa. En 1946 los dedos de su pie derecho contraen gangrena, situación que culmina con la amputación de su pierna y deviene en una fuerte depresión en la artista.

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Sin embargo, para 1953 un nuevo triunfo la aguardaba. Su amiga Dolores Álvarez Bravo dedicó su galería de Arte Contemporáneo a la exposición de una sola artista, Frida Kahlo.

Fue esta la única exposición de ella en México mientras aún vivía, y fue todo un éxito. Aunque Frida tenía prohibido por los médicos asistir, llegó en ambulancia y estuvo en una cama de hospital, alegre, riendo y contando chistes.

Su último cuadro fue el de Viva la Vida un fresco de vibrantes colores que representa varias sandías cortadas, y en una de ellas se encuentra dicha inscripción; finalmente una ya muy débil Frida Kahlo falleció un 13 de julio de 1954 a causa de una embolia pulmonar, sus restos se velaron en Bellas Artes y sus cenizas se conservan en la Casa Azul.

Viva la vida

Aún cuando en vida gozó de la admiración y reconocimiento de la comunidad artística, no es sino hacia los años 70`s que su obra se expande exponencialmente. Es debido a su imagen de mujer fuerte, a su historia y la manera en cómo logró si no superar sus obstáculos, sí utilizarlos y hacerlos arte, que resulta poderosamente atrayente para el feminismo, ya que también se decía que su trabajo reflejaba diferentes cualidades y realidades femeninas.

Forjó un estilo muy propio, ya que su vestimenta de trajes largos, tradicionales, mexicanos, de colores vivos y joyería exótica con la que no buscaba encajar se volvió en su sello particular. Por lo que pese a sus contradicciones, las dudas y mitos que se levantan alrededor de su obra, estamos hablando y conmemorando la vida de una de las mayores exponentes de la pintura mexicana.

La Casa Azul de Frida Kahlo