La película de animación del ruso Andrei Khzhanovsky aún puede verse durante el domingo 28 de marzo.
Javier Gabino @JavierGabino
Domingo 28 de marzo de 2021 12:18
"The Nose or the Conspiracy of Mavericks" del ruso Andrei Khzhanovsky es una película de animación que apela al collage de estilos, técnicas, formatos, líneas temporales y géneros para hacer un homenaje a la vanguardia artística rusa. Está basada en el cuento “La nariz” de Gogol y en la ópera de Shostakovich que éste inspiró.
En La nariz o la conspiración… se puede ir al encuentro de grandes artistas de los años 20 del siglo pasado como Vsévolod Meyerhold, Dmitri Shostakóvich, Sergei Eisenstein, Vladímir Mayakovski y... Nikolái Vasílievich Gógol a quien Khzhanovsky ubica contemporáneo aunque haya muerto en 1852. Para el director "todos se encontraron en espacio y tiempo, ignorantes de la muerte y el asesinato. En el reino del arte."
Esta operación de conexiones y fusiones de tiempo y espacio es una constante en la película. Así consigue transmitir una realidad del arte y de la vida: el diálogo entre generaciones a través de obras y resignificaciones.
Pero esta operación de montaje también nos conecta al presente. La película comienza con un avión en vuelo, donde cada pasajero disfruta de una película distinta, individual, en su mullido asiento y en su propia pantalla. Khzhanovsky nos hace detectar la diversidad de lenguajes y films existentes al moverse libremente entre ellas, pero también nos recuerda que aún sentados uno al lado del otro se puede estar distantes.
Un tipo de distancia que la vanguardia artística rusa, colaborativa y entusiasta de la innovación no guardó. Los enfrentamientos ácidos y polarizados de manifiestos programáticos también eran parte de una unidad inestable que marcó todo la producción artística posterior en el mundo.
Como Dziga Vertov en El hombre de la cámara, Khzhanovsky hace parte del montaje el propio dispositivo de manufactura, dibujantes y animadores junto a decenas de fotografías y fragmentos de películas soviéticas de todos los tiempos.
El film transmite tanto el entusiasmo de la vanguardia en sus obras, como el dolor de su derrota bajo las botas de Stalin. Metáfora que se vuelve literal en un divertido y macabro juego donde ”El Gran timonel”, el “Guía del proletariado mundial”, el “Corifeo de las artes y las ciencias”, el “Padre de los pueblos”, o sea el dictador Stalin llama al escritor Mijaíl Bulgákov para dominarlo (en una libre interpretación de los hechos).
Mientras la cuarta sinfonía de Shostakovich suena en todo su esplendor para darle sonido al tiempo de los “Juicios de Moscú” (donde la disidencia al régimen fue condenada a muerte) hecho que no sucedió en 1936 porque el compositor decidió esconderla. La oscura y crítica obra sonó por primera vez en 1961 y se publicó luego de su muerte en 1984.
En La nariz o La conspiración de los disidentes todas sus partes compiten como jugando, tiempos, espacios, estilos, personajes. Es una unidad en la dispersión. Para revelar la esencia de los hechos de la historia que trata, Khzhanovsky toma el único camino correcto en el cine: alejarse del rigor histórico. De lo que trata es de la libertad del arte y no es un réquiem a la vanguardia rusa.
Ayer vi La nariz o La conspiración de los disidentes del ruso Andrei Khzhanovsky. Una peli animada que mezcla estilos, técnicas, formatos, tiempos, géneros y saluda a la vanguardia artística rusa. Basada en el cuento La nariz de Gogol y en la ópera de Shostakovich. Que buena peli pic.twitter.com/8UqBE7P4KS
— Javier Gabino (@JavierGabino) March 28, 2021
Javier Gabino
Nació en Santa Rosa, La Pampa, en 1972. Grupo de Cine Contraimagen. Codirector, guionista y montajista de La internacional del fin del mundo (2019), la serie Marx ha vuelto (2014), Memoria para reincidentes (2012) y diversos materiales audiovisuales sobre revoluciones y luchas obreras.