Casi la mitad de las ocupadas y ocupados en el primer trimestre del año no cuentan con beneficios laborales como: obra social, vacaciones pagas, están expuestos a riesgos del trabajo, no tienen estabilidad laboral o su salario estaba por debajo del mínimo vital y móvil. El año pasado en el mismo período fue de 45,1%. Crece el empleo precario.
Miércoles 4 de octubre de 2023 08:34
Imagen: Enfoque Rojo
La tasa de precarización extrema que estima La Izquierda Diario afectó a casi la mitad de los ocupados a comienzo de 2023. Alcanzó al 47,3% en el primer trimestre de 2023, y afectó en mayor medida a las mujeres ocupadas con una tasa de 53,7%, en tanto que para los varones fue de 42,1%. Se registró un aumento de la precarización extrema (+2,2 puntos porcentuales) ya que en el mismo período de 2022 fue de 45,1%, en el caso de las mujeres fue de 51% y de los varones 40,4%.
En el segundo trimestre del año el empleo no registrado llegó a 36,8% según el Indec (más de 5 millones de informales), pero la situación es más grave si se incorpora al análisis otros tipos de precarización y pérdida de derechos laborales que afectan tanto a asalariados como a cuentapropistas.
La tasa de precarización extrema se construye en base a los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, que además de la falta de cobertura previsional (trabajadores sin descuento jubilatorio) agrega la carencia de otros tipos de beneficios, incluyendo también a trabajadores en blanco cuyo salario está por debajo del salario mínimo vital y móvil e incluso a los que no tienen salario. Es "extrema" porque da cuenta de un piso de precarización, sin dejar de advertir que avanzan nuevas formas de flexibilización por convenio en el sector privado que no son alcanzadas por este indicador.
Es por ello que en el cálculo de la tasa de precarización extrema se incluyen también a quienes no tienen beneficios laborales como: obra social, vacaciones pagas, están expuestos a riesgos del trabajo, no cuentan con estabilidad laboral, tienen contratos a término y/o perciben bajos ingresos (inferiores al salario mínimo, vital y móvil - SMVM-, de $67.557 promedio del primer trimestre de 2023), sean registrados o no registrados. También se incluye a las y los cuentapropistas con ingresos por debajo del SMVM y a las y los trabajadores familiares sin remuneración.
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El salario mínimo se considera solo a efectos de delimitar el umbral inferior de ingresos con el que se construye el indicador, pero es un haber insuficiente para llegar a fin de mes. En el período analizado el salario mínimo legal fue menos de la mitad que la canasta de pobreza que calcula el Indec, y la cuarta parte de la canasta familiar que estiman los trabajadores de la Junta Interna de ATE-Indec.
Bajo esas condiciones de precarización extrema se encuentran el 65,2% de los jóvenes de hasta 29 años de edad, (67,8 % en mujeres y 63,3 % en varones). En el caso de los ocupados de 30 años y más la tasa de precarización extrema llegó al 40,3% en el primer trimestre de este año. También se registró un incremento en la precarización extrema en la juventud en relación a 2022 cuando fue de 64% (67,5% en mujeres y 61,5% en varones).
Composición de la precarización
Se observa una mayor participación de las mujeres precarizadas dentro del total de ocupados precarios, especialmente las asalariadas sin algún beneficio laboral o con bajos salarios. El porcentaje de las asalariadas precarias fue de 76,1% en el total de ocupadas precarias en los primeros tres meses del año (descendió levemente en relación a 2022 que fue de 76,5%), en el caso de los varones el porcentaje de los asalariados precarios fue de 73,6% en el total de ocupados precarios (varones).
En el primer trimestre de 2023 del total de ocupados precarios, las asalariadas mujeres son el 38,5%, aumentó levemente en relación a 2022 (38,2%), y los asalariados varones el 36,4%.
En tanto, del total de ocupados precarios las cuentapropistas mujeres son el 11,6%, también se registró una suba en comparación con el año anterior (11,2%) mientras que los varones son 12,8%.
La precarización del empleo que impuso el capital derivó en que no es suficiente tener un trabajo para no ser pobre, el capitalismo argentino provocó un aumento de la pobreza. La caída del poder adquisitivo de los salarios y el deterioro del empleo (aumenta la informalidad y el cuentapropismo) provocó el aumento de los trabajadores pobres y del pluriempleo. Según un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina, se consolidó el fenómeno del trabajador pobre después de la crisis del 2018 (macrismo) y se profundizó en los años posteriores (FdT) tras la pandemia. Se denomina trabajador pobre a los ocupados que viven con ingresos por debajo de la línea de la pobreza. Así, pasaron de 16,2% en 2017 a 29,5% en 2019 y a 30,1% en 2022.
Tanto Bullrich como Milei quieren avanzar con la flexibilización laboral, y así aumentar la explotación de la fuerza de trabajo. La candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, afirmó este martes en una entrevista que si gana las elecciones y el Congreso nacional no acompaña los proyectos de ley que enviará para modificar leyes laborales, impulsará estos cambios por decreto de necesidad y urgencia (DNU). “Bueno, hago un DNU y te las derogo en dos minutos”, afirmó Bullrich. Massa y el kirchnerismo son responsables en la actualidad de los niveles de precarización laboral.
Empleo con derechos, trabajar menos trabajar todes
Ante este contexto de precarización laboral, el Frente de Izquierda propone reducir la jornada laboral a 6 horas y 5 días a la semana (30 horas semanales) sin reducción salarial, con un salario mínimo equivalente a la canasta familiar y el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, que eleva las aspiraciones, y favorece la unidad de la clase obrera.
Los avances de la tecnología tienen que estar al servicio de disminuir la jornada laboral del conjunto de la clase obrera para tener más tiempo libre para estudiar, para viajar, o para compartir momentos con la familia y otras relaciones personales.
Esta propuesta está relacionada a seguir peleando por empleo con plenos derechos, contra la precarización laboral, y que nadie gane menos de lo que cuesta la canasta familiar.
La aplicación a las 12 mil grandes empresas de la reducción de la jornada laboral de trabajo a 6 horas y 5 días a la semana (30 horas semanales) y el reparto de las horas de trabajo permitiría crear un millón de puestos de trabajo en dichas compañías del país.
Es posible llevar adelante esta propuesta con la amplia movilización de la clase trabajadora y los oprimidos para enfrentar la resistencia de las grandes patronales que se opondrán a una medida que afecte sus ganancias, y con la perspectiva de la reorganización de la producción articulada no en función de la ganancia privada sino de las necesidades del conjunto social.
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