A UP la condiciona la derecha. Massa ya eligió: Grabois le ofreció su carpeta de propuestas pero prefirió las del Fondo

Las PASO dejaron varios datos contundentes. El avance del derechista Milei, la caída de Juntos y el PJ, la izquierda defendiendo su espacio en ese complejo panorama. Pero vale detenerse un minuto en la elección de Unión por la Patria. El peronismo hizo su peor elección en 40 años. Millones se vieron desilusionados con las promesas incumplidas de 2019 y con el ajuste que aplica su candidato. Para intentar retener parte de esos votos, junto al ahijado de Menem y Alsogaray, el oficialismo dejó lugar a una fórmula “progresista”: Grabois-Abal Medina. Esa lista sacó 1.400.000 votos, más de lo esperado por ellos mismos.

En la campaña Grabois difundió sus propuestas que incluían “cancelar el acuerdo con el FMI” (y renegociar), “estatización de de Edenor y Edesur y de todos los bienes comunes”, “distribución de la tierra para familias sin techo”, “aumentar la oferta de viviendas en alquiler a través de un impuesto a las viviendas ociosas” y hasta llegó a hablar de “repartir las horas de trabajo”. Lo hizo como si no hubiera tenido nada que ver con los 4 años del Frente de Todos y las repitió anoche en su bunker.

Ya hemos hecho una crítica concreta y profunda del programa de Grabois. Que no llamaba a romper con el FMI ni al desconocimiento soberano de la deuda, que naturalizaba (y fomentaba) la división de la clase trabajadora entre efectivos y precarios, que impulsaba una peligrosa “ley PyMES” que avalaba los despidos. Que funcionaba como una colectora de Massa al tiempo que era parte del "aparato de contención" del gobierno. Podríamos seguir. Pero queremos detenernos en otro punto. Grabois hizo su campaña asegurando a miles de trabajadores, mujeres y jóvenes que el voto a su lista era una forma de “condicionar” no solo a Massa sino también a todo el régimen político. Que esa era la “utilidad” de su voto.

Los hechos de las últimas horas fueron un golpe a ese relato. Si la elección mostró el avance de la derecha, las nuevas medidas de Massa confirman que Unión por la Patria seguirá corriéndose para ese lado. Que el único “condicionamiento” que acepta es el del FMI, los “mercados”, el círculo rojo y los grandes medios que repiten los discursos derechistas de Milei y Bullrich.

Sin haber hecho ninguna reunión de gabinete o el Banco Central, Massa aplicó una devaluación del 21%. Es el pedido del FMI, de los grandes exportadores. Es lo que ya había pactado con ellos pero no dijo en campaña. Porque cualquier sabe que la devaluación trae inflación y un nuevo golpe al bolsillo popular.

A pesar de estos 4 años y estas últimas horas, Grabois insiste en el apoyo a Massa. Por eso anoche dijo: “Dijimos si perdemos acompañamos, por eso estamos acá para manifestar nuestro apoyo a la formula vencedora. Toda nuestra militancia a partir de este momento se pone a disposición del Comando de campaña de Unión por la Patria. Esperamos que se incorpore dentro del programa de gobierno”.

No puede haber un nuevo engaño. Una nueva campaña de resignación que nos desarme para los tiempos que vienen. Massa no va a tomar, ni siquiera, esas propuestas. Ya lo está demostrando. Peor: atacará esos derechos, aunque sea con otros ritmos que la derecha. Es importante que quienes votaron en las PASO a Grabois porque entendían que expresaba esos reclamos, puedan sacar esa conclusión.

Porque fueron casi un millón y medio de compañeras y compañeros que fueron a las urnas mayoritariamente a decirle No al FMI; No al saqueo de los bienes comunes; No al ajuste sobre el gasto público. Es fundamental que esa expresión no termine en el voto a Massa, el candidato que está cumpliendo el programa que el FMI y los grandes empresarios piden, y buena parte del plan de la derecha.

El Frente de Izquierda fue la única fuerza que estos años rechazó el acuerdo con el Fondo, que se movilizó contra los ataques al salario y el ajuste social, que estuvo en Guernica contra el desalojo brutal a las familias sin techo, que luchó contra el intento de poner límites y moderar al movimiento de mujeres, que rechazó el saqueo de los bienes comunes, que marchó contra los tarifazos y difundió ante millones la propuesta de reducir la jornada a 6 horas, sin flexibilización, para trabajar todos y todas y trabajar menos. Esas propuestas, que podés leer acá, las defendimos en las calles, el Congreso y la campaña. Porque no lo hacemos para “contener” la bronca ni colectar votos para los ajustadores, sino porque queremos darle salida a esa bronca con toda la fuerza de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. Para reorganizar el país desde abajo.

A la derecha no se la puede enfrentar siguiendo al “comando de campaña” de Massa, los gobernadores y la CGT. Ni las órdenes del Fondo. Para defender nuestros derechos y reclamos hay que levantar la izquierda. Somos la fuerza política que va a pelear en los sindicatos, organizaciones sociales, estudiantiles, del movimiento de mujeres, ambiental, en las comunidades, para organizar las fuerzas de la clase trabajadora y el pueblo trabajador que enfrenten el poder de los grandes empresarios y el FMI. Cada voto al FITU es un apoyo a esta perspectiva.

Queremos que todos los compañeros y compañeras que comparten muchos de esos valores nos acompañen en estas peleas.