La producción de crudo de Venezuela cayó en junio a niveles de 1934 de acuerdo al reporte de este martes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). La producción se ubicó en 356.000 barriles diarios (bd), según el informe mensual del cartel petrolero, lo que indica una caída de 37,5% con respecto a los 570.000 bd de mayo.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Miércoles 15 de julio de 2020 11:08
Fotografía Archivo, elnacional.com
Aunque el reporte oficial que ofreció el Gobierno a la OPEP fue de 393,000 barriles por día (bpd) en junio, por debajo de 573,000 bpd en mayo y un 52% por debajo de un promedio de 821,000 bpd en el primer trimestre del año. La diferencia entre ambos datos que se reportan sobre la producción de petróleo indican poco, ya que se involuciona a niveles de 1934, cuando Venezuela empezaba a salir de una economía básicamente agrícola. Sus exportaciones de crudo promediaron 373.390 bd ese año según datos oficiales, cuando tenía un décimo de los 30 millones de habitantes de la actualidad.
Si bien los niveles de la caída de la producción petrolera ya venían desde antes de las sanciones, durante todo ese tiempo no solo fue “incapacidad” de un Gobierno en saber administrar una industria como se suele afirmar, sino que fue la decisión firme de Maduro que cuando caían abruptamente los precios del petróleo a partir del 2014 y los fondos menguaban en las arcas del Estado, decidió a pagar una fraudulenta deuda externa hasta vaciar las reservas y al mismo tiempo dejando que se continuaran fugando miles de millones de dólares por diversos mecanismos. Fue dinero que tanto fue a parar a los bolsillos de los buitres internacionales como a engordar cuentas millonarias, en vez de sostener una inversión en la propia industria.
Luego vinieron las crecientes sanciones estadounidenses diseñadas para provocar un mayor colapso de la economía a la espera que tal situación llevara a la caída de Maduro y esperando con ello instalar un Gobierno a fin a sus intereses, que se determinó con más fuerza con el surgimiento de Juan Guaidó de la mano de Washington, un personaje oscuro hasta el momento pero encumbrado como un “presidente interino” alcanzó notoriedad tras el reconocimiento de Estados Unidos, potencias europeas y toda una miríada de países.
De acuerdo a la agencia Reuters, no poder exportarse el petróleo por las sanciones, con los tanques de almacenamiento en tierra casi completamente llenos, la producción tiende a la baja pues no tendría dónde almacenar crudo. Así indica que “El 9 de julio, había 9 millones de barriles de crudo Merey 16 almacenados en la terminal petrolera de José, y solo 800,000 barriles de espacio disponible, mostró un documento interno de PDVSA”, de acuerdo a informes de dicha agencia periodística.
Maduro se concentra en culpar exclusivamente a las sanciones de EE.UU. por la caída, pero la producción ha estado cayendo bruscamente desde 2016, antes de que Washington sancionara a PDVSA en enero de 2019. Al llegar una cierta recuperación de los precios internacionales incluso antes de las sanciones pero con un nivel de deterioro de la industria, sumado luego a las sanciones imperialistas, no era más que un camino diseñado a esta caída catastrófica en los niveles de producción petrolera. No fue “ineptitud”, fueron decisiones políticas y económicas como priorizar pagos de deuda externa como indicamos más arriba además del desfalco con la fuga de capitales ligado a todo el entramado de corrupción. Las sanciones han llegado a rematar para llevar al colapso actual.
De acuerdo a una relatoría de Reuters de este martes, indica que “Hay indicios de que el colapso continúa. La división Furrial de PDVSA en el este de Venezuela, que produjo 50,000 bpd a principios de este año, produjo 17,800 bpd el domingo, según un informe interno de PDVSA.”
Y agrega que “La división occidental de PDVSA produjo 97,000 barriles el domingo, por debajo de los 200,000 bpd de marzo, según otro documento. Y por primera vez desde al menos 1995, no había plataformas de perforación activas para la extracción de petróleo en Venezuela, mostraron datos del proveedor de servicios petroleros Baker Hughes para junio.” Un dato que también lo indica la firma S&P Global Platts, con base en Londres, afirmando que con capacidad de almacenamiento al límite por dificultades para colocar su petróleo, Venezuela se ha visto forzada a mayores recortes en la extracción.
La caída es dramática para un país con ingresos altamente dependientes del crudo en niveles del 95% históricamente. Solo durante el lock out petrolero entre diciembre de 2002 y marzo de 2003 llevado a cabo por la oposición de derecha venezolana para desestabilizar a Hugo Chávez tras su fracasado golpe de Estado de abril del 2002, se observaron cifras menores de producción que las actuales en las últimas ocho décadas.
La industria petrolera del país afronta una brutal crisis, con niveles de producción de las primeras décadas del siglo pasado. Frente a este colapso, tanto el Gobierno como los sectores de la oposición de la derecha tradicional solo ven el camino de la privatización y la apertura depredadora, partiendo que Venezuela mantiene una de las reservas petroleras más grandes del mundo, el gran botín petrolero.
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Pero la recuperación de PDVSA solo puede ser llevada adelante por los propios trabajadores, bajo una industria petrolera 100% estatizada y bajo el control directo obrero sin injerencia de esa burocracia estatal y corrupta del Gobierno de Maduro y más aún de la propia gerencia de PDVSA en manos prácticamente de militares. Los recursos se pueden disponer de la repatriación inmediata de la fuga de capitales que ha alcanzado un montante de más de 500 mil millones de dólares, entre otras fuentes como el no pago de ningún centavo por concepto de deuda externa. También hay que exigir con fuerza el cese de las sanciones imperialistas, de forma independiente al gobierno y sin cederle en nada, pues forman parte de una política de asfixia y chantaje que solo empeora la situación de la producción y de la clase obrera del país.