Viejas recetas. La reaccionaria UCeDé, cuna de parte del personal político que siempre gobernó

Luego del encantador comentario de Cristina Fernández de Kirchner para con el ultraderechista Carlos Maslatón, miles de militantes y simpatizantes del Frente de Todos se lanzaron al abrazo, ya sea virtual por las redes sociales o incluso en el acto del 25 de Mayo, de este empresario ultraderechista. Este “político-empresario” simpaticón, mediático y panelista de C5N, fue dirigente estudiantil de la UPAU, parte del ultrarreaccionario partido liberal de Argentina UCeDé y armador del “Fenómeno Milei”.

La UCeDé fue una organización fundada por Álvaro Alsogaray, un verdadero político profesional de la burguesía y de la oligarquía de nuestro país. Quien desfiló junto a cadetes del ejército celebrando el golpe de Estado que dio inicio a la década infame en 1930, coincidiendo casualmente con quien sería su rival poco después, Juan Domingo Perón. Fue funcionario de la "Revolución Libertadora" y ministro de trabajo de Arturo Frondizi. Luego del golpe de 1966 fue designado embajador en Estados Unidos por la llamada “Revolución Argentina”.

En los años 90 la UCeDé proveyó muchos militantes del liberalismo argentino al gobierno peronista de Carlos Menem. Tan comprometidos estuvieron con ese proceso que la hija de Alsogaray, María Julia, fue llevada a juicio por actos de corrupción en cinco oportunidades, como así también tuvo un rol central en el plan de la privatización menemista de la empresa telefónica del Estado, Entel.

La ofensiva neoliberal fue tan profunda que a Menem, luego de ser electo y avanzar en su programa de privatización, precarización del empleo, devaluación de la moneda y endeudamiento del país, la UCeDé lo apoyó rotundamente y varios de sus cuadros, como Sergio Massa se cruzaron a las filas del menemismo, donde ya se encontraban, además, varios de quienes hoy son los principales dirigentes del Frente de Todos, desde Néstor, Cristina y tantos otros. De forma coherente a sus principios de clase, esta organización continuó apoyando al PJ de Eduardo Duhalde en las elecciones de 1999 y las candidaturas a diputado de Daniel Scioli.

Dinosaurios progenocidas, machistas y antiderechos

Como ya es conocido, los llamados hoy “liberales”, que reciclan recetas viejas que llevaron a la clase obrera y la juventud a pagar la crisis de los capitalistas, no sólo son conservadores en lo económico, fervientes agitadores de achicar el “déficit fiscal”, sino también dinosaurios antiderechos que concentran en sus filas a lo más rancio de la Iglesia catolica, del movimiento celeste, como así también valores y principios por completo reaccionarios que constantemente reproducen. Estos políticos derechistas actúan bajo la impunidad que les brinda ser funcionarios como así también la defensa que el sistema judicial hace de éstos.

En Entre Ríos, Gustavo Rivas, histórico candidato de la UCeDé y declarado "ciudadano ilustre", fue condenado a ocho años de prisión por abusar cada fin de semana de un menor distinto durante cincuenta años, estimando en 2000 el número de situaciones de abuso en Gualeguaychú. Fue acusado de "corrupción y promoción de la prostitución" a menores de edad cayendo en manos de la justicia por la investigación realizada por Daniel Enz de revista Análisis.

Los discursos reaccionarios en donde los referentes de La Libertad Avanza le gritan a las periodistas que los entrevistan por ponerlos en aprietos, como así también los comentarios sobre la venta de órganos o la continua campaña antiderechos que pregonan, es parte íntegra de su plan de gobierno, como así también de la agenda que promueven. Hace una semana escuchamos a la progenocidas y candidata de Javier Milei, Victoria Villarruel, planteando que habría que “derogar la ley del aborto”.

Los “¡Videla volvé!” no son sólo las exclamaciones de los trolls de Twitter, sino también de los referentes “juveniles” de Milei, como Delfina Ezeiza, la joven candidata de La Libertad Avanza que con 16 años tuiteaba en favor de uno de los máximos genocidas que conoció la historia argentina. Son quienes encarnan la idea de los dinosaurios de la vieja UCeDé, el partido de los Alsogaray donde se formó su familia y que hoy se reciclan como lo nuevo de la política.

Casta, ¿ser o no ser?

Es conocida la denuncia verborrágica que los liberales han hecho contra lo que ellos denominan “casta política”, ya sea de Juntos por el Cambio o el Frente de Todos, en clara defensa de los intereses de la casta empresarial que concienzudamente deciden omitir. Pero estos “nuevos libertarios”, como así también los viejos liberales del Alsogaray, eran y son parte de la casta política, de lo más rancio que sueñan con atornillarse a los mejores asientos que su empresario de confianza puede otorgar.

Ya es de público conocimiento cómo es que la campaña de José Luis Espert, antes candidato junto con Milei, ahora parte de JxC, fue financiada por empresarios ligados al narcotráfico. O el caso testigo del exintendente y referente de la UCeDé, Germán Kammerath, que fue detenido por “negociaciones incompatibles con la función pública”, en criollo corrupción.

Kammerath fue el principal dirigente de la UCeDé cordobesa durante los años 90 y ocupó jugosos cargos durante el gobierno peronista de Menem. En 1999 asumió como vicegobernador del primer gobierno de José Manuel de la Sota, donde sólo estuvo seis meses ya que luego ganó la elección para intendente.

Figuritas que pasan de mano en mano

Amado Boudou, exministro de Economía y candidato a vicepresidente de Cristina Fernández en 2011, fue en sus inicios un joven militante en la Unión para una Apertura Universitaria (UPAU-UCeDé). Militó con los derechistas y voceros de Cambiemos en la televisión, Eduardo Feinmann y Fabián Doman, fundador de la UPAU el primero y jefe de prensa de las campañas de Alsogaray el segundo. Feinmann fue quien escribió, y alardeaba enorgullecerse, las bases programáticas de la organización en las que Boudou se formó.

Si bien no surgió de la UceDé, en las últimas incorporaciones de la derecha Argentina está Carlos Rodríguez, quien fue anunciado este pasado miércoles como jefe de asesores económicos de Milei. Otro exfuncionario menemista, orgulloso admirador de Martínez de Hoz y exasesor de la última dictadura militar, que volverá a la política integrando las filas reaccionarias de La Libertad Avanza.

Rodríguez declaró en La Nación que “la dolarización es tan posible como lo fue la convertibilidad”, recalcando que las ideas de los liberales actuales no son nada nuevas, sino que tienen décadas de haber llevado el país al fracaso: “Milei está logrando vender las políticas de libre mercado que nosotros venimos proponiendo hace 45 años”, dijo sin ruborizarse.

Todo este personal político tiene larga trayectoria en la función pública, en el desarrollo de planes económicos de brutales ajustes que llevaron a que hoy cuatro de cada diez habitantes del país sean pobres. Hoy muchos intentan venderse como lo nuevo de la política, la receta mágica de los despeinados y violentos como Milei, que quieren canalizar la bronca o desencanto con los partidos tradicionales. El prontuario de cada uno delata que no sólo son viejas recetas, sino que esos mismos apellidos, en sus juventudes, pasaron por la UCeDé y se fueron desparramando por los diversos partidos de un mismo campo político: el de la gran burguesía y de los factores concentrados de poder.

Después de la ardua militancia y respaldo a Menem o Duhalde, un sector hizo carrera en el Partido Justicialista, decantando en el kirchnerismo o creando su propia fuerza. Hasta llegar a este 2023, donde el superministro apoyado por Cristina Fernández, Sergio Massa, posiblemente sea candidato central del Frente de Todos.

Así como los grandes ricos del país se preparan para ver qué partido puede descargar mejor la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, la izquierda también se prepara para dar batalla contra estos grandes capitalistas y sus partidos, por poner en pie una juventud que enfrente a los machistas y reaccionarios, que pelee en defensa del ambiente, para trabajar todos pero por un salario que alcance, para tirar abajo el patriarcado y el capitalismo, en perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores y el pueblo pobre.

Sabemos que la rebeldía es de izquierda, como demostró la lucha de clases en Francia, Chile, Bolivia y decenas de países que vivieron masivas movilizaciones. Por eso mientras discuten qué candidato es mejor para descargar la crisis sobre las espaldas de las mayorías es que desde el PTS-FITU se presenta a Myriam Bregman como precandidata a presidenta y Nicolás del Caño vice, mostrando una lista llena de laburantes, jóvenes estudiantes, del movimiento de mujeres, ambientalistas, por los derechos humanos y de los movimientos sociales, para fortalecer todas las peleas contra el ajuste de todos los gobiernos y la derecha, como así lo ratificó la conferencia electoral del PTS realizada este viernes 26 de agosto.