Mientras el Estado de Israel bombardea ciudades, hospitales y mezquitas, el presidente uruguayo se solidariza con Israel en su intento por doblegar al pueblo palestino. Merece todo nuestro repudio.
Miércoles 19 de mayo de 2021
Una bola de fuego sale de un edificio en el distrito residencial de Rimal, en la ciudad de Gaza, tras recibir el impacto de un misil. Foto de BASHAR TALEB (AFP), El País Int.
El pasado 11 de mayo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay realizó un comunicado donde expresa “su profunda preocupación por los hechos de violencia que se han sucedido desde la pasada semana en Jerusalén Oriental”. En el mismo comunicado manifiesta que “Al mismo tiempo, Uruguay expresa su firme condena ante la realización de actos terroristas y el recrudecimiento de los ataques perpetrados desde Gaza contra el territorio israelí”.
Estas declaraciones intentan ubicar a Palestina e Israel como dos fuerzas beligerantes en igualdad de condiciones, y librando una guerra entre dos países. Sin embargo, el Estado de Israel es la cuarta potencia mundial en términos militares, mientras que Palestina está hundida en la pobreza y no cuenta ni siquiera con los mínimos recursos de seguridad.
Pero también, las declaraciones de la Presidencia de la República, en lugar de condenar drásticamente la violencia desatada por el Estado de Israel contra la población civil palestina en los territorios ocupados, condena la respuesta a esta violencia de parte de un pueblo que tiene el derecho a defenderse.
Según varios medios, Luis Lacalle Pou habría llamado a Netanyahu para solidarizarse con su pueblo en estos momentos.
Tanto conmovieron estos gestos del gobierno uruguayo, que el mismo presidente Benjamín Netanyahu tuiteó en su cuenta un agradecimiento a Uruguay y otros países por su respaldo en las operaciones militares en curso.
Tuit de Benjamín Netanyahu: "Gracias por estar resueltamente con Israel y apoyando nuestro derecho a la autodefensa contra ataques terroristas". En el mensaje se puede ver la bandera de Uruguay.
Esta postura del gobierno uruguayo tan expresamente en favor del Estado de Israel, rompe con una cierta línea diplomática que hasta el momento se había mantenido en una postura más bien neutralista y moderada, de llamado al entendimiento de las fuerzas beligerantes. Una postura subordinada que pretendía quedar bien “con dios y con el diablo”, pero que ahora Lacalle Pou pega un salto en su alineamiento con el sionismo y la embajada norteamericana.
Pero el pueblo uruguayo, que sabe de violaciones a los derechos humanos y de Terrorismo de Estado, no puede permitir ni un minuto de apoyo a la política sionista y supremacista del Estado de Israel. Por el contrario, el pueblo uruguayo ha sabio históricamente solidarizarse con los pueblos oprimidos del mundo, como es su tradición.
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Una historia de ocupación, colonialismo y terrorismo de estado
Desde que se creó el Estado de Israel hace más de setenta años, se viene perpetrando un sojuzgamiento sistemático del pueblo palestino, invadiendo sus territorios y expulsando a su población.
Se ha dictado contra el pueblo palestino un bloqueo comercial, que incluye la prohibición de importar medicamentos o insumos mínimos como tapabocas para combatir el COVID19. A la vez, se les prohíbe la importación de combustibles para la energía eléctrica básica para el funcionamiento de hospitales, escuelas y centros productivos.
Se ve claramente la imposición expansionista que Israel ha tenido durante todos estos años, donde ha ocupado por la fuerza cada vez más territorio perteneciente al pueblo palestino. Solo basta comparar su actual jurisdicción con la que se le había otorgado al momento de su creación ficticia como estado.
Israel se encuentra realizando, como ya lo denuncian tantos sectores a nivel internacional, una limpieza étnica del pueblo palestino y un genocidio prolongado en el tiempo.
El tratamiento de los medios uruguayos: entre la justificación y la victimización
La mayoría de los medios uruguayos han hecho un tratamiento de la noticia poniéndose claramente del lado de Israel, y condenando los cohetes que parten de la Franja de Gaza, y hasta fomentando los bombardeos israelíes.
En algunos casos, hablan de “enfrentamiento” entre Israel y el grupo Hamas, y no describen la realidad como lo que es: una escalada militar del Estado de Israel contra los territorios palestinos, que incluye la expulsión de familias palestinas de sus propios hogares.
En otros casos, los medios plantean los bombardeos como un acto de “legítima defensa” del sionismo frente a los cohetes provenientes de Palestina, ubicando a Israel como una víctima de la situación. Pero quienes se están defendiendo son los palestinos, históricamente acorralados y hambreados por los israelíes.
El mayor exponente de esta postura ha sido la periodista de UyPress, Ana Jerozolimski, quien no ha parado de defender y promover los bombardeos y los crímenes perpetrados por Israel. Con largas notas con argumentos falsos y frases repugnantes como “Israel está bajo fuego y lo que hace es defenderse”, justifica la extrema violencia utilizada contra un pueblo oprimido.
Las víctimas se convierten en victimarios en los medios uruguayos.
La postura del progresismo uruguayo
Frente a semejante ofensiva diplomática y mediática de los sectores que apoyan al sionismo, se debe ser contundente y oponerle una clara postura a favor de los pueblos oprimidos.
El Frente Amplio ha venido planteando durante estos años, la solución de dos estados. Pero esta salida parte de reconocer al Estado de Israel justificando su existencia; como así también ubica en un status de estado a los que hoy son territorios ocupados sin unidad territorial. Además, esta política se ha visto totalmente impotente y utópica, a partir de la existencia del estado mismo de Israel como un escollo para ello.
Durante sus 15 años de gobierno, el FA ha mantenido sus relaciones diplomáticas y comerciales con Israel, más allá de algunos comunicados que se han distanciado coyunturalmente.
Lo mismo podríamos decir de la dirección mayoritaria del PIT-CNT, influenciada por el Partido Comunista del Uruguay, que siempre promovió la creación de los dos estados, y se esforzó por mantener relaciones amistosas con las burocracias sindicales sionistas. Como cuando realizaron un viaje a Israel para intercambiar experiencias sindicales, y al volver reivindicaron el modelo sindical israelí.
Declaraciones casi indignantes siendo que, en Israel, los habitantes no judíos son considerados ciudadanos de segunda y, por lo tanto, gran parte de la clase trabajadora no judía, es totalmente discriminada en lo que se ha denominado el “apartheid” judío.
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No puede concretarse la salida de los dos estados, cuando uno está fundado sobre la base del exterminio del otro.
Contra el gobierno uruguayo, el sionismo internacional y en defensa del pueblo palestino
Las trabajadoras y trabajadores uruguayos, el movimiento estudiantil y el de los derechos humanos deben tomar una postura firme en favor del pueblo palestino y su derecho a la autodeterminación.
Debe repudiar enérgicamente los bombardeos israelíes y toda la política de limpieza étnica y genocidio prolongado. Y debe exigir al gobierno de Luis Lacalle Pou que retire todo apoyo a la política sionista de Terrorismo de Estado.
A su vez, hay que exigir la ruptura de las relaciones diplomáticas y comerciales con Israel, algo que se debía haber realizado hace muchos años, y que tampoco el Frente Amplio hizo.
La manera en que puede solucionarse el conflicto en Medio Oriente es con la intervención de las clases trabajadoras de la región, en lucha por imponer un estado único, laico, obrero y socialista, donde convivan los pueblos democrática y pacíficamente, y donde no haya ningún tipo de opresión.
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