Se desató la polémica porque están entrenando tres mujeres del equipo de la Universidad de San José (EEUU), con la Selección Argentina de fútbol que debuta hoy en la Copa América Centenario contra Chile.
Pablo Maltz @pablomaltz
Lunes 6 de junio de 2016 00:30
En el clima actual de crisis en la Asociación de Fútbol Argentino y de falta de planificación general, no enviaron sparrings como sucede habitualmente en este tipo de competencias. En anteriores ocasiones se elige un grupo de jugadores juveniles (algunos de las selecciones menores) para ayudar a los deportistas a practicar y darles la oportunidad de foguearse con los profesionales.
En Estados Unidos, el “soccer” femenino es más popular que el masculino. Su selección es potencia mundial: ganó la Copa del Mundo tres veces (en 1991 se realizó la primer Copa Mundial de fútbol y EEUU salió campeón) y tras cinco Juegos Olímpicos disputados, obtuvo cuatro medallas de oro.
El poderío y trascendencia también es acompañado de la lucha por su reconocimiento. Más allá de los triunfos y la gran cantidad de público que se acerca, no lograban equiparar sus sueldos con los futbolistas. Es por eso que en marzo de este año, cinco jugadoras de la selección presentaron una demanda federal por discriminación salarial contra la Federación de Fútbol de Estados Unidos. Sostuvieron que debían cobrar igual salario que sus compañeros del equipo masculino, porque son el motor económico del fútbol en su país.
“Somos las mejores del mundo. A ellos se les paga más sólo por aparecer y a nosotras menos por ganar campeonatos importantes”, declaró Hope Sol, arquera de la selección.
Hace tan solo una semana, en respuesta a la amenaza de retirar el equipo y no viajar a los Juegos Olímpicos que se disputarán en Río de Janeiro, las jugadoras lograron un triunfo histórico. El Senado yanqui aprobó una resolución para exigir igualdad salarial entre géneros de los deportistas y no sólo del fútbol, sino de cualquier disciplina.
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Desde Argentina, ya se manifestaron muchos futboleros escandalizados por la presencia de sparrings mujeres. El fastidio por la desorganización de la AFA queda de lado ante lo incomprensible dentro de un escenario machista y hostil hacia las mujeres como protagonistas (futbolistas, réferis, dirigentes, etc). No se escuchan críticas por el nivel futbolístico de estas tres jugadoras, ni del resto de lo sparrings hombres. Los comentarios en un sector mayoritariamente retrógrado señalan “lo bajo que cayó la selección para tener que entrenar con mujeres” y se encargan de determinar cuál es la función que para ellos deberían tener: “¿Mascherano puede trabar con una mujer? No sé, pero al menos le puede pedir el teléfono”.
Si tenemos en cuenta los procesos de reconocimiento/lucha, además del alto nivel futbolístico de la Selección y los equipos femeninos en Estados Unidos, parece bastante lógico que la organización de la Copa América en ese país sugiera algunas sparrings mujeres, aunque le pese a los que insisten con invisibilizar en Argentina a los equipos femeninos.
