La denuncia por violencia de género contra el expresidente Alberto Fernández sigue generando debates. Las operaciones, los debates y las consecuencias. Columna de géneros en El Círculo Rojo.
Celeste Murillo @rompe_teclas
Viernes 16 de agosto 01:07
· La denuncia de Fabiola Yáñez contra el expresidente no deja de tener nuevos episodios. En lo que respecta al proceso judicial: Alberto Fernández fue imputado por lesiones graves y amenazas coactivas.
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· Hay que seguir la causa, lo que ya se puede decir es que el Poder Judicial está muy lejos de la imparcialidad. Es obvio que la causa está cruzada por intereses políticos y operaciones mediáticas. Y está funcionando como vehículo de revanchas personales (el expresidente denunció a Julián Ercolini, el juez de la causa, por su viaje a Lago Escondido con directivos del Grupo Clarín).
· Es muy difícil esperar justicia de todo ese entramado.
Este escándalo además tiene un capítulo antifeminista
· El gobierno de Javier Milei está haciendo una utilización explícita de esta causa porque es útil a su agenda contra el movimiento feminista. Esa agenda, y no el ahorro fiscal, es la que empujó:
· El desmantelamiento de los dispositivos de atención a las víctimas de violencia machista
· La suspensión del programa Acompañar (apoyo económico mínimo para mujeres y personas LGBT en situaciones de violencia, hoy equivaldría a 78.000 pesos).
· La eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.
· Y se suma una alerta importante: el nombramiento del nuevo secretario de Culto (Nahuel Sotelo), autodenominado libertario puro y católico conservador. Es una confirmación de que el antifeminismo seguirá en el centro.
· Como parte de ese capítulo, generó debate un comentario de la periodista Julia Mengolini. Dijo que la frase “Yo te creo, hermana” es retórica y política, que no niega el principio de inocencia, y agregó que la palabra de Fabiola Yánez “valía poco” .
· Algunas aclaraciones
· El objetivo original de la idea “Yo te creo, hermana” es disputar que la presunción de inocencia de un acusado (un derecho de todas las personas, nos caigan mejor o peor) se apoye en el cuestionamiento de la conducta de la víctima (“tenía una pollerita corta”, “era fanática de los boliches”, “es alcohólica”).
· En Argentina generó muchos debates en el movimiento feminista alrededor de posturas punitivistas (como los escraches o linchamientos en redes sociales).
· En esos debates, las feministas socialistas, de izquierda, siempre sostuvimos una postura crítica junto con algunas referentes e intelectuales. Éramos una minoría.
· Las posturas punitivistas estuvieron acompañadas por discursos excluyentes de los varones, señalados como enemigos “naturales” (con bastante popularidad, que hoy varios sectores prefieren olvidar).
· Son debates que continúan y se transforman. Dejando de lado el cuestionamiento del valor de la palabra d e Fabiola Yáñez (¿quién mide esos valores?), me parece bien introducir matices y debates, igual que hace algunos años cuando éramos pocas las voces críticas.
· Incluso cuando las declaraciones contra el expresidente lo comprometen cada vez más.
· Y también es una buena idea no anular discusiones con el argumento de “lo puede usar Milei “ (que de hecho lo está usando).
· Las feministas socialistas pensábamos lo mismo aun cuando nos decían que criticar la utilización del feminismo o cuestionar los presupuestos de las políticas que tanto presumía el gobierno anterior era “hacerle el juego a la derecha”.
· Creo que es una buena oportunidad para volver sobre estos debates que siempre fueron parte del movimiento feminista, que todos los gobiernos quieren usar para sus causas, integrándolo, neutralizándolo o declarándole la guerra.
¿Por qué importa seguir discutiendo estas cosas?
· Porque debajo de las declaraciones y cruces está la vida real. Cada vez que la violencia machista es parte del debate público, aumentan los llamados a las líneas de asistencia.
· Hoy los pocos canales de ayuda que persisten están sobrepasados por el vaciamiento y el desmantelamiento.
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· Esto ocurre además cuando la tasa de femicidios sigue siendo alta: en el primer semestre de 2024, hubo un femicidio cada 29 horas (147, según el observatorio de la Defensoría del Pueblo de la Nación).
· El viernes 9/8 hubo una marcha en Mar del Plata que no salió casi en ningún medio, para denunciar que en los últimos 3 meses hubo 4 femicidios. Marta Montero, la mamá de Lucía Perez (asesinada en 2016), recordó la responsabilidad del Estado en los femicidios y dijo algo que hoy quedó en segundo plano pero es importante:
“No tengan miedo, el miedo nos paraliza. Las calles son de las mujeres, las calles son nuestras”.
Celeste Murillo
Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.