A unos días del primero de mayo es necesario que los trabajadores universitarios salgamos a las calles en defensa de la educación pública, contra los recortes y despidos y por un regreso a clases presenciales de manera segura.
Jueves 29 de abril de 2021
Este primero de mayo los trabajadores universitarios nos encontramos bajo una situación compleja, con la pandemia y la crisis económica de fondo, las autoridades federales y educativas han decidido implementar la austeridad republicana de manera dislocada, es decir, no con recortes directos al presupuesto educativo, pero si con una serie de decretos presidenciales que apuntalan a recortar partidas presupuestarias a la educación.
Esto se vio reflejado con los decretos de extinción de programas de educación media superior a distancia y de educación especial, así como el no rescate de las once universidades en quiebra, pero si la imposición de un plan financiero que apunta al despidos de docentes y administrativos, congelamiento de plazas y un nuevo modelo de pensiones y jubilaciones.
Bajo la pandemia y con la imposición de las clases en línea por parte de la SEP y la ANUIES, se recrudecieron las condiciones de precariedad laboral para miles de docentes en todo el país, esta situación ha sido acompañada por recortes como el de la UAM por 110 millones de pesos que ahora vulnera las pensiones de decenas de docentes, despidos como en el IEMS y retrasos de pagos salariales como en la UNAM.
Esta situación de ataque generalizado a las universidades no puede entenderse sino es de la mano de la tregua de las principales direcciones sindicales han sostenido con el gobierno federal, desde la charra Confederación de Trabajadores Universitaria (CONTU) hasta las que encabezan los sindicatos que se reclaman democráticos como la Federación Nacional de Sindicatos Universitarios (FNSU) y la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, de Educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUECIC).
¡Por un primero de mayo con la mujer universitaria el frente!
Pese a la posición de tregua de las principales direcciones sindicales, somos las y los trabajadores de la educación quienes hemos salido a luchar en defensa de nuestras condiciones laborales y salariales. Es el caso de los docentes del Conalep, del Telebachillerato Comunitario a nivel nacional, las trabajadores del IEMS que frente a los despidos instalaron un plantón a las afueras del senado, los docentes de la ENAH contra la eliminación de casi cien materias y más recientemente la lucha de los docentes de asignatura y ayudantes de la UNAM por el pago inmediato de los salarios adeudados y por basificación.
En todas estas luchas quienes tenemos un rol fundamental hemos sido las mujeres trabajadoras, quienes jugamos roles fundamentales en la organización y el sostenimiento de estas luchas, desde el plantón del IEMS hasta los paros en la UNAM. Somos quienes pese a las dobles jornadas de explotación con home office o clases en línea y el cuidado del hogar, nuestros hijos o adultos mayores, encabezamos con decisión cada una de estas luchas.
Este rol destacado es motor de estas y futuras luchas, que tiene que empujar hacia la necesidad de coordinar el conjunto de nuestros reclamos. Rumbo al 1 de mayo es necesaria esa unidad para imponerles la movilización a las direcciones sindicales que pese al duro ataque, se niegan a romper la tregua con la cuarta transformación.
Dicha fuerza también debe apuntar a conjuntar nuestras demandas laborales, con las demandas propias de las mujeres, como la lucha contra la violencia, por el derecho a decidir; también por garantizar medidas mínimas para garantizar nuestro desarrollo como trabajadoras, como guarderías, cuartos de lactancia, licencias por maternidad y paternidad dignas, y un largo etcetera.
Por eso desde las agrupaciones clasistas Desde las Bases STUNAM y Contracorriente SITUAM, invitamos a las y los trabajadores universitarios a marchar con nosotros, conformemos un contingente de trabajadoras y trabajadores combativos en defensa de la educación pública.
Pero esta lucha no termina el 1 de mayo, para profundizar nuestra organización es fundamental nutrir en Encuentro Nacional en Defensa de la Educación Pública el próximo 8 de mayo, un acuerdo de la asamblea interuniversitaria impulsada por los docentes de la UNAM.
Mientras luchamos por imponer un plan de lucha unificado a las principales direcciones que se reclaman democráticas es necesario pelear por la recuperación de nuestros sindicatos de las manos de la burocracia sindical que ha permitido que estemos en una situación crítica a nivel nacional.
