Este movimiento Negro independiente es capaz de intervenir con impresionante fuerza sobre la vida política y social en general de la nación, a pesar del factor de que es llevada a cabo bajo las banderas de los derechos democráticos… Nosotros decimos que es capaz de ejercer una poderosa influencia sobre el proletariado revolucionario, que tiene una gran contribución que hacer para el desarrollo del proletariado en los Estados Unidos, y que es en sí misma una parte constitutiva de la lucha por el socialismo.
–C. L. R. James, “La respuesta revolucionaria al problema Negro en los Estados Unidos,” discurso en la conferencia del Partido de los Trabajadores Socialistas (SWP por sus siglas en inglés), 1948.
La historia de la lucha de clases en Estados Unidos está conectada inherentemente a la lucha por la liberación negra. Las rebeliones de Baltimore, Maryland y Ferguson, Missouri después de los asesinatos de Freddie Gray y Michael Brown por oficiales de policía rebelaron que, a pesar de que en los Estados Unidos el presidente electo en 2008 es el primer negro, la mayoría de la gente negra sigue sufriendo la explotación y opresión infligida por el estado imperialista. El espíritu de la liberación negra encendió al país con la emergencia del movimiento Black Lives Matter.
La idea de que los afroamericanos irán obteniendo gradualmente su libertad completa bajo el actual sistema demuestra no ser nada más que una ilusión. El estado estadounidense ha demostrado ampliamente que la opresión racial está inscrita en su ADN. La abolición de la esclavitud y la abrogación de las leyes de segregación no fueron ganadas por la gracia de la clase dominante blanca estadounidense, sino por la lucha de muchas generaciones de gente negra.
Es necesaria una perspectiva anticapitalista para la victoria de la lucha por la liberación negra. Hay alas del movimiento de libración negro que consideran la afluencia negra como un desafío a la supremacía blanca. Algunos sectores consideran esto como una forma de “representación,” pues les permite a algunas pocas personas negras ser admitidas en la clase capitalista.
Sin embargo, el capitalismo sirve únicamente a una pequeña clase de individuos, y aunque ahora incluye a algunos capitalistas negros, la gran mayoría de la gente negra languidecen bajo este sistema económico. Históricamente ha existido el apoyo al “capitalismo negro” porque el Estado ha luchado a uñas y dientes a lo largo de la historia para evitar su progreso. Pero como lo demostró la presidencia Obama, ni el capitalismo negro ni tampoco los representantes negros en el estado capitalista llevarán a la liberación negra.
La única manera para terminar con el racismo sistémico es terminar con el capitalismo, y la única manera de conducir a un movimiento poderoso en contra del capitalismo es erradicando el racismo que aún prevalece en grandes sectores de la clase trabajadora. Esto ha sido entendido por amplios sectores de las comunidades negras influenciadas por las ideas socialistas y comunistas desde la década de 1920 en adelante.
Desafortunadamente, después de los sesentas y setentas, y con la aceleración de la ofensiva neoliberal, la lucha por la liberación negra y la revolución socialista comenzaron a avanzar separadas. Es imperativo reestablecer la unidad entre las luchas negras y anticapitalistas para reconstruir la historia de su relación. Mientras algunas organizaciones de izquierda minimizan el racismo como si no fuera un problema primordial, nosotros creemos que la liberación negra está en el corazón de la lucha de clases en Estados Unidos, y que la lucha en contra del racismo debe estar en el centro de las prácticas de cualquier organización de izquierda.
En este artículo, nos enfocamos en el periodo de la década de 1920 y los primeros años de los 30, cuando la lucha negra logró gran importancia en la arena nacional y las ideas socialistas florecían junto con ella. La experiencia del Partido Comunista durante este periodo ofrece ideas valiosas para los socialistas de hoy.
La primera Gran Migración y la Nacionalización de la Cuestión Negra
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el capitalismo estadounidense vivió una transformación hacia un poder imperialista.
Si bien la hegemonía global de los Estados Unidos no se materializó hasta el final de la Segunda guerra Mundial, la economía de E.U.A. ya estaba afianzada en la bulliciosa carrera de la producción masiva y rápida urbanización para principios de 1900. La comunidad negra, mayormente concentrada en el sur de los Estados Unidos hasta 1920, siempre sufrió las consecuencias de los procesos de industrialización:
Cuando comenzó el siglo, los negros formaban parte de un campesinado de aproximadamente del 83% de la población trabajadora en las granjas. Esto cambió radicalmente en los 50 años siguientes, para mitad del siglo, los afroamericanos eran ahora gente de las urbes, con el 60% de su población viviendo en las ciudades. La comunidad era dominada por un proletariado industrial y un pequeño grupo de trabajadores de cuello blanco y trabajadores de servicio profesionales. La ciudad era la tierra de la gente negra. [1]
La gran Migración involucró el éxodo de seis millones de personas negras del sur al norte de los Estados Unidos de 1916 al 1970.
Desde 1916 a 1940, al menos 1.5 millones de personas negras migraron del sur a las nacientes ciudades del norte. La migración hizo que emergiera un nuevo posible proletario negro, por un lado, y por el otro, una pequeña burguesía urbana de artistas y profesionales. Con la migración, la lucha negra comenzó a tomar un carácter nacional. El Estados Unidos negro estaba prosperando, y escritores como W. E. B. Dubois señalaron que la “cuestión negra” estaba en el corazón de los problemas de E. U. A.:
El problema del siglo veinte es el problema de la línea de color –la relación de las razas más obscuras con las más claras de hombres en Asia y África, en Estados Unidos y las islas del mar… ¿Qué se hará con los negros? Los comandos militares perentorios de un lado y del otro, no pudieron dar respuesta a esta pregunta; la Proclamación de Emancipación no parecía sino ampliar e intensificar las dificultades; y las Enmiendas de Guerra hicieron de los problemas negros el hoy. [2]
Estos fueron los años de la Gran Depresión, la lucha en el sur contra el Ku Klux Klan, y un proceso sin precedentes de organización y politización en el movimiento de liberación negro. Para los siguientes veinte años, con el surgimiento de la nueva intelectualidad negra y la urbanización llegaron decenas de organizaciones negras que luchaban contra las leyes de segregación, como el Movimiento del Niagara (1903), la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (1090), y la Liga Urbana (1910).
En este contexto y con el fondo de la Gran Guerra, un evento internacional cambio la configuración del movimiento negro- la Revolución Rusa de 1917.
La revolución Rusa y la Liberación Negra
La Revolución Rusa inspiró a los explotados y oprimidos de todo el mundo, y los negros en Estados Unidos no fueron la excepción. En noviembre de 1917, John Reed envió un cable a la publicación socialista New York Call from Petrograd: “Esta es la revolución, la lucha de clases, con el proletariado, los trabajadores, los soldados y campesinos se alinearon juntos en contra de la burguesía." [3]
La Revolución Rusa de 1917 le mostró a la clase trabajadora y a los más oprimidos el rayo inspirador de un futuro más allá de los límites de la opresión capitalista. Internacionalmente, la Revolución Rusa tuvo un mayor impacto en la lucha de clases y demostró que, aún en los países capitalistas atrasados como Rusia y los países del continente africano, las masas pueden conducir a la revolución. Uno de los aspectos de la temprana era capitalista
Fue la división y gobernación del continente africano por 15 países europeos en la Conferencia de Berlín de 1885. La expansión de la Revolución Rusa, la derrota de las burguesías europeas y la victoria de la clase trabajadora en estos países imperialistas- que incluye a Francia, Alemania e Inglaterra- hubiese sido un golpe fatal para sus proyectos colonialistas en el continente africano. Al mismo tiempo, la debilidad de las burguesías europeas habría incrementado las oportunidades de los trabajadores africanos y los oprimidos de derrocar los gobiernos imperialistas de la región. [4]
Los Primeros años del Partido Comunista y la Cuestión Negra
En 1919, la inspiración de la reciente revolución en Rusia llevó a que se creara el Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA por sus siglas en ingles) en medio de la ruptura del ala izquierda del Partido Socialista [5] y otras organizaciones radicales. La formación y los archivos del Partido Socialista (SPUSA), inspirado por el ejemplo ruso, rápidamente giraron a izquierda. El mismo año, los comunistas estadounidenses sufrieron una agresiva represión gubernamental [6] en la forma de “Palmer raids,” resultando en la detención de más de seis mil estadounidenses e inmigrantes comunistas, aproximadamente más de 500 fueron deportados.
De 1920 a 1950 el CPUSA fue una de las organizaciones más influyentes de la clase trabajadora y de la población negra en el país. La orientación del partido llevo hacia el movimiento de liberación negro surgió de (1) una intensa colaboración internacionalista y debates entre militantes comunistas estadounidenses y la Internacional Comunista (CI) y (2) la influencia que recibía el partido de los radicales negros en Estados Unidos, la cual, inspirada por la revolución rusa, comenzó a girar a izquierda.
Los militantes comunistas venían de formación y tradición del Partido Socialista; la liberación negra no estaba en el centro de sus prácticas políticas. Los socialistas estadounidenses estaban por supuesto entrenados en el anti racismo, pero incluso para Eugene Debs, uno de sus fundadores y figuras más prominentes, la opresión racial no tenía una atención especial:
No hay cuestión negra por fuera de la cuestión de los trabajadores. El verdadero problema… No es equidad social sino liberación económica. La lucha de clases es incolora. Los capitalistas, blancos, negros y de otros tonos, están en un bando y los trabajadores, blancos, negros, y de otros colores, en el otro bando. [7]
Por lo tanto, no fue sorpresa que el nacido Partido Comunista aún estaba cegado a la importancia de la cuestión negra en los Estados Unidos. Los bolcheviques, aunque no eran expertos en la cuestión negra, reconocieron en los primeros momentos de su organización que el problema de opresión racial estaba profundamente enlazado con la política revolucionaria en los E.U.A. La naciente Unión Soviética garantizó el derecho a la auto determinación de las nacionalidades y las minorías- como los musulmanes- que eran oprimidos durante el zarismo. Estas minorías nacionales florecieron social y culturalmente después de la revolución. [8]
Como escribió Jacob Zumoff en su libro, El comunismo internacional y el comunismo en E.U.A.,
Ya en 1913, Lenin había notado la importancia de la cuestión negra cuando escribió: “Todos sabemos que la posición de los negros en Estados Unidos en general es indigna de un país civilizado- el capitalismo no puede darles emancipación completa o la menos equidad social.” [9]
Más allá del factor de que algunos comunistas hayan experimentado o atestiguado la opresión de la gente negra en Estados Unidos de primera mano, [10] el partido bolchevique era especialmente sensible a la opresión nacional, étnica y de género. Zumoff escribió,
Generalizando sobre la experiencia rusa, los bolcheviques enfatizaron el antiimperialismo y el anticolonialismo. Debido a que la opresión especial era a menudo parte integral del capitalismo, luchar contra él podría provocar luchas sociales más amplias. Este entendimiento obligo a los bolcheviques a sentir la importancia de la “cuestión negra.” [11]
Por lo tanto, Lenin insistió para que John Reed presentará un reporte especial sobre la cuestión Negra en Estados Unidos para el Segundo Congreso de la Internacional Comunista en 1920. Las resoluciones se aprobaron en el Segundo Congreso y luego fueron ratificadas en el Cuarto Congreso de la IC (1922) y finalmente guio la orientación del partido hacia la cuestión negra hasta 1934. Es decir, a pesar del crecimiento del estalinismo dentro de la Internacional Comunista a través del “Tercer Periodo,” la burocracia soviética sólo pudo disciplinar a los comunistas negros estadounidenses después de 1934.
El reporte de John Reed al Segundo Congreso declaró que
Los comunistas no deben de estar distantes del movimiento [sic] Negro que demanda su igualdad política y social y en este momento, en un momento de rápido crecimiento de la conciencia racial, se extiende rápidamente entre los negros. Los comunistas deben usar este movimiento para exhibir la mentira burguesa de la igualdad y enfatizar la necesidad de la revolución social la cual no solamente liberará a todos los trabajadores de la servidumbre, sino que también es la única forma de liberar a la gente negra esclavizada. [12]
Reed insistió en que cualquier política revolucionaria del periodo debía incluir la pelea en contra del racismo y el apoyo a las luchas de la gente negra a escala internacional. Después de exponer que “el enemigo de la raza [negra] y del trabajador blanco es idéntico: Capitalismo e imperialismo,” las resoluciones afirmaban que
La internacional Comunista debe de luchar por la igualdad de la raza blanca y negra, por salarios iguales y derechos sociales y políticos iguales. La Internacional Comunista usará todos sus medios disponibles para obligar a los sindicatos a admitir a trabajadores negros, o, en donde este derecho ya exista en papel, generar propaganda especial para su ingreso a los sindicatos. Si esto fuese imposible, la Internacional Comunista deberá organizar a la gente negra en sus propios sindicatos y luego usar la táctica de frente único para obligar a los sindicatos generales a admitirlos. [13]
La atención que le dio la Internacional Comunista a la cuestión negra en sus primeros cuatro congresos convergió con el desarrollo del radicalismo negro en Estados Unidos. La Revolución Rusa resonó entre el movimiento de liberación negra, levantando un ala izquierda socialista. Esta radicalización surgió del creciente descontento con las políticas de organizaciones influyentes como la NAACP. Como un subproducto de este descontento, se formaron organizaciones como la Hermandad de Sangre Africana, con jóvenes líderes negros como Cyril Valentine Briggs a la cabeza, quién vio la lucha de liberación negra como una lucha anticolonial y antiimperialista. Una vez fundado el Partido Comunista, estas dos organizaciones surgieron en 1921. Esta fusión fue una expresión de las fuertes relaciones entre comunistas y la liberación negra.
El Tercer Periodo
En 1923 fue derrocada la revolución alemana. Esta derrota pavimento el camino para la desmoralización del proletariado europeo y de un periodo de estabilidad capitalista. Aunque falló la revolución alemana, la mayoría de la Internacional Comunista concluyó que se estaba desarrollando una etapa global de radicalización de las masas.
Esta incorrecta caracterización y el rechazo de la mayoría de la IC para trazar conclusiones objetivas sobre los importantes errores en Alemania llevaron a la Internacional a adoptar una política conocida como el “Tercer Periodo.” Esta orientación estaba basada en la idea de que la revolución socialista era inevitable. Esta caracterización tuvo su correlación con una posición ultra izquierdista y sectaria del CPUSA desde 1929 a 1934.
Durante los años del Tercer Periodo, el PC creó la Liga de Unidad Sindical (TUUL, por sus siglas en ingles) para construir “sindicatos rojos” o sindicatos revolucionarios” en oposición a los sindicatos existentes de la Federación del Trabajo de Estados Unidos (AFL, por sus siglas en ingles). Los sindicatos rojos necesitaban trabajadores que aceptaran el programa del CPUSA en función de obtener su afiliación. Charles Post describía esta táctica:
Los sectarios sindicatos del PC tuvieron efectos trágicos particularmente en la industria del acero. Allí, la considerable fracción del PC se negó a participar en el creciente movimiento de base en la Unión de Acero y Hierro de los Trabajadores (AFL) que agitaba a una huelga general para ganar reconocimiento sindical durante 1933 y la primera mitad de 1934. Al contrario, el PC mantuvo su relativamente pequeño “sindicato rojo” – El Sindicato de Trabajadores Industriales del Metal y el Acero- en lugar de entrar y dar dirección política y organizacional a las “logias” de la Unión (locales). [14]
A pesar de esta dirección desafortunada, fue precisamente en el tercer periodo que el CPUSA hizo sus más importantes avances en el movimiento negro. Esto fue el resultado de la preservación de los elementos revolucionarios de la Internacional Comunista. En relación a la cuestión negra, su política mantuvo las resoluciones aprobadas en el congreso de 1928. Estas establecían que la lucha negra podría ser caracterizada como la lucha de auto determinación en el Cinturón Negro del sur, y la pelea por derechos igualitarios y la integración en el norte.
En el norte, los comunistas organizaron consejos interraciales de los desempleados; lucharon la segregación de la educación, vivienda y salud; y construyeron comités de solidaridad en contra del linchamiento en el sur.
De manera sectaria y como resultado de la línea del Tercer Periodo, el CPUSA rechazó cualquier tipo de acción con el Partido Socialista en el sur, pero logró organizar trabajadores asalariados rurales y sindicatos de aparceros.
En ciudades industrializadas como Birmingham, Alabama, sindicatos organizados por los comunistas estaban a la vanguardia del movimiento obrero militante. Ellos también agitaban en contra de la segregación y por el derecho de voto de la gente negra, y en muchos casos se volvían parte de las autodefensas armadas en contra de los linchamientos perpetrados por el Ku Klux Klan, En Alabama en 1930, los comunistas organizaron a millones de personas (negros y blancos) en defensa de los “Chicos Scottsboro,” jóvenes negros que fueron acusados falsamente de violar a dos mujeres blancas.
Los militantes comunistas en el sur desarrollaron toda clase de tipos de iniciativas para organizar a la clase obrera negra. Como explica Robin D. G. Kelley en su libro Hammer and Hoe, el entretejido de clases en el capitalismo racista del sur planteó desafíos sin precedentes para los comunistas:
Las relaciones entre el trabajo industrial y el capital, y los propietarios y habitantes, estaban nubladas por divisiones basadas en el color de piel. En la superficie, al menos, parecía que existían dos comunidades raciales separadas en el segregado sur que únicamente se cruzaban en el mundo del trabajo o el mercado. Las distinciones de clase agudas perduraron tanto en las comunidades negras como en las blancas, pero el racismo tendió a ocultar y, a veces, detener, el conflicto de clase interracial y en la unidad interracial de la clase trabajadora. Los líderes del partido de Alabama no pudieron escapar de la prevalencia de la raza, a pesar de su énfasis inequívoco en la política de clase. De hecho, durante sus primeros cinco años en Alabama, el PC se convirtió inevitablemente en una organización "racial", una alternativa de clase trabajadora al NAACP. Como lo observó Nell Painter, la formación y acumulación folclórica “hizo suya el partido. En Alabama en los treintas, el PC era una sureña organización de la clase obrera negra.” [15]
Las iniciativas promovidas por los miembros del CPUSA en Alabama combinaban trabajo paciente en los sindicatos que reconocía la importancia de la pelea contra el racismo, y también encabezaban la organización de los órganos democráticos en las comunidades negras que resolverían problemas urgentes en ciudades como Birmingham.
Kelley también describió las condiciones adversas bajo las cuales comunistas negros y blancos organizaron a la clase obrera negra en Alabama y el grado de influencia que alcanzaron en grandes sectores de la comunidad negra.
Sin embargo, la feroz represión estatal, combinada con el curso político seguido por los líderes del Partido Comunista, eventualmente liquidaron la heroica experiencia de Alabama.
El Giro a Derecha
La burocratización creciente de la Internacional Comunista y el giro a derecha tuvieron un gran impacto en los Estados Unidos. Comenzando en 1934 bajo el control de Stalin, la Comintern giro de nuevo, esta vez a la derecha. Dejando atrás el periodo de ultra izquierdismo, las organizaciones comunistas abrazaron el “frente popular.” En los Estados Unidos, esto implicó subordinar el partido al gobierno bajo la administración Roosevelt, lo cual tuvo un impacto directo en la relación del CPUSA con el movimiento de liberación negra. Como decía C. L. R: James,
El PC perdió 1579 o el 79% de sus miembros negros durante el año pasado solamente en el estado de Nueva York, desde ese momento, ha tenido lugar la escisión de la Alianza de Trabajadores, y Nueva York está programado para ser siempre sintomático de los desarrollos del partido en conjunto… La razón principal de esto es, por supuesto, el nuevo giro al Frente Popular del PC. El PC no puede conseguir las alianzas que quiere si pelea por la difícil lucha de los derechos de los negros. El PC es ahora un partido estadounidense, y los partidarios pequeñoburgueses de la democracia que está llegando, no tiene nada en común con el negro, que, encontrándose extraño, simplemente dejó el partido. [16]
En Moscú, la burocracia estalinista- En complicidad con los dirigentes en E.U.A.- obligaron a los miembros del CPUSA a dejar de organizarse dentro del movimiento de liberación negra con el argumento de que, al aparecer ante las masas como una organización negra, el partido estaba alienando a los trabajadores blancos. El abandono del CPUSA de una orientación decisiva hacia el movimiento de liberación negra se correlacionó con su apoyo al New Deal y su subordinación a la emergente burocracia obrera.
La consecuencia inmediata del frente popular del Partido Comunista fue aliarse con los demócratas liberales en el sur y las organizaciones reformistas en el movimiento obrero. A pesar de que el Partido Comunista continuó empujando por la organización interracial de los sindicatos, lo hizo a través de abandonar el principio de independencia de clase, y, por lo tanto, abandonando las raíces revolucionarias de los primeros años.
Justo antes del tercer periodo y el subsecuente giro a derecha, tres líderes fueron acusados de “trotskismo” y expulsados del CPUSA: James P. Cannon, Martin Abern, y Max Shactman. Del corazón del CPUSA surgió lo que más tarde se convertiría en la sección estadounidense de la Cuarta Internacional fundada por León Trotsky. Esta organización naciente extrajo lecciones de la experiencia del Partido Comunista hacia el movimiento de liberación negra y de eso surgió uno de los líderes y pensadores revolucionarios negro más prominentes: C. L. R. James.
La importancia de los primeros años del trotskismo en E.U.A. es que, entre otras cosas, es que conservó la tradición bolchevique de una política revolucionaria por la emancipación negra, que se había articulado en los primeros años del CPUSA.
Seguir Adelante
La importancia de reconstruir la relación entre la lucha negra y la revolución socialista no es meramente un ejercicio histórico. La influencia del Partido Bolchevique en las décadas de los veintes y treintas ayudo a forjar una facción revolucionaria dentro del movimiento de liberación negra. Esta facción se desarrolló gracias a las lecciones de la Revolución Rusa. Una generación completa de comunistas fue inspirada por los primeros años del Estado obrero ruso. La centralidad de la autodeterminación de las nacionalidades y la lucha en contra del racismo y la opresión de género fue clave para conquistarlas.
Estas experiencias demostraron que el marxismo no es una “ideología blanca” sino más bien, ha servido como una guía para la emancipación revolucionaria de la mayoría oprimida.
Probablemente la más importante agitación obrera en la historia de los E.U.A. fue en los treintas, y la lucha negra fue un componente esencial. Cientos de miles de trabajadores negros se unieron a organizaciones de extrema izquierda, y la Internacional Comunista se dedicó a la formación de una interpretación marxista de la cuestión negra en los Estados Unidos.
Esta fuerza, dinamismo y actividad contrasta con las tergiversaciones y el reduccionismo de clase recreados tanto por los nuevos socialdemócratas estadounidenses quienes negaban que la opresión racial necesitaba atención especial, y los liberales que intentaron engañarnos en creer que la lucha por la liberación negra está separada de la lucha en contra del capitalismo.
La vinculación entre el capitalismo y el racismo en los Estados Unidos pude ser destruido solamente por una enorme fuerza social que aplasté los cimientos del estado imperialista estadounidense y la ideología supremacista blanca que lo fundamenta. Para ese fin, debemos usar el legado de los socialistas en la lucha negra para reconstruir la relación entre la liberación negra y el marxismo como una nueva fuerza política y social.
Este artículo originalmente apareció en la revista Left Voice Nº 5.
Traducción de Alejandro Razzett.
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