En un contexto de elecciones de Federación en la Universidad de Chile, resulta fundamental esclarecer las posiciones y propuestas de cada una de las listas. Esto aplica sobre todo para la lista “Surgir Fech”, que busca combinar el tradicional perfil corporativo del gremialismo universitario, con una definición ambigua de “izquierda plural” para no tomar posición.
Viernes 26 de abril
En las elecciones a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile de este año se presentan cuatro listas. Dos de estas son de partidos de gobierno: “Construyendo Federación” (Partido Comunista y Frente Amplio) y “Seamos Cambio” (Juventudes Socialistas). Además se presentan la lista “Surgir Fech” (impulsado por Alzar Colectivo) y la lista “Izquierda Anticapitalista y Consecuente a la Fech” (agrupación Vencer junto a estudiantes independientes).
Si tuviésemos que preguntarnos cuál es la orientación política de cada lista, la respuesta sería fácil para el caso de las dos listas impulsadas por partidos de gobierno. Tampoco hay duda de la posición de la lista anticapitalista, que se define como de “oposición de izquierda” al gobierno de Gabriel Boric. ¿Y Surgir Fech? Esta lista “independiente”, pero que se reivindican de “izquierda pluralista” quiere jugar con la ambigüedad a su favor. Por supuesto hay un motivo electoral: este año no se presenta ninguna lista de derecha, por lo cual el perfil localista, corporativo o gremialista estará en disputa. La “lista independiente” quiere una tajada tanto de ese electorado, como también de un electorado crítico a la lista de conducción.
Pero las razones de esta aparente ambigüedad no son solo electorales. Hay una razón de fondo.
“Surgir Fech” sostiene que “el motor de la organización deben ser las demandas del estudiantado, sin velar por intereses diferentes a estas”. En su presentación de programa sostienen que “la instrumentalización de nuestras instituciones de representación ha desgastado la credibilidad en la noción misma del movimiento estudiantil”. Los ejes de su programa están puesto en “espacios culturales, salud mental, conocimiento y academia, bienestar estudiantil, feminismo, rol público y trabajo social, integración”.
Todo esto huele a gremialismo. ¿Qué es el gremialismo? Una corriente surgida a fines de los sesenta para luchar contra la reforma universitaria (gran proceso de movilización estudiantil que impuso la democratización de la universidad y su apertura a la clase trabajadora y el pueblo) y combatir la “instrumentalización política” del estudiantado. En la Universidad de Chile, el gremialismo resurgió en oposición a la movilización por educación gratuita el año 2011 a través de grupos como “La Chile para todos”, llegando a ocupar cargos importantes en la mesa directiva de la federación durante esos años. Hoy en día sigue siendo una de las principales corrientes políticas en la Universidad Católica. Como se lee en el documento “El gremialismo y su postura universitaria”, la clave es que los “grupos intermedios” (uno de ellos es el estudiantado) se centren “cada una en lo suyo” (“sin velar por intereses diferentes”, para elegir el término de Surgir Fech). “Por consiguiente, el Gremialismo rechaza toda forma de instrumentalización”.
No es casualidad que el gremialismo de Jaime Guzmán sea el abanderado de “cada uno en lo suyo” y contra la “instrumentalización política”. Ser estudiante y sólo preocuparse por lo estudiantil “sin velar por intereses diferentes” implica en la actualidad reproducir el esquema de universidad existente. El corporativismo o localismo propio del gremialismo ubica al estudiante como “cliente”. Algunos clientes serán más desfavorecidos que otros, por lo que hay que “nivelar la cancha” y tener una experiencia agradable y llevadera mientras dura la carrera universitaria.
¿Asistencialismo o unidad en la lucha?
Las y los compañeros de la lista “Surgir Fech” podrían objetar que ellos no buscan encerrarse en sí mismos, pues apuestan por la “vinculación territorial con el mundo social”. Lo primero que debemos advertir, es que el gremialismo tampoco está en contra de esta vinculación. De hecho, no es extraño ver a los gremialistas como los mejores impulsores de trabajos voluntarios, puesto que su enfoque asistencialista los empuja a “vincularse con el medio” a través de la caridad.
Pero lo segundo que debemos notar es más preocupante. Dentro del programa oficial de la lista se habla de “tejido social y territorial”. Sin embargo, cada vez que se habla de territorios y movimientos sociales, se están refiriendo a las organizaciones que hay dentro de la Universidad. Proponen, por ejemplo, que “la FECh debe mantener la conexión con los diferentes territorios, espacios y, en definitiva, las diferentes realidades que existen dentro de la Uchile”. No hay ninguna mención a las y los trabajadores de la universidad. Ninguna mención a la precariedad de las y los trabajadores del aseo (que quedó al descubierto con el caso de Margarita Ancacoy). Ninguna mención a la realidad de estudiantes secundarios o de otras universidades, muchísimo más precarias y mercantiles que la U de Chile. ¡Para qué decir de sindicatos, juntas de vecinos, organizaciones territoriales, campamentos! El mundo fuera de la Universidad de Chile –el verdadero mundo fuera de nuestra burbuja– es inexistente para “Surgir Fech”.
El localismo de las y los compañeros de “Surgir Fech” les impide ver la realidad social y política de la que todes somos parte. La historia demuestra que sólo cuando el movimiento estudiantil actúa como un movimiento masivo con reivindicaciones sociales no corporativas y busca aliarse con la clase trabajadora y los sectores populares, sólo así es posible modificar las condiciones estructurales que vive el estudiantado. Además, el movimiento estudiantil no tiene por qué hablar sólo de educación. Después de años de retroceso del movimiento estudiantil a nivel internacional, hoy está resurgiendo de la mano de la lucha contra el genocidio en Palestina. Es lo que se vive en países como EE.UU y Europa. No olvidemos que el proceso de reforma universitaria en Chile estuvo precedido por el poderoso movimiento contra la guerra en Vietnam en EE.UU y coincidió con el mayo francés de 1968. La división tajante entre causas políticas y demandas educativas no surge espontáneamente de la realidad, es producto de la acción de partidos y burocracias estudiantiles que reman contra la unidad y la politización. Como Estudiantes Anticapitalistas, estamos en la otra trinchera: nos sentimos hermanados con las y los miles que se revelan contra la brutalidad colonial e imperialista.
Más cerca, al otro lado de la Cordillera, está emergiendo un poderoso movimiento estudiantil en oposición a las política de ajuste y las medidas antipopulares del derechista Milei. En la gran marcha educativa del 23 de abril no marcharon sólo estudiantes: marcharon trabajadores, familias, sindicatos, vecinos y partidos políticos.
Ajeno a las causas sociales y populares; ajeno a las luchas contra la guerra, el genocidio y la destrucción del medio ambiente; ajeno a la lucha social y política contra el avance de la derecha; ajeno a la crisis de la educación pública que golpea sobre todo a trabajadores, docentes y estudiantes precarios; ajeno a todo esto, las y los compañeros de “Surgir Fech” terminan jugando el triste rol de reproducir y perfeccionar la maquinaria de la universidad empresa.
¿Independientes de qué y de quién?
El gremialismo es una corriente históricamente identificada con la derecha. “Surgir Fech” no es de derecha. Se definen de “izquierda pluralista”. Plantean que son independientes de todo partido político, “sin embargo, mantenemos una línea ideológica clara: todas nuestras propuestas consideran en su totalidad el respeto por la otredad y diversidades de cualquier característica humana, el enfoque de género, la colaboración y cooperación en la comunidad universitaria, el respeto a la cultura política y organizativa local, así como a sus representantes, la defensa irrestricta de los Derechos Humanos, la memoria y educación en consecuencia, así como también levantamos la bandera del derecho a la educación integra, de calidad y no sexista para todes”.
¿Línea ideológica clara? En lo anterior hay todo menos claridad. Esta declaración de principios la podría suscribir cualquier partido, ya sea de gobierno o ya sea de derecha. Sobre todo si ni siquiera se habla de educación pública y gratuita –banderas históricas del movimiento estudiantil–, sino de “educación íntegra”.
Debemos aceptar que “Surgir Fech” no calza con el perfil del gremialismo “zorrón” de la PUC. Es un gremialismo que habla de “otredad”, feminismo y lenguaje inclusivo. Un nuevo gremialismo “progre”.
La definición de izquierda no es una simple etiqueta. Se traduce en un posicionamiento político claro, en un programa y en una práctica política que sea coherente. Además, la etiqueta “izquierda” es muy amplia. Las Juventudes Comunistas, el Partido Socialista y el Frente Amplio sostienen a un gobierno que impulsa la militarización y celebra la represión al pueblo mapuche, un gobierno que gestiona el Estado capitalista, y aún así se llaman de izquierda. “Surgir Fech” se definen como “izquierda pluralista”, es decir, quieren ser de todas las izquierdas a la vez, pero no terminan siendo de ninguna.
Ensimismados en su visión estrecha de la Universidad y ubicándose como estudiante-cliente, las y los compañeros de “Surgir Fech” se terminaron olvidando que la U de Chile es una universidad pública y estatal. Es decir, que su destino está total e íntimamente ligado a la gestión de los gobiernos, a la disputa política en el parlamento y todo el entramado del Estado. Una Federación Estudiantil de una Universidad estatal que no toma una posición respecto al gobierno de turno es un contrasentido. Una verdadera contradicción en sus términos. Se dicen independientes a los partidos y al gobierno, ¿pero tienen críticas por izquierda o lo critican desde la vereda derecha? Suponemos que las y los candidatos de la lista votaron en las últimas elecciones, ¿llamaron a votar por Gabriel Boric, por José Antonio Kast o llamaron a anular?
La conveniente ambigüedad no puede durar mucho. Una de las primeras tareas de esta lista es aclarar cuál es su posición frente al gobierno y hacerse responsable de sus posiciones.
A diferencia de esta ambigüedad, desde la lista de Izquierda anticapitalista y consecuente a la fech nos posicionamos claramente de oposición al gobierno de Boric, desde el principio, porque llegaron a administrar el régimen como una Concertación 2.0, y terminaron continuando la política represiva y económica neoliberal de Piñera. Y decimos claramente nuestras críticas a las juventudes de gobierno y su actuar durante este último año en la FECH, ya que no han dado ninguna lucha seria por educación gratuita ni la condonación del CAE.
Al igual que en Argentina donde el movimiento estudiantil no solamente pelea por el presupuesto a la educación pública, sino que también por echar abajo todo el plan económico de Milei. Queremos un movimiento estudiantil en contra de los desalojos a los campamentos, antiimperialista en contra del genocidio y que busque la unidad con las y los trabajadores.
Benjamín Vidal
Periodista - Universidad de Chile