UNCO. Los 4 puntos para entender la reforma del plan de estudios en la carrera de Historia

1. ¿Qué es un plan de estudios? ¿Qué implica una reforma?

Los planes de estudio de las carreras universitarias tienen el fin de estructurar los conocimientos necesarios para una currícula educativa, de manera tal que se vean representadas las áreas obligatorias fundamentales para dicha carrera y las áreas optativas, con sus respectivas asignaturas específicas. En el caso de Historia del Comahue, la carrera cuenta con dos planes de estudio vigentes que corresponden uno a la Licenciatura y el otro al Profesorado.

La última reforma del plan de estudio de la carrera se realizó en 1987. Habiendo pasado tanto tiempo, en numerosas ocasiones se planteó la necesidad de modificación, actualización y/o reforma: así ocurrió como producto de la crisis nacional de 2001 que también hizo crujir las universidades, pasando por la lucha del 2004 contra la LES, llegando a conseguir en el 2005 cátedra paralela de Teorías de la Historia (y entre otras demandas estudiantiles se sacó el examen eliminatorio de Medicina y se hizo el ciclo nivelatorio). En ese momento se discutió avanzar en una reforma que contemplara las necesidades del pueblo trabajador, que se revelaba contra el hambre y la pobreza. Entre los reclamos estaba: estudiar la última dictadura genocida, las luchas históricas de los trabajadores, del movimiento de mujeres y de los pueblos originarios. Si bien estas modificaciones no se hicieron formalmente en el plan, algunas se terminaron incorporaron en los programas de muchas de las cátedras existentes; y aún falta incorporar muchas cuestiones. Esto fue gracias a la lucha del Movimiento Estudiantil del Comahue que en aquellos años defendía la educación pública contra los intentos de privatizarla y también se proponía disputar el sentido ideológico de la producción de conocimiento.

Resulta evidente que el plan de estudios es una herramienta central en cada carrera y, por lo tanto, está constantemente sometido a discusión por parte de estudiantes y docentes, para modificarlo a través de reformas (parciales o estructurales), que implican necesariamente debates profundos sobre qué se estudia y con qué fines se forman los y las futuras profesionales en la universidad.

2. ¿Quiénes y por qué quieren modificar hoy el plan de estudios de Historia?

En los últimos años se ha reabierto el debate sobre la reforma del plan de estudios. En el año 2018 se constituyó una comisión de reforma del plan, integrada por estudiantes, docentes y graduados que realizó un cuestionario que, entre sus resultados, relevó críticas al plan vigente. Entre ellas se destacaron: la rigidez en las correlatividades, la falta de una perspectiva intercultural, la carencia de formación en la perspectiva de género, su evidente eurocentrismo, la escasa apertura a los contenidos interdisciplinares. Los y las encuestadas señalaban una tardía aparición de la formación pedagógica, la brevedad de las prácticas docentes, poca interacción entre la Facultad y la comunidad, organizaciones sociales y otras instituciones educativas y culturales. También había críticas a la poca jerarquía de la formación en procesos de investigación, así como un divorcio casi total entre investigación y práctica docente, en la mayoría de las materias" [1]

Además, esta comisión se propuso respetar los acuerdos fundamentales establecidos 2017 en torno al proceso de la reforma: a) que cualquier modificación tenía como condición no acreditar a la CONEAU, b) que el nuevo plan de estudio no puede modificar las condiciones de trabajo de los y las docentes: ni dedicación, ni categoría, c) que el nuevo plan debe tener la aceptación de todos los claustros. Si alguno de los claustros objetara cualquier aspecto y no aceptara el plan, el proceso debería recuperar las observaciones y sugerencias, para obtener la aceptación unánime de los claustros d) que la implementación del nuevo plan de estudios debe garantizar a quienes estén inscriptos en la carrera, las condiciones para terminar su formación con el plan en vigencia, en lo que se denominó “período de transición”.

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Luego, el trabajo de esa comisión en 2020 -con la pandemia- no avanzó y la virtualidad -bajo la cual se llevó adelante la cursada-, paralizó cualquier proceso deliberativo real.

En diciembre de 2022, la conducción del Departamento de la carrera de Historia junto a un sector del claustro docente, conformaron una nueva comisión para avanzar en la modificación del plan de estudios. Esta decisión estuvo desde el comienzo en acuerdo con las autoridades de la Facultad. Sin embargo, viene despertando múltiples cuestionamientos en la comunidad educativa, tanto por el contenido que se proponen modificar, como por la forma en que lo vienen haciendo. Veamos qué pasó hasta ahora.

3. ¿Qué está pasando este año?

En lo que va del 2023 se sucedieron dos Jornadas Institucionales, avaladas por el Consejo Directivo de la Facultad, para el desarrollo de los debates. A iniciativa de un sector del claustro docente (y centralmente ocupada por ellos en un primer momento), se inició una Comisión de Cambio del Plan de Formación de la carrera del Profesorado y Licenciatura en Historia (CCP). El claustro estudiantil empezó a participar recién a fines de marzo, con cuestionamientos a las autoridades por la informalidad de la convocatoria. En la web de la Facultad de Humanidades se puede encontrar una síntesis del proceso de reforma del plan de estudios.

Entre quienes avalan la reforma oficial se encuentran docentes que defienden abiertamente la reforma de educación media, como la conducción de ATEN Provincial, que ya fue aplicada en Río Negro seis años atrás y que ahora se busca implementar en Neuquén, fuertemente cuestionada por parte de las seccionales recuperadas como ATEN Capital. De hecho, las exposiciones hasta ahora estuvieron a cargo de docentes que impulsan las reformas en las escuelas secundarias como Susana Barco, Marcelo Lafon y Valeria Panozzo. El contenido central de la crítica remite al vaciamiento de contenidos, degradando el título secundario e introduce la no repitencia atentando contra el derecho a la educación pública, entre otros cuestionamientos.

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Por otra parte, estudiantes y docentes cuestionan el método con el que avanza el proceso. La propuesta del sector docente que impulsa la reforma consiste en la conformación de una Comisión Interclaustro con una composición claramente antidemocrática: un/a estudiante/a de cada año, un/a profesor/a por área y uno/a de didáctica, además de dos graduados, sin ninguna definición de cómo se elegiría. Además, los y las estudiantes son el claustro mayoritario principales interesados en la reforma, por las consecuencias que tendrá en el futuro laboral pero en esta comisión tienen una representación minoritaria. Por último, si bien se contemplan Jornadas Institucionales de carácter obligatorio, estas no garantizan una participación real para quienes trabajan y/o tienen otras responsabilidades en los horarios que son convocadas.

Por eso entre las y los estudiantes de Historia se vienen impulsando asambleas que buscan fomentar el debate, invitando a participar de las Jornadas Institucionales a las docentes de ATEN Capital, para que se escuchen otras voces al respecto de este debate abierto. La asamblea se reúne semanalmente y se votan delegados para participar de las comisiones, que solo podrán decidir con previo mandato de la asamblea.

4. Una mirada desde la Izquierda

Las agrupaciones del Frente de Izquierda vienen planteando algunas propuestas en relación a cómo avanzar con este proceso. La Izquierda Diario conversó con Florencia Beltrán y Cristian Joubert, estudiantes de la carrera de Historia y militantes de la agrupación EnClaveROJA y Pan y Rosas que preside el Centro de Estudiantes de Humanidades.

Cristian comentó que “lo primero y más importante es democratizar la discusión, que docentes y estudiantes de todos los años tengan claridad de los proyectos propuestos. El acceso a la información no puede depender sólo de que suban los documentos a una página web o de quienes puedan asistir a las instancias institucionales o asamblearias. Para esto queremos proponer que en todos los cursos se dedique una hora de debate cada quince días, y en ese tiempo informar, explicar las propuestas y posiciones que existan, las dudas o resoluciones que se propongan, que permita despertar también el interés e involucramiento de quienes nos estamos formando como futuros historiadores. En segundo lugar, que los cursos puedan votar delegados que lleven ese debate a las jornadas y vuelvan de las jornadas a informar y compartir, para garantizar que quienes no pueden participar igualmente estén al tanto de cómo avanza el proceso. Por eso, en tercer lugar, consideramos que la gestión debería imprimir para toda la comunidad educativa de Historia las propuestas presentadas, las reparta y las tenga impresas para leer en las carteleras institucionales, como condición fundamental para democratizar el acceso a la información”.

Por su parte Florencia planteó que “para las y los estudiantes es muy importante debatir el plan de estudios, porque es evidente que requiere una actualización y hace a nuestro futuro como profesionales. Sin embargo, nuestra postura es clara respecto a oponernos a toda modificación asociada a la reforma de la educación media que impulsa el gobierno del MPN, como la que se hizo en Río Negro. Nos parece que el acuerdo de cuatro puntos acordados durante el debate por la reforma en 2017 y refrendados en nuestras asambleas interclaustros, son el marco en el cuál debería desarrollarse el actual proceso"

1 Síntesis del proceso de reforma del Plan de estudios, período 2014-2019