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Red Internacional
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ESTADO ESPAÑOL. Los feminicidios de Cuenca, la hipocresía e invisibilidad de los medios frente a la violencia de género

El 6 de agosto desparecían en Cuenca (Castilla La Mancha) Marina Okarynska (26) y Laura del Hoyo (24); también lo hacía la ex pareja de Marina, Sergio Morate. Seis días después aparecieron los cuerpos de las dos jóvenes en una poza, cubiertas de cal viva.

Martes 1ro de septiembre de 2015

Marina había terminado su relación con Morate medio año antes. Vivía en Ucrania y pocos días antes de su desaparición había vuelto a Cuenca de visita. Es entonces cuando se dirigió al domicilio de Morate a recoger sus pertenencias suyas, acompañada por Laura. Fue la última vez que se las vio.

En 2008, Morate era detenido por cuatro delitos cometidos contra su ex pareja: detención ilegal, amenazas, malos tratos y lesiones. Tras llegar a un acuerdo, solo fue condenado a 3 años y 2 meses por amenazas y detención ilegal, de los que solo cumplió 18 meses en una prisión de Cuenca.

Cuando salió de la cárcel en 2010, volvió a ser detenido por un delito de pornografía infantil –como consta en su ficha policial.

El 13 de agosto, una semana después de la desaparición de las jóvenes, Sergio Morate fue detenido en Rumania, en casa de Istvan Horvath, amigo que hizo durante su estancia en la cárcel. Fue detenido junto a dos hombres, investigados por complicidad. Horvath declaró tras la detención de Morate que este le había confesado el crimen de Marina, pero que al creer que era una broma no había denunciado. Y es que en esta sociedad patriarcal la violencia de género está tan naturalizada que algunos piensan que una confesión de feminicidio, o la declaración de intenciones, son simples bromas.

Desde el principio se declaró inocente a pesar de las pruebas que le señalaban. La investigación indica que preparó el asesinato con antelación: compró la cal viva días antes, cavó la fosa, incluso familiares aseguran que les dijo que tenía pensado irse a otro país, a uno que no tuviese extradición con el Estado español.

Morate ha presentado un recurso ante la Corte rumana para no ser extraditado al Estado español, alegando que está recibiendo amenazas de la familia de Marina.

Cinismo en los medios y la justicia burguesa

Los medios de comunicación tardaron mucho en hablar de violencia de género o feminicidio. Hablaban de Morate como un narcisista psicópata, pero no de un machista.

Además, se relaciona con la concepción de violencia de género que se contempla en la justicia española: solo se considera víctima de violencia de género a aquella mujer que ha tenido o tiene una relación sentimental con su agresor. Por lo tanto, se deja así a miles de mujeres víctimas que tienen otro tipo de relaciones con sus agresores: laboral, relación esporádica o ningún tipo de relación, por ejemplo.

Tras el verano negro, aumentan las mujeres víctimas de violencia de género. Durante los meses de verano, más de 37 mujeres han sido asesinadas, provocando gran indignación entre las mujeres y las organizaciones feministas, que ven como las medidas que hay para acabar con la violencia de género son insuficientes, incluso cínicas.

Son insuficientes, como demuestra el aumento de los feminicidios y el del machismo, sobre todo entre la juventud.

La necesidad de medidas eficientes que ayuden a identificar, prevenir y saber actuar ante la violencia machista se hace evidente. Medidas que vayan desde programas de educación y sensibilización en colegios e institutos, la creación de comisiones de género en todos los centros de estudio y trabajo gestionada por las mujeres estudiantes y trabajadoras, o las casas de acogida para las mujeres y sus familias gestionadas por las propias mujeres.

A la vez de la necesidad de un potente movimiento de mujeres, que junto a las organizaciones feministas y de mujeres, exija todos sus derechos, y se organice con total independencia del Estado capitalista para luchar por ellos.