"Siempre junto a las clases dominantes" podría ser el lema de los principales diarios de Argentina. Habituados a militar contra todo lo que sea derechos de las mayorías, durante la jornada del miércoles, en la que se trató la Ley Ómnibus, no buscaron hacer la excepción. Cientos de miles de personas vieron por TV a las tres fuerzas de Seguridad gasear, pegar, empujar, avanzar, perseguir y detener. Pero para Clarín la "provocación" fue por parte de las organizaciones y las asambleas barriales, mientras que para La Nación en lugar de represión policial, se trató de un "atropello a las fuerzas de seguridad".
Jueves 1ro de febrero 13:21
Foto: Enfoque Rojo
La larga jornada del miércoles, en la que comenzó el tratamiento de la llamada Ley Ómnibus, estuvo marcada por las discusiones y denuncias dentro de la Cámara de Diputados, y por la movilización pacífica callejera de miles de personas en las afueras del Congreso. Organizaciones sociales, políticas, culturales, asambleas barriales autoconvocadas, junto a vecinos que se sumaron, se hicieron presentes para rechazar el ajuste y ataque que representa para las mayorías el paquete legislativo que busca aprobar el Gobierno de La Libertad Avanza (LLA).
Pasadas las 17.30 h, la Policía Federal y la Gendarmería intentaron avanzar contra quienes se estaban manifestando frente al Congreso. En un operativo totalmente desproporcionado, que llegó a incluir luego también a la Prefectura, la cantidad de uniformados cortaba por sí misma carriles de las principales avenidas de al zona, Entre Ríos y Rivadavia.
Formados en escuadra y con sus escudos en alto buscaron empujar a la columna de manifestantes hacia atrás. Éstos resistieron la provocación durante horas, recibiendo y aguantando los golpes, gases lacrimógenos, corridas y empujones. La jornada dejó un saldo de 8 personas detenidas y alrededor de 150 con quemaduras por el uso de un novedoso gas pimienta, que genera quemaduras químicas al contacto con dolor severo -según denunciaron trabajadores de la Salud que instalaron una posta sanitaria para asistir solidariamente a los manifestantes-.
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El diputado nacional Alejandro Vilca (PTS-FITU), el dirigente y ex legislador porteño por el mismo partido, Patricio del Corro, Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero, fueron también algunas de las figuras que fueron golpeadas y gaseadas. Alejandro Vilca terminó siendo atendido en la guardia del Congreso y volvió al recinto para denunciar lo que pasaba afuera planteando que así no podía continuar el tratamiento de ese paquete de leyes.
Los provocadores están dentro del Congreso, pero Patricia Bullrich quiere pudrirla en la calle. pic.twitter.com/KxEG4Bc9mh
— Myriam Bregman (@myriambregman) January 31, 2024
Así y todo, el Protocolo Antipiquetes de Patricia Bullrich fracasó una vez más ya que la manifestación se continuó desarrollando hasta que la sesión pasó a cuarto intermedio cerca de las diez de la noche, por la dificultad del oficialismo para cerrar los acuerdos con la oposción colaboracionista, y se convocó a continuarla desde el mediodía de este jueves.
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Si al "delirante operativo", como llamó Myriam Bregman (PTS-FITU) al show que montó Bullrich para distraer sobre lo que realmente pasaba adentro del Congreso, le agregamos la presencia de un policía federal motorizado con una insignia en el pecho de la conocida víbora que identifica a los sectores de la extrema derecha mundial -y con la que se referencian en LLA-; o la indeseada "visita" a la manifestación de parte de un conocido miembro del equipo de influencers de Milei, Patricio Chazarreta, que fue a pasearse por las columnas de manifestantes con zapatos, saco sport y una gorra de "Las Fuerzas del Cielo", entre otras "perlas", pareciera difícil invertir patas para arriba la descripcion de los hechos sobre quién "atropelló" a quien, o quién "provocó" a quién. Pero...
Los diarios Clarín y La Nación son consecuentes con su rol social de defender los intereses de lo más concentrado del poder económico. Sus dueños y principales accionistas forman parte de esa clase social que se beneficia cada vez que un gobierno avanza sobre derechos y conquistas de las mayorías trabajadoras y pobres. No casualmente, en la misma línea comunicacional se inscribió el vocero presidencial Manuel Adorni, que apuntó contra la diputada nacional Myriamn Bregman por su denuncia al desproporcionado y provocador operativo con las tres fuerzas de seguridad. Habló también de "incivilizados alentados por los dirigentes de izquierda". Viejas categorías y conceptos, para defender los mismos intereses de siempre.
El diario Clarín, en la nota central de su versión impresa publicó una foto donde se ve a un grupo de manifestantes resistir con sus brazos extendidos el avance y empuje grupal a la columna, por parte de la infantería de Gendarmería. En la epígrafe de esa fotografía señala -en un tamaño de fuente y con un fondo que facilitan fuertemente su lectura para quien tan solo vea la tapa del "gran diario argentino"- que "Más que una protesta, una provocación".
Por su parte, La Nación, también en su nota central de la edición impresa, con una fotografía similar donde se ve una larga fila de escudos de Gendarmería, pero en este caso a tan sólo un manifestante resistiendo con sus brazos el avance provocador de los uniformados, al pie de la imagen, en un ejemplar ejercicio de desinformación, señala que "Activistas atropellan a las fuerzas de seguridad en los alrededores del Congreso". Ni Capusotto se animó a tanto...
Las operaciones políticas por parte de los grandes medios es una constante a lo largo de la historia de las luchas populares y obreras. Acompañan en el terreno de las ideas, los ataques hacia las mayorías en el terreno material de los ajustes y la pobreza. Ante ese "periodismo de guerra" que acompaña al plan de guerra más general que intenta llevar adelante el Gobierno de Milei contra las mayorías, es necesario contraponer una amplia movilización, organización y plan de lucha que sea llamado por las centrales sindicales y los principales sindicatos de la industria y los servicios.