Tal como lo formula casi paradigmáticamente en su relato “El otro cielo”, la imaginación de Cortázar es sabido que se traza entre Buenos Aires y París. Pero si en el primer Cortázar su literatura ha sido comparada con Borges, en su producción posterior la vinculación más nítida se elabora en torno al escritor de izquierda y el boom latinoamericano: el intelectual, en París, en los 60, diseña un mapa que lo coloca en un imaginario preciso, casi nítido. Esa contraseña de juventud fervorosa que es Rayuela imprimió de manera tal vez decisiva lo que llamaríamos un “espíritu de época”.
Miércoles 26 de agosto de 2020 04:48
📖 106 AÑOS DE SU NATALICIO | El fantástico mundo de Cortázar con Claudia Piñeiro - YouTube
Si el mapa es literario, me gusta pensar que del otro lado de Cortázar está Manuel Puig, quien lo incluyó en su cartel de divas de la Metro Goldwyn Mayer (una por cada escritor latinoamericano del momento) como Hedy Lamarr: “Bella pero fría y remota”, lo define. A su manera también involucrado al boom, Puig en cambio experimenta con la clave pop de los sesenta en adelante. Y si el imaginario pueblerino de sus primeras novelas contrasta con la ciudad letrada, la frivolidad del escritor sin tradición literaria contrasta con la seriedad del escritor culto y comprometido. Pero ambos diseñan un mapa tan intenso como perdurable.
La tradición latinoamericana (literaria e intelectual) de y en París se sabe que es una línea tan constante como específica. En la eclosión hacia los años 60, muchxs argentinxs en (o incluso “de”) París, representan una convivencia tan dispar como multiplicada. Nada parece decirnos, en sus literaturas, que Cortázar habitó la misma ciudad que Saer al mismo tiempo, o mucho menos respecto de Copi o Severo Sarduy. Cada literatura inventa sus territorios, como sabemos, y la de Cortázar da a leer un mapa imaginario tan preciso como luminoso.
Pensar hoy en Cortázar me haría interrogarlo desde ciertas perspectivas críticas a su vez pensables en sí mismas, por ejemplo, ¿qué sentido nos daría hoy esa obra desde una lectura sexopolítica? De momento, nos deja una memoria literaria ligada al afecto de lectura y algunos intereses para revisitarlo.
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Compartimos una serie de notas para recordar su aporte a la literatura argentina.
Claudia Piñeiro: "Los cuentos de Julio Cortázar están vivos"
Claudia Piñeiro: "Los cuentos de Julio Cortázar están vivos"
de Lucía Batista Lo Bianco