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Historia. Los orígenes del anticolonialismo, el marxismo y la vanguardia en Puerto Rico

Este artículo aborda los orígenes del anticolonialismo, en especial la obra y vida de Ramón Emeterio Betances, el surgimiento del pensamiento marxista y su relación con las luchas obreras a inicios del Siglo XX.

Viernes 2 de agosto de 2019 18:04

Este artículo aborda los orígenes del anticolonialismo, en especial la obra y vida de Ramón Emeterio Betances, el surgimiento del pensamiento marxista y su relación con las luchas obreras a inicios del Siglo XX y también de la literatura de vanguardia (curiosamente dentro del Caribe es el país con más movimiento estéticos revolucionarios).

Por espacios no abordamos los años sesenta y setenta aún más intensos con la formación de las grandes centrales sindicales, el origen del movimiento armado (Ejército Popular Boricua) y las luchas obreras de los años setenta. Es una síntesis de la primera mitad del Siglo XX.

Betances, contra Estados Unidos

Ramón Emeterio Betances es un personaje clave para el pensamiento político y social de las Antillas. Formó parte de la Junta Revolucionaria de Puerto Rico, que sesionaba desde Nueva York, de la Junta Central Republicana junto con Francisco Basora y fue inspirador desde el exilio del Grito de Lares, hito fundacional del nacionalismo portorriqueño.

Médico de gran talla, condecorado por el gobierno de Francia como Caballero de la Legión de Honor en 1887, Betances fue estimado por personajes como Víctor Hugo y José Martí. Pionero, junto con Hostos y Martí, del pensamiento antiimperialista en América Latina, del abolicionismo radical y del ideal unionista de la Federación Antillana.

Hay quienes han planteado también que fue uno de los primeros latinoamericanos en adherirse a la causa de las Filipinas, en participar junto con anarquistas italianos del asesinato de Cánova Castillo, personaje ultraconservador, celebrar el nacimiento de la Comuna de Paris de 1871 y de mantener una fluida comunicación con los anarquistas españoles, particularmente con Tárrida del Mármol.

Las primeras organizaciones socialistas

La presencia política de Estados Unidos en el Caribe convirtió a la región en un cofre de determinada propiedad de producción de azúcar. En el fin del Siglo XIX se impuso el periodo de gran plantación y se pasó a la producción del gran ingenio. Las sociedades de la región construyeron una especial imagen de su entorno. La hegemonía británica comenzó a ser sustituida por los Estados Unidos, cuyo proceso duró el aproximado de un Siglo.

La zona se convirtió así, de nueva cuenta, en un lugar geoestratégico para las potencias del sistema mundo capitalista. Como lo demostró Eric Williams, en Capitalismo y esclavitud, los actos de modernidad occidental se sustentaban en la barbarie de la esclavitud y del colonialismo en el Caribe. Betances no vivió este proceso pero advirtió de la presencia de los Estados Unidos y se pronunció contra la anexión de Puerto Rico al gigante del norte.

Primero la incoorporación de Cuba y Puerto Rico, al finalizar la Guerra Hispano Américana convirtió a dos de las Antillas mayores en la frontera sur de los Estados Unidos. La Enmieda Platt se convirtió en un modelo de incoorporación de Cuba al naciente imperialismo norteamericano.

En Puerto Rico el 1899 se fundó el Partido Obrero Socialista un 22 de octubre. Este hizo suyo el programa del SWP de Estados Unidos y en Puerto Rico publicaban el periódico Porvenir Social y adhirió a la I Internacional. En Puerto Rico en 1897 los tabacaleros y los tipógrafos se fueron a huelga para pelear por aumento de mejores condiciones de vida.

La crisis mundial y la huelga general de 1934

La crisis del capitalismo de 1929 causó un efecto de shock en las sociedades del Caribe. Si en la región continental fue el escenario de los gobiernos nacional populistas (Cárdenas, Vargas y Perón) en el Caribe fue el de los estallidos sociales: la revuelta de los cacos en Haití, la revolución de 1933 en Cuba, las revueltas en Jamaica de 1937, en Barbados en 1937, la rebelión de Albizu Campos en Puerto Rico, la revolución en Haití de 1946.

En Puerto Rico se fundó el Partido Nacionalista dirigido por Pedro Albizu Campos la expresión política del anticolonialismo. El movimiento obrero en 1934 realizó una huelga general del sector azucarero y Albizu al disputar la política electoral llegó a la conclusión de que “la lucha electoral es una farsa periódica”.

Según Maldonado Denis “en 1934 es llamado por los obreros de la caña para que les represente con motivo de la huelga iniciada por éstos contra los grandes intereses de las compañías azucareras norteamericanas.” Tres años después un alzamiento nacionalista exigía la cancelación del Acta Foraker.

Vanguardia literaria

En Puerto Rico existió un variado crisol de ismos. Por lo menos conocemos la existencia de 9. El pancalismo de 1913, el panedismo y diepalismo de 1921, el meñiquismo de 1931, el integralismo en 1941 y el trascendentalismo de 1948. Le siguieron los euforistas, los atalayistas y el noísmo. Este fragmentario proceso poético dejó diversos manifiestos aunque no podemos decir que existieron movimientos poéticos cohesionados y organizados como los sorprendistas dominicanos.

Aunque publicaban documentos en periódicos tradicionales estos no publicaban en revistas propias parecidas a POESÍA SORPRENDIDA de Dominicana. El poeta Luis Llorens Torres fue la figura del pancalismo y el panedismo que surge de un juego de palabras: pan dios y kalos belleza. Dicho ismo, al igual que el vedrinismo, no es más que una iniciativa individual.

Al euforismo le siguió el movimiento noísta. Fanáticos del NO el movimiento fue dirigido por Samuel Quiñones el poeta que firma el documento fundacional. Este texto, muy parecido en la lógica negativa y violenta de los dadaístas, sugiere que el movimiento es un gesto. Este gesto, la negativa, es un puntapíe, un golpe, un caballo desbocado, una enerva de talentos: “es un puñado de energía creadora, un brazo fuerte de sembrador, un grito en cinta de honda de reivindicaciones espirituales”

El periplo de vanguardias literarias de Puerto Rico culminó con el movimiento integralista formulado por Luis Hernandez Aquino. La Declaración de principios del movimiento integralista de Aquino es un texto que critica la lucha anticolonialista. De hecho sugiere defender la hispanidad, sostiene que no existe un coloniaje en el arte de Puerto Rico y que los “intereses culturales comunes dle integralismo son los mismos a la hispanidad”