El confinamiento “selectivo” de los barrios obreros, inmigrantes y populares de Madrid ha generado un descontento generalizado. “No es confinamiento, es lucha de clases”, cantaban miles de personas frente a la Asamblea de Madrid en Vallecas este domingo, mientras otros miles se concentraban en Villaverde, Carabanchel, La Elipa, Arganzuela, Getafe, Fuenlabrada, Usera y otros distritos y municipios confinados por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, con el apoyo de Pedro Sánchez.
Martes 22 de septiembre de 2020
Las medidas racistas y clasistas del Gobierno de Ayuso, después de meses de pandemia, con miles de muertos en las residencias privatizadas, sin inversión pública para contratar sanitarios ni rastreadores, con los centros de salud colapsados, mientras aumenta la precariedad y el desempleo, han sido la gota que ha colmado el vaso.
La política del gobierno de Madrid es muy clara: cuando la Comunidad es una de las regiones más afectadas de Europa con casi 200.000 personas infectadas por Covid-19, la política no es multiplicar la cantidad de sanitarios y rastreadores, sino de militares, policías y pistolas taser. Quieren convertir los barrios populares en guetos donde a casi un millón de trabajadores y trabajadoras sólo se les permite viajar en metros o buses repletos para ir a currar, y después volver a vivir encerrados sin siquiera poder pasear por un parque.
El Gobierno PSOE-UP manda policías y militares para sostener el plan de Ayuso
Pedro Sánchez ha acordado este viernes con Isabel Díaz Ayuso el envío de personal del ejército y el reforzamiento de la policía para “mantener el orden” en Madrid, avalando por completo todas las medidas represivas, racistas y clasistas del gobierno de Madrid.
La realidad es que el gobierno del PSOE-Unidas Podemos es tan responsable de la situación crítica que atraviesan hoy los trabajadores y sectores populares en Madrid y en todo el Estado, como los gobiernos autonómicos de diferente signo político. En todos estos meses, el gobierno del PSOE-Podemos no ha invertido lo necesario en sanidad y educación, no ha intervenido de forma efectiva la sanidad privada ni ha expropiado las viviendas vacías en manos de los bancos. Por el contrario: ha rescatado a los grandes capitalistas con millonarias ayudas, ha promovido la fusión de Caixabank y Bankia, ha anunciado una contrarreforma antiobrera con el objetivo de que trabajemos más y tengamos pensiones más pobres y ha mostrado su intención de congelar los salarios de trabajadores públicos.
Es una hipocresía total que mientras Pedro Sánchez acuerda con Ayuso un apoyo total a sus medidas y le brinda al ejército, la policía nacional y la guardia civil para militarizar los barrios obreros, el PSOE de Madrid y sus socios de gobierno, Podemos e IU, junto a las burocracias sindicales de CCOO y UGT, firmen un manifiesto llamando a movilizarse el próximo 27 de septiembre contra las medidas de Díaz Ayuso, defendiendo la actuación del Gobierno central.
Que Podemos e Izquierda Unida hace tiempo se han subordinado a los social liberales ya lo sabemos. Pero resulta escandaloso que sigan formando parte con ministros de un Gobierno que garantiza la presencia policial y militar para reprimir a los barrios obreros y populares de Madrid, una de las medidas más reaccionarias de las que se tenga memoria en los últimos años contra la población trabajadora de la capital.
Gabilondo no es ninguna alternativa
La consigna “Ayuso Dimisión” fue una de las más coreadas en las manifestaciones del domingo pasado. Es un sentimiento extendido por terminar con un gobierno que ha estado al frente de una gestión desastrosa de la crisis sanitaria, que hace declaraciones racistas culpabilizando a las personas inmigrantes, pobres y trabajadoras de esta crisis y ahora nos segrega en guetos militarizados. Pero desde la CRT alertamos que un posible recambio de Ayuso, mediante una hipotética moción de censura como con la que viene especulando el PSOE de la Comunidad, sería solo cambiar algo para que nada cambie.
Un gobierno de Gabilondo con el apoyo de Ciudadanos, aunque quieran disfrazarlo de “progresista” con el apoyo que le brindarían desde Unidas Podemos y Más Madrid, sería continuidad no sólo de las políticas neoliberales de las últimas décadas, sino también de las políticas igualmente desastrosas que nos han llevado a la trágica situación que las mayorías obreras y populares estamos sufriendo en esta pandemia.
Asambleas populares y Huelga General para echar abajo las medidas de Ayuso
Para no caer nuevamente en la trampa del “mal menor” frente a la derecha, es necesario desarrollar la movilización de forma independiente, convocar asambleas en cada lugar de trabajo y de estudio, fortalecer y extender los espacios asamblearios de los barrios. De forma unitaria y autoorganizada luchar por imponer la convocatoria a una huelga general en Madrid, para lo cual las direcciones burocráticas de los sindicatos deberían romper su pacto y complicidad con el gobierno. Una huelga general para echar abajo las medidas de Ayuso apoyadas por Sánchez e imponer un programa de reivindicaciones obreras y populares urgentes ante la crisis.
Este es el camino para construir desde la lucha de clases una alternativa política de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud contra quienes nos están llevando al desastre, en la perspectiva de conquistar un gobierno de y para la clase trabajadora.
Un Programa de Emergencia para una salida obrera y popular a la crisis
Las medidas de Ayuso, avaladas por el gobierno de Sánchez, muestran que hay dos Madrid. Por un lado, el Madrid de los barrios populares, de los trabajadores y trabajadoras, de las inmigrantes y juventud precaria, que son los que ocupan los trabajos esenciales, los más expuestos al contagio y con mayor precariedad; los que no saben cómo llegar a fin de mes ni como pagar el alquiler, amenazados por un desahucio o quedarse sin empleo; los que ya están desempleados y ni siquiera acceden al IMV, como miles de trabajadoras del hogar; los que viajan en metros atestados, sin poder guardar distancias de seguridad. Y muy lejos, el Madrid del barrio Salamanca, de los hoteles de lujo, de la casta de políticos profesionales, sede de las grandes empresas, centro de los fondos buitre y la especulación inmobiliaria.
Un plan de emergencia para enfrentar la crisis sanitaria y social, a favor de los trabajadores, tiene que cuestionar las ganancias de los capitalistas. Porque esta crisis la pagan ellos o nosotros.
1. Refuerzo de la sanidad pública, en hospitales y atención primaria. Tests masivos y aumento de los rastreadores. Reversión de todas las privatizaciones, contratación de personal sanitario y nacionalización de la sanidad privada y todos los laboratorios.
2. Ni un desahucio más. Expropiación de los pisos vacíos de los bancos e intervención de todos los hoteles necesarios para garantizar la vivienda y espacios para una cuarentena en condiciones dignas y seguras. Moratoria del pago de alquileres y servicios públicos para los que vieron afectados sus ingresos.
3. Refuerzo del transporte público, incorporando personal, y puesta bajo control de sus trabajadores de todo el sistema. Es urgente garantizar una mayor frecuencia y desinfecciones frecuentes de los trenes, metros y autobuses que cogen cientos de miles de trabajadores cada día.
4. Apertura de los parques. Pretenden que los y las trabajadoras de los barrios obreros y populares se expongan en el metro para ir a trabajar, pero luego se encierren en casa. Exigimos espacios abiertos públicos de los que poder disfrutar con seguridad.
5. Por un regreso seguro a las aulas. Contratación de más profesorado y personal no docente en forma permanente y construcción de nuevos aularios para garantizar las ratios necesarias para una docencia segura y de calidad. Que toda la red de educación concertada y privada sea intervenida igualmente, integrada en la red pública.
6. Renta de emergencia que llegue a todos aquellos que se quedan sin ingresos o los ven drásticamente reducidos, equivalente, al menos, al SMI. Educación infantil de 0 a 3 públicas y gratuitas. Permisos retribuidos para cuidar a niños/as en cuarentena.
7. Basta de precariedad. Derogación de las dos reformas laborales y prohibición de los despidos. Reducción de la jornada aboral y reparto de las horas de trabajo sin disminución salarial.
8. Fuera la policía y el ejército de nuestros barrios. Necesitamos más personal sanitario, no más represión policial y persecución a los y las migrantes y la juventud. Regularización inmediata y permanente de todas las personas migrantes.
9. Impuestos progresivos a las grandes fortunas, recuperación de los millones del rescate a la banca y expropiación de la fortuna de la Familia Real. Ni un euro más para financiar a la Iglesia y la educación privada y concertada.
10. Pongamos en pie asambleas en cada barrio, cada centro de trabajo y de estudio para imponerle desde abajo a las burocracias sindicales una gran huelga en Madrid, no solo para echar a Ayuso, sino también para discutir e implementar las medidas de emergencia y luchar por una salida a esta crisis en favor de la clase trabajadora.