El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, llegó este sábado a la capital guatemalteca para abordar junto con su homólogo de Guatemala, Jimmy Morales, la estrategia para deportar a migrantes centroamericanos que se encuentran en al frontera de México con Guatemala.
Sábado 20 de octubre de 2018
Se trata de dos de los gobiernos más cuestionados en el istmo centroamericano. Dos mandatarios fuertemente señalados por casos de corrupción, delitos electorales y la imposición de Juan Orlando Hernández luego de la reelección en la presidencia de Honduras bajo un recrudecimiento de la política represiva.
Por su parte, Jimmy Morales, mandatario de Guatemala ha sido señalado por delitos electorales razón por la que continúa el proceso de antejuicio, signado por el respaldo de la gran mayoría de las Fuerzas Armadas.
En ese marco y bajo el escándalo que ha significado el repliegue y la retención de migrantes, este sábado los representantes de ambas naciones se reunieron en Guatemala para abordar una estrategia de lo que llamaron un "retorno seguro" para deportar a miles de migrantes de origen centroamericano a su país de origen.
La medida es un claro acatamiento a los dictados del gobierno de Donald Trump que, recientemente ha salido a felicitar al gobierno mexicano por la represión de elementos de la Gendarmería y la Policía Federal del día viernes en la frontera sur, donde por lo menos cuatro mil migrantes centroamericanos se encontraban a la espera de ingresar a México para continuar el trayecto de la Caravana Migrante.
Jimmy Morales indicó que al menos 2 mil migrantes hondureños que integraban la caravana han sido deportados a su país, mientras que 500 más se encuentran en ruta de retorno en el punto fronterizo de Tecún Umán.
La acción es una política servil a los intereses del Gobierno de Donald Trump que tiene en puerta las elecciones intermedias en Estados Unidos, donde el partido republicano se juega su poder en el Congreso. La carta fuerte de Trump es seguir apostando a una política "proteccionista" al tiempo que continúa desplegando su política y discurso xenófobo contra los migrantes.
Es fundamental que las organizaciones sociales, de izquierda, de derechos humanos, así como sectores sindicales salgan de manera unitaria a respaldar y llenar de solidaridad la caravana migrante, levantando la exigencia por plenos derechos políticos y sociales para los migrantes, por el libre tránsito por los países de la región y el cese inmediato a la represión.