En Francia podríamos creer que el “presidente normal” (Hollande) ya llegó a los más bajo que se podía con solo 13% de opinión favorable. Sin embargo, su colega a la cabeza del ministerio de salud, Marisol Tourraine, demuestra que siempre hay más profundo que el fondo.
Jueves 25 de septiembre de 2014
Según un sondeo realizado entre los trabajadores de la salud, ésta solo beneficiaria de 6% de opinión favorable; y su orientación política en el ministerio solo contaría con 3% de popularidad… Estos números son todo un síntoma de la bronca que hay desde hace varios años en el sector de la salud. Ayer entre 1000 y 2000 trabajadores de la salud de 80 hospitales diferentes manifestaron en frente del ministerio de la salud.
Cortes presupuestarios cónicos, supresiones de puestos de trabajo, falta de materiales adaptados para el atendimiento de los pacientes, entre otras pérdidas de ventajas sociales… Los ataques contra el servicio público de la salud llueven.
Esto es así sobre todo después de la adopción de la “ley Bachelot” en 2009 bajo Sarkozy (y que el PS sigue aplicando). Esta ley implica la adopción de recortes y de una política de reorganización del trabajo según criterios de rentabilidad.
Así, de fusión de hospitales hasta la creación de asociaciones entre fondos públicos y privados, pasando por numerosos cierres de servicios, es el todo el sector de la salud que ha sido afectado por las reformas sucesivas. En 2013 se anunciaron 10 mil millones de euros en recortes, lo que participaba del paquete de 50 mil millones de recortes que el gobierno le prometió a la patronal.
A principios del mes, se le sumaron 2 mil millones de euros de recortes suplementarios. Según el gobierno, esto se debe a la “baja inflación”. Para las trabajadoras y trabajadores de la salud se trata de una provocación: son muchos los servicios que apenas logran funcionar; en solo algunos años el número de enfermeras se dividió por dos… Los servicios menos “rentables” son los que peligran con ser los más afectados: psiquiatría, gerontología, pero también los centros para abortar (en Francia el aborto está legalizado) o las maternidades.
Una coordinación que hace referencia a las mejores épocas de lucha por la salud
Mientras el gobierno busca, con la ayuda de las burocracias sindicales, contener la bronca a través de un pseudo “dialogo social”, una parte del sector de la salud comienza a levantar cabeza. La chispa surgió del Establecimiento Público de Salud Mental (EPSM) de la ciudad de Caen. Éste iba a conocer otro plan de “saneamiento financiero”, preparando otra restructuración.
A pesar de la represión (intervención de la policía dentro del hospital, intimidación a los representantes sindicales, etc.), el personal siguió luchando y aprovechó para lanzar un llamado a una “respuesta unitaria” contra las políticas de “hospteridad”. Esta iniciativa llamó a las primeras reuniones antes del verano boreal y luego al surgimiento de un comité de ligazón entre los distintos hospitales.
Es así que ayer este comité llamaba a una acción común delante del ministerio de la salud y luego a una asamblea general. Más de 80 hospitales estuvieron representados. Y esto a pesar del escepticismo de algunos sindicatos (Solidaires) o directamente su oposición a tal iniciativa (CGT).
Esta coordinación es muy importante para resistir a los planes del gobierno. Como dice el llamado de Caen: “hoy no podemos seguir luchando hospital por hospital (…) hay que dar una respuesta nacional a un problema nacional”.
Con esta acción es la voluntad de los sectores combativos que se expresó. Y esto es fundamental para la unidad de todas las categorías de trabajadores y trabajadoras de la salud y de los pacientes, es decir las principales víctimas de los recortes.
