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Red Internacional
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9D. Marcha del Orgullo en Tucumán: ganemos las calles por nuestros derechos y contra el ajuste

La próxima Marcha del Orgullo será este sábado 9 de Diciembre, un día antes de la asunción del ultraderechista Milei. Retomando la tradición de lucha, será un día importante para dar un mensaje político.

Martes 5 de diciembre de 2023 22:40

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Este sábado 9 de diciembre en Tucumán se realizará nuevamente la Marcha del Orgullo, convocada a las 16 para marchar desde el Monumento al Bicentenario hacia Plaza Independencia, en defensa de los derechos ya conquistados y pisando fuerte a un día de la asunción del futuro gobierno de La Libertad Avanza.

El resultado de ballotage dio por ganador a la candidatura presidencial de Javier Milei, ultraderechista, reaccionario y enemigo férreo de las mujeres y las disidencias sexuales. Triunfo que en parte responde al profundo descontento hacia el saliente gobierno de Unión Por la Patria, que termina su mandato con altísimos números de desocupación y 6 de cada 10 niñxs bajo la línea de pobreza. Este hecho político potenció de un disparo los discursos de odio así como también el cuestionamiento hacia los derechos más elementales de las disidencias. La situación nacional, debe encontrar a la comunidad LGBTIQ+ a la hora del día, retomando con más fuerza, la discusión de no solo celebrar nuestras conquistas, sino también la necesidad de volver ésta marcha un mensaje político contundente de acuerdo a las históricas tradiciones de lucha.

A las calles

Las peleas de las personas LGBTIQ+ en nuestro país en el ultimo período, han estado marcadas por una gran coordinación y presencia en las calles, con conquistas de leyes pioneras en América Latina, como el derecho al Matrimonio Igualitario, la Identidad de Género, la derogación de los Códigos Contravencionales (que explícitamente criminalizaba a travestis y homosexuales) y la lucha por el Cupo Laboral Travesti-Trans. Al igual que el movimiento de mujeres (con quienes se confluye constantemente) hacedora de grandes batallas históricamente, cuya fuerza y capacidad de organización quedo demostrada recientemente en la conquista del Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, aún con fuertes sectores de la política tradicional y las cúpulas eclesiásticas en contra.

En estos años, los gobiernos progresistas han buscado limar la combatividad con una institucionalización a través del Estado, como única garantía (ilusoria) de “sostener” esas conquistas. Frente a esto es importante ponernos en alerta para volver a articular espacios de organización de una manera independiente, peleando por desmantelar la idea de que los derechos conquistados son inamovibles y están garantizados. Esto lo vemos en la provincia cuando el gobierno de Jaldo ya está pasando la motosierra y peligran organismos como la Secretaría de la mujer y diversidad, destinados a atender casos de violencia de género. También se vuelve más que necesario frente a la avanzada de derecha que significa un gobierno de La Libertad Avanza.

Pero entonces, si bastan ejemplos donde la igual ante la ley no es igualdad ante la vida, ¿Las disidencias sobre quienes deben apoyarse para diagramar su definitiva liberación? y ¿Bajo que horizonte?

Jamás partimos de cero

El último siglo ha dejado grandes experiencias en la lucha por la liberación del género y la sexualidad. En nuestro país, una generación inspirada en la experiencia latinoamericana de la Revolución Cubana, que también vivía las mareas de las revoluciones y procesos de levantamientos de masas a nivel internacional, abre en 1969 en el Cordobazo un proceso de radicalización, con un profundo sentir en el antiimperialismo y anticapitalismo. Pese a los límites de la época, la represión y la censura, un sector de la comunidad homosexual, con recorrido militante ligado a las ideas de izquierda, forma en 1971 el Frente de Liberación Homosexual (FLH). En su corta trayectoria, no se limitó solo a una defensa irrestricta de los derechos democráticos elementales, como no ser reprimido o detenido por la sexualidad.

Íntimamente ligado al clima internacional de la época, el Mayo Francés, el black power y el movimiento de liberación de las mujeres, el FLH también de manera avanzada, exponía en su manifiesto: “Como hemos pretendido demostrar a lo largo de este documento, esta persecución tiene una raíz netamente política. El sexo mismo es una cuestión política. En esa medida, la liberación que postulamos no puede tener lugar dentro de un sistema económico de dominación, tal como lo es el capitalismo dependiente argentino. Pero partiendo de nuestra propia marginación, cuestionando desde ella a la sociedad sexista, llegamos a un cuestionamiento global de la sociedad”.

A su vez, en Francia nacía el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR), palpitando junto a la radicalización de estudiantes y obrerxs, con revueltas y toma de fábricas, abierta en Mayo del 68.

En parte este frente, nacía como reacción a la orientación de asociaciones como Arcadie, para quien “los homosexuales" podían obtener un lugar en la sociedad integrándose en las clases altas y haciéndose "respetables". Esta estrategia resultó finalmente un gran fracaso, en la medida en que no logró superar la represión del Estado gaullista. En julio de 1960, la enmienda Mirguet condenó la indecencia pública e incluyó la homosexualidad entre las "lacras sociales" junto con el alcoholismo y la tuberculosis.

Hay una lección común en estos dos ejemplos a considerar, quizás mas desarrollada en el FHAR: la integración en la sociedad capitalista, no nos emancipará.

Frente a lo que se viene: organización

El programa de Milei es abiertamente una declaración de guerra contra las personas LGBTIQ+, las mujeres y la clase trabajadora, desde su plan económico bajo la bota del FMI sin tocar el bolsillo de los empresarios, hasta con un fuerte peso ideológico en las ideas misóginas y retrógradas. Ante la posible reacción patriarcal con ataques a importantes conquistas de derechos, las disidencias, no solo deben retomar las discusiones ligadas a su emancipación, contra su opresión y explotación, sino que deben pensar de forma inmediata su intervención en el escenario político, no peleando de manera aislada, sino unida a los distintos sectores de la clase trabajadora, como lxs docentes precarizadxs del plan ENIA (de prevención del embarazo no intencional), los distintos sectores de la salud articulados en la pelea del aborto legal, el movimiento de mujeres y distintos sectores en lucha, torciendo también el brazo de pasividad que imponen las burocracias sindicales y centros de estudiantes, para golpear con un solo puño.