6.537 euros al mes. Un total de 91.518 al año en catorce pagas. Es la retribución que va a recibir la ultraderechista Marta Fernández de Vox, como nueva presidenta de las Cortes de Aragón. Vox sólo ve "paguitas" cuando son para los trabajadores y los pobres. Hay que terminar con todos los privilegios de la casta política, sea del color que sea.
Jaime Castán @JaimeCastanCRT
Martes 27 de junio de 2023
Marta Fernández, diputada de Vox en Aragón, fue elegida nueva presidenta de la Cortes aragonesas la semana pasada, y sus comentarios racistas, LGTBIfóbicos, e incluso negacionistas del cambio climático y la pandemia en redes sociales se hacían virales.
Con este nuevo cargo, la ultraderechista casi duplicará sus ingresos, pasando de los 58.427,30 euros brutos anuales de la pasada legislatura como diputada, según el portal de transparencia, a 91.518 euros. A los 39.579 euros brutos anuales como diputada (3.380 euros mensuales), se le añaden 1.081 euros mensuales como complementos y 2.076 euros más al mes por ser elegida Presidenta de las Cortes. En total, 6.537 euros mensuales, o lo que es lo mismo, esos 91.518 brutos al año en catorce pagas.
Así, Marta Fernández ingresará seis veces más el SMI anual (15.120 euros brutos anuales) o más de tres veces el salario medio (28.360 € en 2022). Y esto cuando Vox habla de "recortar el gasto público" y de suprimir instituciones autonómicas, como las Cortes aragonesas que Fernández va a presidir con un sueldo de auténtico privilegio.
El propio líder del partido, Santiago Abascal, lleva décadas viviendo de cargos públicos, primero con el PP y ahora con Vox. Ya con 18 años fue concejal popular del Ayuntamiento de Llodio en 1999 y desde entonces fue encadenando cargos. Actualmente, por ser diputado en el Congrego ingresa entre 55.803 euros brutos y 70.143 al año.
La extrema derecha habla de los "chiringuitos" feministas y LGTBI, de los muchos cargos políticos y autonómicos, y carga contra las personas migrantes. Sin embargo, los representantes de Vox no están cuestionando los ingresos privilegiados que perciben al ser ahora representantes públicos, ni el desproporcionado gasto militar, la Monarquía o los enormes privilegios fiscales y fondos públicos que reciben instituciones reaccionarias como la Iglesia católica.
El discurso de la extrema derecha contra los “privilegios de los políticos” es pura demagogia. Vox es un partido 100% patronal, fiel representante de los intereses del IBEX35, el Régimen monárquico y todos sus privilegios.
Contra esta demagogia reaccionaria de nada ha servido el doble discurso de Podemos, Izquierda Unida y el neorreformismo, que prometieron acabar con la “casta política” y terminaron gobernando con uno de sus más conspicuos representantes, el PSOE. Y quieren seguir haciéndolo. Así no solo no combate a la extrema derecha, sino que se la fortalece.
Para terminar con los privilegios de la casta política, sea progresista, de derecha o de extrema derecha, es necesario recuperar demandas históricas del movimiento obrero y el socialismo, como que ningún político cobre más que el salario de un trabajador cualificado o de una maestra y que todos los cargos sean revocables en sus funciones por sus electores. Necesitamos construir una izquierda socialista y revolucionaria que se proponga imponer este programa mediante la lucha de clases.