La Reserva Federal estadounidense anunció en voz de su presidente que se confirman las intenciones de subir los tipos de interés, algo que podría provocar desequilibrios macroeconómicos e inestabilidad financiera en el mundo.
Viernes 11 de marzo de 2022
El presidente de la Reserva Federal en Estados Unidos, Jerome Powell, confirmó la intención de este organismo de llevar adelante una primera subida de la tasa de interés a finales de marzo, a pesar la incertidumbre que se ha generado en los mercados con la guerra en Ucrania.
El aumento de la tasa de interés programado por la Reserva Federal, implica un cambio importante en las reglas del juego en el capitalismo a nivel internacional. Este aumento implica que los créditos tanto familiares como empresariales van a tender a encarecerse, teniendo como contracara un enlentecimiento en la dinámica económica.
Está medida monetaria restrictiva busca “enfriar” la economía, en un momento en que la inflación no logra contenerse en los objetivos ortodoxos de 2% anual en Estados Unidos. No obstante, la contradicción y las posibles complicaciones de tomar esta decisión no se quedan en que será más caro endeudarse por lo que habrá menos flujo económico, sino, un problema muy importante, tiene que ver con que el aumento de las tasas impacta en el tamaño de las deudas privadas y estatales en un momento donde, por un lado, el propio Fondo Monetario Internacional reconoce que el mundo (los Estados) nunca había estado tan endeudado en la historia, y, por otro lado, existe una importante cantidad de empresas zombies que sobreviven gracias a apoyos estatales con enormes deudas en sus flujos internos.
Mientras tanto, la guerra en Ucrania donde Rusia y la OTAN mantienen un conflicto geopolítico que está costando miles de vidas, trae consigo fuertes consecuencias económicas, por un lado, dado el peso que tienen Rusia como proveedor de petróleo y sobre todo gas en Europa por lo que está llevando por las nubes el precio del petróleo y otras commodities, alimentando las tendencias inflacionarias de la economía mundial, y por otro, dado que las sanciones económicas no afectan únicamente a Rusia sino a otros múltiples países incluido el propio Estados Unidos.
La economía viene de atravesar una fuerte crisis con la pandemia del COVID-19, en el marco de una tendencia al estancamiento económico de la economía global que no ha logrado un nuevo ciclo de crecimiento desde el estallido de la crisis en 2008.
Es en este marco que se vienen tensando la relación entre las potencias, particularmente entre Estados Unidos y China, pero también, como se ve en Ucrania, entre Rusia y la OTAN (con Estados Unidos a la cabeza), provocándose una nueva guerra que tiene a su vez fuertes implicancias económicas.
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Así, la decisión de aumentar las tasas de la Reserva Federal, suman incertidumbre a la dinámica capitalista. La crisis económica y la guerra, y podríamos agregar la crisis ambiental, recaen sobre las espaldas de la clase trabajadora, en este panorama se hace cada vez más urgente la necesidad de conquistar otra economía, que ponga en primer lugar no el interés de los bancos, los especuladores y quienes se enriquecen con la guerra, sino el interés de la mayoría que trabaja y produce la riqueza.