La Secretaria de Movilidad Vial (SEMOVI) informó que el uso de motocicletas en la Ciudad de México incrementó un 800% en los últimos cinco años. Esta cifra coincide con el aumento de registrados en plataformas que utilizan este transporte para su trabajo.
Emilia Macías @EmiliaMacas1
Martes 29 de junio de 2021
La directora de Seguridad Vial y Seguimiento a la Información, Valentina Delgado, indicó que, a la par del aumento de motocicletas, el número de accidentes de tránsito en los que éstas se han visto involucradas, también aumentó en el mismo lapso. Informó que en 2019, el porcentaje de accidentes de moto era el 45%, en 2020 50% y en lo que va del 2021 se ubica en 55%.
El año pasado incrementó un 6% anual las ventas de motocicletas en México, al comercializarse 648 mil 713 unidades con cilindrada de hasta 175 (las más comunes para el reparto).
A partir del 31 de julio, la SEMOVI emitirá nueva licencia para motocicletas con dos objetivos principales: visibilizar el número de usuarios y realizar un examen teórico y otro práctico para obtener la licencia A1 o A2. Delgado explicó que esta medida busca asegurar a las personas que conduzcan, “porque, como sabemos, es un vehículo muy distinto al auto, es decir, si es un vehículo que necesita de una pericia muy específica y un dominio del vehículo, es justo para que la persona no tenga riesgo”.
Las pocas oportunidades de trabajo, los más de 170,000 desempleos provocados por la pandemia y los recortes salariales, han orillado a millones de personas -sobre todo jóvenes- a registrarse como repartidores de diferentes apps, como Uber, DiDi o Rappi.
La cantidad de motocicletas que tiene cada plataforma no es un dato público, por lo que la SEMOVI no tiene un estimado, pero el INEGI hizo una encuesta a 200 trabajadores de apps donde el 83.5% respondió que utiliza moto para entregar los pedidos. El incremento del transporte en la ciudad coincide con el aumento de registrados en estas plataformas que utilizan este transporte para su trabajo.
Muchos repartidores aseguran que, por el modelo de negocios, las empresas los castigan con la asignación de menos pedidos en caso de que no hagan la entrega a tiempo.
Pero ¿a costa de qué? De acuerdo con la encuesta del INEGI, al menos 3 de 5 repartidores han sufrido algún accidente mientras laboraban, y el 96% mencionó no haber recibido apoyo por parte de las aplicaciones. El costo del seguro es imposible de pagar para muchos, pues no les alcanza con el salario que ganan. Cada vez hay un sector más grande que vive del salario que ofrece el precario trabajo de repartidores y que no puede darse el lujo de llegar tarde, porque si no, no reciben el pago completo y no les alcanza.
Es inconcebible que cada repartidor no cuente con un seguro garantizado por las plataformas. Lo único que ponen sobre la mesa es que lo que les importa es la ganancia que generan los pedidos, y que los repartidores sólo representan un número que, si muere en un accidente de moto trabajando, será reemplazado en unas horas por alguien que corre el mismo peligro.
Por eso es necesaria una organización de trabajadores precarizados que luche por mejores condiciones laborales (como basificaciòn, prestaciones y un seguro médico y de vida que garantice su bienestar y el de su familia), independiente de las patronales, del gobierno, de la burocracia sindical y los partidos políticos del régimen. Es deplorable que no cuenten con condiciones básicas de un trabajo digno.
El aumento de accidentes de tránsito se debe a que la Ciudad de México es, según la empresa TomTom Traffic, la ciudad con más tráfico en un análisis de 390 ciudades en el mundo, para sumarle que cada año hay 250 mil automóviles más en el tránsito de la ciudad, no sólo es que haya más motocicletas.
Una licencia -que además cuesta 450 pesos sólo para moto, o 900 pesos para conducir particulares y motocicletas-, no resuelve el problema de movilidad, ni la falta de cultura vial, o el pésimo transporte público. Es urgente municipalizar y modernizar todo el transporte -sobre todo público- de la capital bajo control de sus trabajadores y usuarios, incluidos los servicios privados que se le subrogan a las distintas líneas del Metrobús.
Para que no sólo haya menos accidentes, sino que se reduzca la contaminación ambiental, haya menor circulación de automóviles particulares, termine el negocio de los subsidios millonarios a los empresarios del transporte, es necesaria la planificación racional de transporte, la cual no podrá llevarse a cabo de manera efectiva más que bajo la administración de sus trabajadores y usuarios.