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Red Internacional
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ECONOMIA / TRIBUNA ABIERTA. Matrimonio antiigualitario: Bayer y Monsanto se unen

Recientemente contrajeron nupcias Frau Bayer y Mr. Monsanto (1). Se trató de una fusión mamut, la primera empresa, la alemana Bayer, inició el proceso para adquirir a la segunda, una empresa estadounidense, por 60 mil millones de dólares.

Miércoles 28 de septiembre de 2016

Foto: Efectos del agente naranja en un niño vietnamita. Fuente: TeleSur

A partir de que se consume la unión, dos empresas gigantes actuarán mancomunadamente para acrecentar sus ganancias en el mercado de productos químicos.

Hay la posibilidad de que los Estados Unidos o la Unión Europea impidan la fusión pero eso sería la excepción y no la regla: las empresas capitalistas constantemente se unen a otras en un proceso que Marx en El capital denominó centralización de capital.

El proceso de fusión de empresas es la expresión del carácter social de la producción. Muchos trabajadores actúan coordinadamente para producir en diferentes puntos del planeta los complejos componentes de los modernos valores de uso que el capitalismo lanza al mercado. Cuando se fusionan empresas el grado de coordinación aumenta, se eliminan redundancias porque se eliminan trabajadores y los que quedan producirán para la nueva empresa.

Bayer está clasificada como empresa farmacéutica pues su negocio principal está ahí , pero produce una diversidad de mercancías (productos de uso veterinario por ejemplo) en decenas de países. Durante 2015 tuvo ingresos de 52,437 millones de dólares, generadas por sus 116,800 empleados que le rindieron ganancias de 4,559 millones de dólares y poseía activos de 80,289 millones de dólares (2).

Monsanto se presenta como empresa dedicada a la producción de semillas y químicos de uso agrícola. En 2015 tuvo ingresos de 15,001 millones de dólares, ganancias de 2,314 millones de dólares, poseía activos de 21,920 millones de dólares y 24,000 empleados (3).

Los trabajadores, de entre los 140,800 que tuvieron en 2015, que no sean despedidos, producirían con menor trabajo los productos que hasta ahora han elaborado ambas empresas. Con ello los productos podrían venderse más baratos. Muy probablemente no será así sino al contrario. Al tener un mayor control del mercado los productos de la fusión serán más caros.

Una menor cantidad de trabajo social se expresará en una mayor cantidad de dinero que antes de la fusión. Esto es que habrá inflación. Esta es una de las causas inflacionarias de las que la teoría económica burguesa no habla. La mayor productividad del trabajo no se traduce en menores precios porque la producción se hace para obtener mayores ganancias.

Bayer y Monsanto son dos ejemplos notables de que la finalidad de la producción capitalista es la ganancia por sobre cualquier otra cosa. Bayer produjo gas venenoso durante la Primera Guerra Mundial y asociada con otras empresas formó, en 1925, el cártel IG Farben (Joint Interest Association Dyes). Este cártel “se convirtió en el mayor donante de la campaña electoral de Adolph Hitler.

Aunque al principio era ligeramente reticente debido a que algunos de sus científicos clave eran judíos, en los años decisivos antes de que Hitler lograra el poder IG Farben donó 400.000 a éste y a su partido nazi, lo que fue ampliamente recompensado: IG Farben, con Bayer, se convirtió en el mayor especulador de las conquistas alemanas en la Segunda Guerra Mundial.” (4)

“En una carta dirigida al director de IG Farben, Fritzter Meer, a principios de 1941 el Dr. Otto Ambros elogió la amistad de IG Farben con las SS (5) que aceleró la construcción de su fábrica de Auschwitz-Buna y escribió acerca de un banquete ofrecido por la administración del campo en el que ´ se elaboraron todas las medidas para utilizar la verdaderamente excepcional gestión del campo de concentración de la manera más ventajosa para la fábrica de Buna ´.

Aunque Auschwitz fue el mayor y más espantoso emplazamiento de la historia destinado a aniquilar seres humanos, su objetivo básico había sido un gigantesco complejo de IG Farben para producir gasolina y caucho como parte de sus planes de conquistar Europa y el mundo.

A IG Farben no le interesaban únicamente el carburante y el caucho. La correspondencia entre los directores de Bayer y el comandante de Auschwitz incluía intercambios del siguiente tipo:

´Con vistas a los experimentos que tenemos planificados con un nuevo fármaco para provocar el sueño, agradeceríamos si pudiera poner a nuestra disposición unos cuantos presos […]´ – ´Confirmamos su respuesta, pero consideramos que el precio de 200 RM [Reichmark] por mujer es demasiado elevado. Proponemos pagar no más de 170 RM por mujer. Si les parece aceptable, las mujeres pasarán a ser posesión nuestra. Necesitamos unas 150 mujeres […]´ – ´Confirmamos su aprobación del acuerdo. Les ruego que nos preparen 150 mujeres que tengan la mejor salud posible […]´” (6)

Monsanto tiene también un negro expediente: produjo el “agente naranja” utilizado por el ejército estadounidense para defoliar la selva en la guerra en Vietnam que además resultó un poderoso teratógeno y cancerígeno que aún hoy causa sufrimiento a la población de aquel país. Más recientemente se ha acusado a Monsanto de producir nuevos químicos cancerígenos. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre los efectos cancerígenos de pesticidas producidos por la empresa (7).

Ésta ha respondido con una campaña propagandística negando los efectos perniciosos del glifosato, por ejemplo. Un científico, presuntamente receptor de fondos de Monsanto, dijo en un programa de televisión que era totalmente inocuo el glifosato: “podrías beber un vaso sin daño alguno” dijo.
El entrevistador le ofreció un vaso con el producto químico para que diera un trago ante el público. El científico salió huyendo del estudio (8).

La absoluta inmoralidad de Bayer y Monsanto es lo común en las empresas capitalistas. La generación de ganancias predomina sobre cualquier otra consideración. La producción se orienta a producir desempleo y precarizar el trabajo como se ha discutido en La Izquierda Diario, porque así se garantizan las ganancias. Si la mercancía daña seres vivos, incluidos los humanos, no es tan importante si eso aumenta las ganancias. Al fusionarse las empresas se busca recuperarlas o acrecentarlas por la vía de controlar el mercado (9).

La empresa resultante posee mayor poder de mercado y puede decidir más que antes de la fusión sobre cómo, cuánto, qué producir y a qué precio. El matrimonio es anti igualitario, pues busca una mayor desigualdad entre capitalistas y sobre todo entre capitalistas y trabajadores. La clase trabajadora está cada vez más inerme ante los productos de sus manos y cerebros. Trabajadoras y trabajadores sufrimos como productores y consumidores el que una producción realizada por millones de seres humanos sea apropiada por los capitalistas que vuelven contra nosotros nuestras obras.

Una fusión descomunal como la de Bayer y Monsanto debe verse como un reclamo: urge el socialismo donde el carácter social de la producción sea seguido por la apropiación social de los productos.

NOTAS

(1) Ver Thomas Ramiro, “Finalmente Bayer compra Monsanto: el agronegocio aún más concentrado”, La Izquierda Diario, miércoles 14 de septiembre de 2016.

(2) - Datos en el sitio web de la revista Fortune para las mayores 500 empresas globales.

(3) - Datos en el sitio web de la revista Fortune para las mayores 500 empresas estadounidenses.

(4) Grossman, Victor. “¿Puede Monsanto mejorar Bayer?”, Rebelión.

(5) - Las siglas de un grupo represor nazi especialmente temible.

(6) Idem.

(7) WHO(OMS en español). IARC Monographs Volume 112: evaluation of five organophosphate insecticides and herbicides. Marzo de 2015.

(8) Ver la escena en Youtube:

(9) Contrariamente a la idea muy difundida de que los monopolios son todopoderosos, la centralización se impulsa cuando las ganancias merman. Las ganancias de Bayer, durante 2015, fueron tan sólo el 5.7% de sus activos totales. Un pobre desempeño. La rentabilidad de Monsanto fue mucho mejor: 10.6% para el mismo año. Un problema por investigar es ¿por qué pagó Bayer 60 mil millones de dólares por activos que valen poco más de un tercio de eso?