El diputado del Frente de Todos reivindicó al ministro de Economía que encabeza un profundo ajuste a pedido del FMI. Sin explicar qué medidas habría que tomar para resolver la crisis económico-social, dijo creer que su madre no será candidata en 2023.
Lunes 24 de octubre de 2022 12:28
Este lunes el diputado nacional del Frente de Todos Máximo Kirchner fue entrevistado por Roberto Navarro en el sitio oficialista El Destape. Allí hablaron durante aproximadamente una hora de temas diversos.
Sobre el atentado del 1° de septiembre contra su madre, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, dijo que era algo que en su espacio venían “discutiendo” previamente como posibilidad, ya que se venían registrando “hechos violentos” contra locales del oficialismo y amenazas públicas a CFK que, según él, el Poder Judicial nunca “investigó”.
“No es el país en el que uno quiera vivir”, dijo al tiempo que culpó a Patricia Bullrich por haberle “ido retirando la custodia” a la familia Kirchner cuando era ministra de Seguridad de Mauricio Macri. “Pero no vamos a resignar la posibilidad de seguir teniendo esta práctica política”, sentenció. A la vez, identificó al “entramado violento” de grupos como Revolución Federal con los discursos de la oposición de Juntos por el Cambio.
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Luego habló de la situación económica. Arrancó diciendo que el macrismo y la pandemia multiplicaron los efectos de la crisis económica sobre la población. Y agregó, respecto a los planes sociales, que “todos queremos trabajo, es cierto que causa molestias en la sociedad algunas injusticias que se producen”, pero esto no puede ser un enfrentamiento “entre trabajadores”.
Como si fuera un mero analista de la realidad (y no uno de los máximos referentes del Gobierno nacional que aplica políticas favorables a las grandes corporaciones en detrimento de las mayorías trabajadoras), el diputado dijo que “los sectores del poder económico buscan dividir a la sociedad, llevarse una porción de los sectores populares, del trabajo, para convencerlos de sus ideas y así obtener los votos suficientes para después implementar sus planes económicos”.
En ese marco, insistió en polarizar con el macrismo y sus “esquemas conceptuales” al identificarlo como lo peor que le pasó al país en los últimos años. Así, intentó marcar que el actual oficialismo, pese a los errores cometidos y las diferencias internas, es la mejor opción para las trabajadoras y los trabajadores. De las promesas incumplidas por su propio Frente de Todos desde 2019 a la fecha, nada. Incluso sobre la inflación actual, producto de las políticas de su gobierno, Máximo prefirió hablar de un “tobogán” del que Argentina no pudo salir más desde diciembre de 2015. Poco serio.
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En un tiro por elevación a Alberto Fernández sin nombrarlo, cuestionó a aquellos que luego de la muerte de Néstor Kirchner intentaron diferenciar al expresidente con su esposa (“una actitud bastante cínica”), pero cuando “han tenido la posibilidad de ser mejores no han podido”.
Irónicamente, habló de una de las medidas de la dictadura cívico-militar-eclesiástica para enmarcarla en esos “esquemas conceptuales” con los que se identifica el macrismo: la Ley de Entidades Financieras implementada por las juntas militares genocidas. Una ley que sigue vigente, pese a que el espacio político de Kirchner ya gobernó el país durante quince años (muchas veces con mayorías parlamentarias) y nunca se propuso derogar.
“Hay que tener autoridad”
Le preguntaron a Kirchner cómo se puede hacer para bajar la inflación récord que hay en Argentina (a casi tres años de gobierno peronista). “Hay que tener mucha gestión y mucha autoridad”, afirmó y hasta dio ejemplos de cómo algunos sectores aumentan precios sin justificación alguna (como el del azúcar). Pero al momento de plantear qué política tener, dijo que “hay que hablar bien con los dueños de las empresas para explicarles y hacerles comprender que el pueblo argentino y el Estado argentino hacen un gran esfuerzo”. Más de un oyente o espectador, sin saber realmente qué propone el kirchnerismo (y no sabiendo si Máximo estaba hablando en serio), se debatía entre reír o insultar a la pantalla.
“Propusimos un secretario de Comercio Interior y nos dijeron que no, (el exministro de Producción Matías) Kulfas lo rechazó y eligió otro camino, y cuando uno elige otro camino los resultados no son los que hubiéramos querido todos”, afirmó el diputado. ¿Realmente piensa que con el cambio de un funcionario de segunda línea los “resultados” iban a ser distintos a los que fueron? Generalidades para la tribuna.
Nuevamente, como si no fuera parte del Gobierno y como si su madre no fuera la vicepresidenta que ungió a Alberto Fernández como presidente, rozando la irresponsabilidad buscó diferenciarse de las políticas del Frente de Todos que beneficiaron en los últimos años a los sectores más concentrados de la economía.
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“Massa administra consecuencias”
“Diferencias siempre hay”, dijo respecto a otros sectores del Frente de Todos, especialmente en el terreno económico. Pero consultado sobre cuáles son hoy esas diferencias, se fue por la tangente. “Hay que entender el proceso que sucedió en Argentina”, afirmó y descargó la responsabilidad de parte de ese “proceso” en el “irresponsable” Martín Guzmán.
En el mismo momento reconoció que votó (e hizo votar a todo el bloque del FdT) a pedido de Guzmán en 2020 el acuerdo con los fondos buitre. Y que cuando este año se trató el acuerdo con el FMI, decidió renunciar porque ya era demasiado. La idea es clara: despegarse de lo más intragable de la gestión que representa, quizás buscando que lo identifiquen con algo así como una “reserva moral”.
Sin embargo, a renglón seguido, no dudó en defender a Sergio Massa justificando sus “límites” a la hora de revertir los efectos del ajuste acumulado por las políticas de Cambiemos y del propio Frente de Todos. “En la situación que hoy tiene nuestro país, la capacidad de movimiento es menor”, sentenció sin ponerse nervioso.
Navarro le preguntó entonces: “¿Debo entender que me estás diciendo que Massa hace lo que puede con la situación que encontró?”. El diputado respondió: “Está administrando consecuencias”. El periodista repreguntó: “¿Eh?”. Y el funcionario reiteró: “Está administrando consecuencias”. Navarro sólo atinó a decir “ahá”. Y el diputado insistió: “Se administran consecuencias”.
Por si fuera poco, dijo que Massa “tiene un conocimiento enormemente superior al de Martín Guzmán sobre el Estado argentino”. Y pese a ciertas “miradas diferentes” que pueden tener en economía, reivindicó sin dudar la gestión del ministro que esta semana buscará dar un gran golpe a los bolsillos populares con la votación del Presupuesto 2023 de ajuste a pedido del FMI.
Tras esas definiciones, no le quedó más que decir que “económicamente podríamos estar un poco mejor, pero la situación global es mala”.
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“Creo que Cristina no va a ser candidata”
Consultado sobre si piensa que en esta situación el Frente de Todos perderá las elecciones de 2023, Máximo quiso eludir el tema. “Las elecciones ya vendrán, a mí lo que me interesa es que la situación de la sociedad mejore”, respondió. Y agregó: “Nosotros con una inflación de 22 puntos en 2015 perdimos la elección… no, no sé cuánto podemos atar eso… pero lo cierto es que en 2015 se perdió con 22 puntos de inflación…”.
Sobre una eventual separación del Frente de Todos de cara a la campaña del año que viene, dijo que las PASO son una oportunidad para evitar una fractura del oficialismo. En respuesta al Movimiento Evita y a la CGT, dijo que “si quieren que haya elecciones habrá elecciones, PASO o no PASO, internas dentro del peronismo si no hay PASO. Nosotros queremos la participación siempre”.
Lógicamente, le preguntaron sobre si para él Cristina Fernández de Kirchner podría ser candidata a presidenta el año que viene. Previamente había dado a entender que, en rigor, siendo quien gobierna, lo natural sería que el candidato sea Alberto Fernández (“en 2019 Macri no fue a PASO”). Y sobre su madre afirmó: “Creo que no va a ser candidata, habrá que ver, pero ella ha hecho un gran esfuerzo ya, el desgaste es muy grande”.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario