Menos de dos meses quedan para que acabe el año y ya es una preocupación cómo enfrentar la inflación, la carestía de la vida, y sueldos que pese a que han aumentado valen menos que hace unos meses debido al alza de precios. Desde La Izquierda Diario conversamos con trabajadoras y trabajadores subcontratados del Metro de Santiago, para conocer más en profundidad cómo son las condiciones bajo las que trabajan.
Domingo 6 de noviembre de 2022
Menos de dos meses quedan para que acabe el año y ya es una preocupación cómo enfrentar la inflación, la carestía de la vida, y sueldos que pese a que han aumentado valen menos que hace unos meses debido al alza de precios. En el transporte ya han habido anuncios de parte del Ministro de Transporte, Juan Carlos Muñoz, quien ha señalado que ya es tiempo de “tener un proceso gradual de descongelamiento” de las tarifas, aumento que se aplicaría a partir del primer semestre de 2023.
Pero en el caso de Metro de Santiago, el aumento de precios y de ingreso económico -que ya han aumentado debido al cese de las restricciones sanitarias- contrasta directamente con las condiciones de sus trabajadoras y trabajadores, quienes en su mayoría son subcontratados, es decir que Metro no se hace cargo de dichas contrataciones de manera directa sino mediante empresas externas, y viven mensualmente con menos del actual sueldo mínimo.
Desde La Izquierda Diario conversamos con trabajadoras y trabajadores subcontratados del Metro de Santiago, principalmente del área de boleterías, aseo, guardias y asistentes, para conocer más en profundidad cómo son las condiciones bajo las que trabajan. Por seguridad resguardaremos la identidad de las y los trabajdores.
Relatos de precarización
Una de las trabajadoras nos cuenta que "desde que inició la pandemia, todo se puso más difícil, hubo despidos, se acabaron las licitaciones de varias empresas contratistas, necesitaban menos personal y sin pensarlo dejaron a varios compañeros sin trabajo; pero hoy que el transporte está mucho más movido, se requiere más manos trabajando, sin embargo, seguimos siendo muy pocos y con cada vez más labores por cumplir".
Las y los guardias o asistentes, también trabajadores externos, se han tenido que enfrentar de cara a la falta de contrataciones. "Nos arriesgamos a que nos golpeen y hasta que nos apuñalen en el trabajo, pero no es solo porque haya más delincuencia, es porque la mayoría de las veces hay un solo guardia en toda una estación, incluso cuando estas tienen combinaciones o más de 4 accesos. Es demasiado". Nos señala otro trabajador.
Y esta sobrecarga laboral nada se refleja en los sueldos, que cada vez alcanzan menos para llegar a fin de mes. "Es casi una burla, que mientras en un solo turno, en un solo día, cada cajera envía en promedio $3 millones, llegando incluso en algunas boleterías a superar por mucho ese número, nuestro sueldo mensual es de menos de $400.000."
Por una solución que beneficie a los trabajadores
En el contexto de carestía e inflación como la que está viviendo el país y el mundo, es necesario pensar nuevas maneras de dar solución a aquello. Este segundo semestre ha sido marcado por un aumento de sueldo tan insuficiente que su valor real frente al costo de la vida es menor que hace unos años. Hace falta un sueldo base que sea de mínimo $650 mil para cubrir las necesidades básicas.
¿Pero cómo conquistar algo así ante la negativa del empresariado que se resiste a tocar sus enormes ganancias? Algunos ejemplos de luchas de trabajadoras y trabajadores ya marcan el camino a seguir y son un ejemplo para dar una salida desde abajo a la crisis económica.
Como en el sur, en fundo Huite, Paillaco, donde comunidades mapuche y trabajadores del sindicato de Chilterra hicieron ocupación del fundo lechero que se encaminaba a la quiebra producto de las deudas del propietario y los precios usureros de trasnacionales como Soprole y Prolesur. Y han puesto a producir la planta bajo gestión de de sus trabajadores y de las comunidades Mapuche, defendiendo la restitución de las tierras ancestrales y a su vez, los puestos de trabajo de las y los trabajadores, y el control de precios justos para la población.
Otro ejemplo, es la huelga de los obreros de sectores estratégicos de la refinería y la energía en Francia, en el marco de la crisis del precio del petróleo. En esta movilización se unieron trabajadores de las automotrices, de los aeropuertos y la juventud, frente a sueldos que están pir debajo del incremento inflacionario, es decir, que tampoco responde al costo real de la vida. Con esta pelea tan importante, llegaron incluso a superar las trabas impuestas por las direcciones sindicales burocráticas y a poner en aprietos al presidente Macrón.