El economista volvió a ser tendencia en las redes, no por alguna idea interesante o una reflexión nueva sino por insultar como hace siempre.
Javier Nuet @javier_nuet
Miércoles 16 de junio de 2021 21:41
Viviana Canosa entrevistó a Javier Milei esta semana durante 40 minutos, algo impensado para un candidato que se presenta por primera vez como parte de una fuerza política que en las últimas elecciones tuvo resultados estrepitosamente malos. Pero es un modus operandi que ya se había visto en el 2019, cuando los grandes medios inflaron a Espert a más no poder y después su candidatura terminó en un fracaso estrepitoso.
Allí, Milei dijo las mismas frases y los mismos insultos que repite cada vez que tiene un micrófono cerca, con slogans poco serios sobre el socialismo y una defensa del sistema capitalista floja de papeles. A los gritos. Pero con un diferencial, que es que ahora los liberales están negociando con Juntos por el Cambio. Una derecha que dice ser "antisistema" y quiere ir a las elecciones... con Macri.
Pero lo llamativo de la entrevista vino cuando hablaba de la polémica de "reacción conservadora", queriendo hacerse pasar por un perseguido por el Estado. En ese momento dijo dos cosas que parecían surrealistas, con el perdón del surrealismo.
Primero, dijo que lo persigue el aparato represivo del Estado y aseguró, muy campante: "Esto es Gramsci puro". ¿Sabrá que estaba tomando las ideas de un marxista revolucionario? Más allá de lo cómico y bizarro, es un argumento muy extraño para una fuerza política que dice rechazar al Estado pero cuyo lider José Luis Espert se la pasa pidiendo presupuesto público para la Policía.
Después de eso vino la frase más simpática. Gritó, refiriéndose al socialismo mientras se iba poniendo rojo y con la mirada perdida: "¡Somos superiores estéticamente!". Vaya uno a saber qué habrá querido decir. Después plantea en redes sociales que los "marxistas" no pueden rebatir sus "argumentos".
Hay un viejo dicho que dice que, en la política, el que se enoja pierde. Una frase que se ve comprobada muchas veces cuando, en una discusión, quien se queda sin buenos argumentos para rebatir los de su adversario empieza a ponerse impotente, con nervios y termina a los gritos, repitiendo una y otra vez lo mismo.
Si hay alguien que sabe de esa materia, ese es Javier Milei.
