Los mineros se encuentran en estos momentos trabajando en los turnos rotativos así como sosteniendo un campamento con más de 700 carpas en el primer punto. Se espera que el impacto económico sea tan solo coyuntural y en mediano plazo.
Lunes 13 de febrero de 2017 07:16
A casi 4 días de iniciada la paralización completa de la minera privada Escondida, los mineros parapetados en el campamento “San Lorenzo” continúan con los trabajos que conlleva habilitar el espacio.
La declaración de los 60 días de huelga tiene preocupados a economistas y parlamentarios que no ven con buenos ojos la huelga de la más grande minera del mundo. Con flujos y reflujos prevén un escenario difícil en materia económica y parten de la hipótesis de un “impacto coyuntural”.
Patricio Tapia, presidente del sindicato N°1 de Minera Escondida declaró que “de la empresa no hemos sabido nada, nosotros apostamos a que estamos a que vamos a estar 60 días y a morir”
“Nosotros no esperamos a que ellos se acerquen sin una propuesta concreta, como trabajadores nos encontramos contentos de que estamos demostrando nuestra unidad y que se hace carne nuestro slogan de huelga”.
Por su parte, en declaraciones a El Mercurio de la segunda región, expertos y parlamentarios dieron sus pareceres ante lo que será el impacto del conflicto.
Claudia Meneses, exseremi de economía del gobierno de Sebastián Piñera indicó que “Actualmente no estamos en un escenario de bonanza. La idea es llamar a la conciencia por ambas partes y al entendimiento para que se genere las vías de negociación que lleven una ganancia en las dos posturas".
Es así como la visión de la derecha en el conflicto es sostener la postura de la empresa cuprífera basado en el argumento del “realismo” en materia de previsión económica.
“No se pueden dejar precedentes en tiempos difíciles con la idea de obtener bonos que están por sobre lo que las empresas puedan dar" expresó al matutino.
Aún así, la política del “cinturón apretado” provino directamente de la nueva mayoría y su visión general de los conflictos mineros. Nada que envidiarle a Chile Vamos.
Por su parte, Antonio Sánchez, director de la cámara de comercio de Antofagasta, aclaró que la huelga produciría profundas repercusiones a nivel local y nacional.
"Esta movilización se enmarca dentro de la legalidad vigente, por lo que no debería preocuparnos. El problema es que está pasando dentro de una empresa que tiene un impacto económico gigantesco como sexto productor mundial de cobre, por lo que dentro del país y dependiendo de lo que se prolongaría, podría afectar en un mes hasta un punto en el indicador de crecimiento mensual del país” indicó el economista.
Desde el mundo parlamentario la visión no dista mucho. Marcela Hernando (PR), exintendenta durante el proceso de huelga del año 2006 indicó que “las huelgas no le hacen bien a nadie, pero es una empresa privada, que gana bastante dinero y además se las arreglan para ajustar los costos, lo que se vio en esta pasada del 2016, donde disminuyeron mucho la tasa de trabajo. Las consecuencias se irán viendo en la medida que la empresa siga ajustando a la baja de costos".
Con una fuerte postura anti huelga se mostró la diputada RN Paulina Núñez, quien ante el matutino expresó que “El que no exista un acuerdo va a repercutir a nivel país. Estamos claros que lo que se pide y lo que ofrecen aún está en una brecha, pero tendrán que ir cediendo porque la única afectada es nuestra economía".
Frente a estos hechos y la configuración de posturas los trabajadores se mantienen en distintos puntos de la huelga apostados en campamentos, puntos de control, estaciones de servicios para los paralizados y levantando una huelga que por lo visto tienen un tirón mínimo de un mes.
Sebastián Castro
Periodista Audiovisual