Continua derechización del gobierno de Pedro Castillo. Para congraciarse con los empresarios nacionales y extranjeros, el ministro de Economía Pedro Francke anunció que desde el ejecutivo no realizaran ningún incremento al salario mínimo vital a pesar que los precios de los productos básicos suben todos los días.
Miércoles 1ro de septiembre de 2021
El ministro de Economía y Finanzas Pedro Francke, quien proviene de las filas de la organización centro izquierdista Nuevo Perú liderada por Verónika Mendoza, anuncio hace poco que desde su Ministerio no están evaluando realizar ningún incremento del salario mínimo vital el cual hoy es de 930 nuevos soles (aproximadamente 230 dólares), lo cual contrasta con el incremento sistemático de los precios de los productos de primera necesidad y esto afecta fundamentalmente a la clase trabajadora y a los sectores de menos recursos.
Sobre este tema, Francke fue muy enfático al señalar que: “Este no es el momento de un aumento del salario mínimo”. Para tratar de justificar esta posición abiertamente patronal que reproduce la orientación del piloto automático en materia económica, el hoy Ministro de Economía, manifestó que: “El salario mínimo, en esta coyuntura, es algo que tiene que verse con mucho cuidado, particularmente en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) no lo hemos estado trabajado porque no nos parece que sea el momento para el alza de salario mínimo (...) En este momento donde todavía tenemos un efecto de la pandemia, caída de productividad y ventas de pequeñas empresas, pensamos que todavía no es momento para plantearse alza de salario mínimo”.
Estas apreciaciones nos van dejando claro que para Francke y para el ejecutivo liderado por Pedro Castillo, la reactivación de la economía se piensa desde la perspectiva de los empresarios, por esa razón lo que menos se pretende hacer en esta difícil coyuntura de crisis económica, es atemorizar a la burguesía, la cual, en lo que va de la pandemia fue el único sector que se benefició, no solo a través de las onerosas subvenciones económicas que se les otorgo desde el estado, sino también a partir de una serie de iniciativas laborales que les permitieron precarizar aún más el trabajo, aumentando la jornada laboral y reduciendo salarios, así como despidiendo a miles de trabajadores a través de la implementación de medidas altamente reaccionarias como la suspensión perfecta de labores.
Con este discurso, Francke y los tecnócratas que hoy hacen parte del Ministerio de Economía del denominado gobierno popular o del “Perú profundo”, nos pretenden hacer creer que, entre los trabajadores, los empresarios y el pueblo existe una simbiosis positiva y que si las cosas mejoran para los empresarios también mejoraran para los trabajadores y para el conjunto del pueblo explotado.
Sin embargo, olvidan mencionar que en lo que va de la pandemia, para citar solo un ejemplo que desbarata estas apreciaciones acientíficas y altamente ideológicas, los empresarios que se beneficiaron con los préstamos del estado no solo no crearon más y mejor trabajo, sino que fueron, como ya se dijo, los principales promotores del desempleo masivo el cual es la principal causa del incremento de la pobreza en el país. Así mismo, los empresarios vinculados al rubro sanitario, elevaron vergonzosamente el costo de sus bienes y servicios (medicamentos, oxigeno medicinal, atención en clínicas privadas, etc.) lo que les permitió enriquecerse sobre manera a costa de afectar y poner en riesgo la vida y la salud del pueblo en su conjunto y de la clase trabajadora en especial.
La presente crisis sanitaria y económica no se puede encarar desde la perspectiva de los empresarios, por más nacionales que estos sean, ya que para los capitalistas lo fundamental en tiempos de crisis es recuperar su tasa de ganancia y ello solo se logra incrementando más el índice de explotación de la clase trabajadora lo cual implica, entre otras cosas, congelar los salarios como bien lo propone Pedro Francke.
Urge luchar por un plan de emergencia que incorpore, entre otras demandas, la lucha por el salario móvil y el incremento del salario mínimo de acuerdo al valor de la Canasta Básica Familiar (1,500 nuevos soles), por la inmediata derogación de la suspensión perfecta de labores y por la anulación de todas las iniciativas que promueven el trabajo precario. Solo afectando las ganancias de los empresarios evitaremos que las consecuencias de esta crisis las sigamos pagando las y los trabajadores y el pueblo empobrecido.