La gobernadora bonaerense en campaña electoral anunció como un éxito de la gestión de Cambiemos una baja en las cifras manipulando información, tal como lo hizo Juan Manzur mientras era Ministro de Salud.
Viernes 31 de mayo de 2019 11:40
María Eugenia Vidal anunció que la provincia de Buenos Aires tuvo en 2018 un índice de mortalidad infantil de 8,9 puntos por mil nacidos vivos. Para la gobernadora la baja -que fue de 0,6 puntos respecto del año anterior- se debe a “políticas sostenidas e integradas".
Distintos investigadores y ex funcionarios advirtieron que la baja de la mortalidad se viene registrando desde 1990 y explicaron que los datos anunciados aún no están consolidados, ya que falta que el Estado nacional establezca el número de los recién nacidos de la provincia de Buenos Aires que fallecieron tras ser trasladados a hospitales de la Capital Federal. Explicaron además que en realidad la mortalidad infantil viene bajando en 26 de los últimos 29 años.
Pero la gobernadora Vidal no fue la que inauguró este método. Los artilugios y maniobras para presentar los datos de la mortalidad infantil como "logros" de las distintas administraciones del Estado tuvieron al actual gobernador de Tucumán, Juan Manzur, como uno de sus más categóricos ideólogos.
Recordemos que mientras era Ministro de Salud del gobierno de Cristina Kirchner, Manzur, un antiabortista y lobista de la iglesia declarado, no tuvo ningún reparo en fraguar las estadísticas de mortalidad infantil en la provincia.
La metodología diseñada por Manzur, consistió en modificar la nomenclatura a partir de la cual los establecimientos sanitarios designan a un bebé como "nacido vivo" o víctima de "muerte fetal". Lo que hizo Manzur, tal como señala Martín Caparrós en su libro El hambre, fue mandar a anotar como “defunciones fetales” a los bebés más comprometidos —menos de un kilo al nacer— que morían en las primeras horas. Según todas las reglas internacionales, esos chicos deben ser considerados “nacidos vivos” y, por lo tanto, si mueren, son parte de la mortalidad infantil. Excepto en la Tucumán de Manzur.
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De esta forma, en pocos años, la tasa de mortalidad infantil pasó de 25 por mil a 15 por mil en Tucumán, en una reducción casi imposible de alcanzar en los seis años que se desempeñó como ministro de Salud, de acuerdo -también- con los parámetros internacionales de tratamiento y evolución de este tipo de problemática social.
Al llegar al Ministerio de Salud de la Nación, en 2009, Manzur replicó ese "plan" de medición en la estadística en todo el país. El resultado fue un drástico descenso de la tasa de mortalidad infantil. El detalle no es menor, ya que el indicador sirve para planificar políticas sociales y medir el grado de avance o retroceso social.
Los números de Manzur también fueron parte de la herencia de la que se apropió la gestión de Cambiemos.
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Hoy, la pobreza sigue en aumento y afecta en especial a niños, niñas y adolescentes. Ninguna salida a la crisis se puede esperar de personajes como Vidal o Manzur, cuyos espacios políticos ya han demostrado a lo largo de los años para que intereses gobiernan y han anunciado que cumplirán con los "compromisos" con el FMI, que sólo pueden traer más hambre y miseria para las familias más pobres, y lamentablemente también, más muertes evitables.