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Red Internacional
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Agro. Monsanto, regalías y la nueva ley de semillas

Mientras se esperan cosechas record de soja, asociaciones empresarias del agro reclaman al gobierno por abusos de poder Monsanto. La disputa por la renta agraria y el debate por la ley de semillas.

Lucía Ortega

Lucía Ortega @OrtegaLu_

Sábado 25 de abril de 2015

Las últimas previsiones oficiales sobre la producción esperada de granos indican que estaríamos nuevamente en un año “exitoso” en relación a los volúmenes producidos. Sin embargo, las pujas entre sectores económicos al interior de la cadena se acentúan frente a la caída en los precios de los commodities, profundizando las tensiones latentes en la disputa por la renta agraria.

En las últimas semanas, el Ministerio de Agricultura vio ingresar repetidamente a representantes de distintas corporaciones del agro en busca del Secretario de agricultura Gabriel Delgado, para dirimir el conflicto del cobro de regalías por parte de Monsanto, por el uso de la semilla de soja “Intacta” a través de contratos privados con productores.

Un sector de la Federación Agraria Argentina realizó una denuncia contra Monsanto ante la Comisión de Defensa de la Competencia por entender que la empresa incurría en abusos de posición dominante por los acuerdos con productores y empresas. Desde la productora de semillas, afirman que el sistema de cobro de regalías propuesto “cumple con todas las condiciones que demanda la legislación Argentina”. Mientras que las voces del gobierno consideran que la empresa se atribuye funciones de fiscalización que son estatales, abriendo el camino para una modificación de la ley de semillas que regimiente la forma en que se va a repartir parte del excedente.

En el número 17 de la revista Ideas de Izquierda se abordaron las principales contradicciones y consecuencias del anteproyecto de ley de semillas, o “ley Monsanto”. Se señala que esta ley, lejos de limitar el poder de Monsanto y las grandes corporaciones productoras de insumos en la producción agraria, significa una mayor injerencia del capital transnacional y atenta contra la biodiversidad, implicando una mayor privatización de los recursos genéticos.

En la Argentina, los “agrodólares” siguen siendo un pilar fundamental para el ingreso de divisas. Este año, la caída del precio internacional de granos está empujando a los empresarios sojeros a vender sólo lo indispensable para cubrir los costos, especulando con una mejoría en el año subsiguiente, mientras que las exportadoras ya vienen reduciendo su liquidación de dólares por exporaciones de granos que derivó en una reducción del 32% en el primer trimestre del año. Frente a este horizonte turbulento de escasez de divisas, la emisión de Bonar 2014 por 1.415 millones de dólares, vino a moderar parcialmente estos problemas a costa de un altísimo precio del endeudamiento.

Así, se muestran con particular entusiasmo los pronósticos favorables del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que elevaron la cosecha esperada de soja de la campaña 2014/15 a 59 millones de toneladas gracias a los elevados rendimientos que se observaron en algunas zonas. El maíz se estima en 30 millones de toneladas y según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires el trigo cerró con una producción de 11,7 millones de toneladas a principios de año. Optimismo acotado si se tiene en cuenta la enorme irracionalidad que rige la producción y distribución de los alimentos para la población.


              

Lucía Ortega

Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.

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