Hoy por hoy hay películas que se siguen considerando verdaderos clásicos del cine antimilitarista o incluso izquierdista que también salieron, no sin grandes dificultades, de los estudios de Hollywood. Detrás de ellas estuvo en muchas ocasiones el actor Kirk Douglas. Una estrella que acaba de morir a los 103 años tras una larga carrera en el cine y la televisión, la ficción y el documental.
Eduardo Nabal @eduardonabal
Jueves 6 de febrero de 2020
Douglas brilló de la mano de maestros como Kubrick, Minelli, Kazan, Curtiz, Frankenheimer, Mankiewicz y un largo etcétera. Míticas fueron sus apuestas por “Senderos de gloria”, uno de los mejores filmes antibelicistas de la historia del cine, o “Espartaco”, una película de rodaje difícil y resultado encomiable donde resulta ser el protagonista absoluto de batallas dentro y fuera de la gran pantalla.
Se trasmutó en el atormentado pintor Vincent Van Gogh para la todavía excelente “El loco del pelo rojo” de Vincent Minelli, con el que trabajo en dos radiografías de la industria del cine poco o nada complacientes: “Cautivos del mal” y “Dos semanas en otra ciudad”, rodadas con una década de diferencia.
Si su madurez se vio reflejada en filmes como “El compromiso” de Elia Kazan o la comedia ácida en formato de western “El día de los tramposos” de Mankiewicz, su juventud le dio ocasiones para hacer de villano en películas de denuncia social como la ya mítica “El gran carnaval” de Billy Wilder o “Brigada 21”, el thriller policiaco de William Wyler, ambas rodadas en los años cincuenta. Ambos trabajos desafiaron las secuelas de la caza de brujas con su gran valentía para denunciar el sensacionalismo de los massmedia o la corrupción policial.
Douglas plasmó su vida en su autobiografía titulada “El hijo del trapero” y su hijo Michael comenzó siguiendo sus pasos desde otros frentes como productor de filmes polémicos como “Alguien voló sobre el nido del cuco”, hasta convertirse en reputado actor. Su hijo también participó en filmes de corte liberal o de denuncia como “El síndrome de China”, sobre el peligro nuclear.
Kirk Douglas, hijo de humildes inmigrantes rusos, fue jardinero, bedel o luchador antes de consagrarse en el séptimo arte.
Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cinéfilo, periodista y escritor freelance. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Es colaborador de Izquierda Diario.