La lucha contra la tercerización recorre las vías del ferrocarril. Trabajadores de distintas empresas empiezan a unirse para exigir el pase a planta permanente y para pelear por su salud en el marco de la pandemia, sin embargo en dos meses de lucha no recibieron ninguna respuesta por parte del gobierno nacional. Las mujeres también impulsan esta lucha y levantan sus reclamos. ¿Cuál es la realidad que viven las tercerizadas de Trenes Argentinos?
Catalina Ávila @linaa_avila
Martes 25 de mayo de 2021 15:37
Foto: Matías B - Enfoque Rojo
Hace varios meses que las y los trabajadores tercerizados de Trenes Argentinos de las empresas MCM Security, Líderes y Comahue exigen el pase a planta permanente y que se respeten todos los derechos que les corresponden. Se trata de trabajadoras y trabajadores esenciales que desde que comenzó la pandemia se mantuvieron en actividad para garantizar el servicio a los miles de usuarios y trabajadores que utilizan el transporte público.
Sin embargo, a pesar de su rol en el marco de la pandemia, no están contemplados en el plan de vacunación del Ministerio de Salud. Como venimos reflejando en La Izquierda Diario, son considerados como descartables por las empresas, y el gobierno le da la espalda a su reclamo. En estas empresas, las mujeres sufren doblemente la precarización laboral y la discriminación de género. Por eso también forman parte de la lucha junto a sus compañeros.
Brenda tiene 28 años. Desde los 18 tuvo distintos trabajos para poder ayudar a su mamá que es docente y vive con ella. Llegó a tener dos trabajos al mismo tiempo en un Mc Donald’s y como cadete en un estudio contable. Hace 6 años se incorporó a MCM Security, empresa contratada por Trenes Argentinos para el servicio de vigilancia en los trenes de la Línea Roca. “Me cansé de muchas cosas, de que nos boludeen, que no nos den un lugar como la gente para estar, de que los encargados hagan y deshagan a su manera”. La “covacha”, como llaman al lugar de descanso para los 250 trabajadores de MCM, queda en el fondo del andén 14 en la estación Constitución. Las ventanas no tienen vidrio, llueve más adentro que afuera y el piso está desnivelado. “Tenemos solo dos o tres bancos rotos. La empresa puso dos baños químicos, pero uno ya está tapado. Como mujer no tengo un lugar digno para cambiarme”.
Clara (nombre ficticio para resguardar su identidad) no conoce a Brenda, pero están pasando por una situación similar y comparten el reclamo por el pase a planta permanente. Ella trabaja en la empresa tercerizada Líderes de la línea Mitre como vigiladora.“Las condiciones son re precarizadas. Baños no había de mujer y hombre, y tenías que pasar y estaban ahí los mingitorios. Ahora ’nuestro’ baño es el de los usuarios”.
Además, señala que la discriminación por ser mujer es moneda corriente para un trabajo como el que realiza. “Han sacado compañeras de estaciones. Las corren diciendo ’sos bajita, no te da la altura”, o les dicen “vos te tenés que bajar del tren porque vos no podés accionar como corresponde porque no te da la altura o porque estás excedida de peso”. Y una piensa ’pero yo tengo la mismas condiciones, tengo dos manos, dos piernas, tengo la boca para hablar, para pedir permiso, pedir disculpas’”. Muchas de sus compañeras de planta permanente también sufren ese machismo, al estar encasilladas en las categorías más bajas dentro del ferrocarril, en puestos que no son casuales: de limpieza, de atención al público tanto en boleterías como en evasión.
Tanto Brenda como Clara señalan una cuestión central: todos los tercerizados trabajaron en esas pésimas condiciones durante la pandemia, arriesgando su vida y la de sus familias, y exponiéndose al contagio. Forman parte de los 400.000 trabajadores del transporte que, a un año y medio de comenzada la pandemia, todavía no están incluidos en el plan de vacunación del gobierno. Junto al pase a planta permanente, éste es otro reclamo principal que vienen sosteniendo.
“Los trenes están explotados de gente. Por eso está bien pedir la vacunación”, dice Brenda. “A la empresa no le importa si sos factor de riesgo, tenés que venir igual, si fuiste contacto estrecho tenés que venir a trabajar porque si no esos días no te los pagan.La empresa no nos da los insumos para cuidarnos. Los primeros días de la cuarentena nos dieron un bidón de lavandina, alcohol en gel vencido. Nos hacen usar el barbijo de la empresa que tengo que lavar todos los días y con el invierno no se seca pero me lo tengo que poner igual. Si no lo usamos nos pueden amonestar. Es ilógico”, agrega.
Ferrocarril Roca. Este martes a las 16 h. La gente viajando como si fuera ganado, yendo o volviendo de trabajar. Pero el Gobierno y los grandes medios dicen que la suba de casos de #COVID19 es porqué la población "no se cuida". pic.twitter.com/PZeUoucxPS
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) April 6, 2021
Clara, por su parte, dice: “Nunca dejamos de trabajar en toda la pandemia. A veces nos sacan de una estación y nos mandan a otra porque no hay personal por los casos de enfermos pero no nos dan vacunas, que es una de las cosas que pedimos. Nadie se hace cargo, se pasan la pelota entre las empresas, y una está siempre ahí a la deriva, olvidada”. Aunque su puesto es de vigiladora, muchas veces hace otras tareas, como asistir a pasajeros, accionar si hay un problema en el andén, pedir boleto o el permiso con el código QR. Nada de eso es reconocido. Pero decide no quedarse de brazos cruzados. “Nosotros consideramos que hacemos un trabajo ferroviario obviamente. En el petitorio que mis compañeros hicieron pusieron las mejoras en la escala salarial, las condiciones, el pase a planta. Pasó en 2010 que pasaron varios de seguridad a planta, también haciendo la lucha de ir, hacerse escuchar, valer, hablar”, recuerda.
Está haciendo referencia a la lucha de los 3500 tercerizados del ferrocarril que lograron la efectivización, después de que la Unión Ferroviaria asesinara a Mariano Ferreyra, dejando claro que solo con la unión de los ferroviarios y sectores solidarios se puede terminar con la tercerización. Mientras miles caen en la miseria, y los salarios cada vez alcanzan menos, la pelea por el pase a planta, a once años de aquel proceso, vuelve a entrar en escena.
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“Todos los gobiernos dicen que va a bajar el índice de pobreza pero sube. Si no tenés trabajo estás esperando que el gobierno te de un plan. Yo preferiría que cree puestos de trabajo para quienes se quedaron sin ingresos para que puedan tener un sueldo mejor. Pero no lo hacen porque a ellos no les importa si la gente no tiene para comer, mientras ellos tengan plata en los bolsillos”, opina Brenda. “Somos partidarios de ir a reclamar, que nos escuchen, si hay que cortar Libertador se cortará. Nosotros somos como una piedrita de esas que están en el ferrocarril en la vía, somos eso, y si no levantamos la voz nadie nos va a escuchar. Nadie va a venir a tu casa a decirte ’¿te parece que pases a planta’? Nadie te va a venir a decir eso. Es el momento de plantar bandera y decir ‘estamos acá’’, afirma Clara.
La tercerización es un fraude laboral para privar a los trabajadores del convenio y los salarios que les corresponden. Es un escandaloso negociado que favorece a un puñado de empresarios que se benefician de estos contratos. Todo esto, avalado por el Estado que además de tercerizar a quienes deberían prestar servicios para Trenes Argentinos, sostiene este fraude con fondos públicos. Es el caso, por ejemplo, de MCM, que se queda con más de 23 millones de pesos al mes, mientras las y los trabajadores cobran sueldos que no llegan a la canasta básica. ¿Por qué se permite esta estafa?
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“Ellos se llenan los bolsillos con plata que es nuestra, por eso todos los meses hay descuentos fantasmas. Para mí la precarización no debería existir porque por más que no pertenezcamos a la empresa (NdR: Trenes Argentinos), también somos personas”, opina Brenda, y sentencia: “No porque seamos tercerizados nos tienen que despojar así”. Clara recuerda la muerte de un trabajador de Murata, empresa que estaba antes que Líderes en la vigilancia del San Martín. La empresa dijo que se había suicidado mientras estaba trabajando, sin embargo, esto fue desmentido por sus familiares y amigos. “La tercerización es una manera de desligar problemas si nosotros nos lastimamos, nos golpeamos, nos morimos como pasó con Martín Pino hace un par de años”.
En el marco de la pandemia la pelea contra la tercerización laboral toma mayor impulso y está planteado profundizar la coordinación junto a otros sectores que se encuentran en la misma situación. “Tenemos que estar todos porque todos vivimos las malas condiciones. En la anteúltima concentración había gente de EMA de Edesur, y está bueno porque somos todos tercerizados”, dicen. “Juntamos alimentos no perecederos para ellos porque los despidieron y un montón de familias se quedaron sin nada. Como ellos nos apoyan a nosotros, vamos a apoyarlos a ellos”.
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La situación que viven Brenda y Clara con respecto a la tercerización es también la que viven miles de mujeres y trabajadores en todo el país. Desde La Izquierda Diario venimos construyendo un medio desde abajo, independiente de los grandes empresarios y burócratas sindicales, para que sus reclamos tengan voz y puedan ser difundidos por otros trabajadores como una forma de solidarizarse. Para seguir apoyando y difundiendo la lucha de las y los tercerizados del ferrocarril y de quienes pelean por sus derechos, te invitamos a suscribirte a la Comunidad de La Izquierda Diario, único medio que muestra la realidad desde abajo.