Siguiendo el ejemplo del movimiento "Fight for $15", miles de británicos marcharon durante la semana por mejores condiciones laborales y contra los bajos sueldos que trae el encarecido costo de la vida.
Sábado 6 de octubre de 2018
Una gran cantidad de huelgas apoyadas por miles de trabajadores se han realizado estos días en Reino Unido en más de diez ciudades del país. Durante la semana, empleados principalmente de las empresas JD Wetherspoon, McDonalds, TGI Fridays y Uber Eats marcharon coordinadamente contra la feroz explotación que sufren en sus puestos de trabajo.
Los focos de la movilización fueron puestos en el derecho a la representación sindical y por un sueldo mínimo de 10 libras por hora más propinas. El costo de la vida es fruto de innumerables dificultades, considerando que el salario mínimo bruto bordea las 1250 libras y el alquiler de una vivienda con una habitación es en promedio de 1100 libras mensuales.
El impulso que motivó a los manifestantes fue la experiencia del movimiento "Fight for $15" en Estados Unidos que desde 2012 iniciaron históricas jornadas de lucha en medio de la urbe neoyorkina y hoy se ha extendido en todos los continentes por más de 300 ciudades.
El rubro de la comida rápida, hostelería y delivery a nivel mundial es un nido de trabajo precario donde se emplean principalmente a jóvenes, con gestos de "responsabilidad social empresarial" llenos de hipocresía últimamente que -en el mejor de los casos- contratan a personas de tercera edad con pensiones miserables para complementar sus ingresos.
Por otro lado, el boom por el comercio de servicios de "emprendedores cuentapropistas" a través de aplicaciones móviles de rápido acceso, avanza junto a la sombra de condiciones laborales nefastas y un nada alentador futuro para quien padece la proximidad de su jubilación.
Ante esta situación internacional surge también la desesperanza que causan la baja tasa de sindicalización entre trabajadores británicos como herencia de las políticas neoliberales de Margaret Thatcher, que hoy, según The Guardian, llegan al extremo de ser menos del 25%, distanciados de los números que se registraban en 1979 cuando más de la mitad era miembro de estas asociaciones.
En el caso de los trabajadores de menos de 25 años solo un 8% está afiliado, lo que es alarmante, ya que después de la crisis de 2008 bajó un 16% sueldo de los empleados de entre 18 a 21 años, de acuerdo a la Encuesta Anual de Horas y Ganancias (ASHE, en inglés).
Es por ello, que principalmente, este jueves en Brighton, Cardiff, Glasgow, Londres, Newcastle, Aberystwyth, Birmingham, Bradford, Manchester, Southampton, Sheffield, Swansea, Plymouth, Wrexham, Edinburgh, entre otras localidades, levantaron la voz quienes a diario son relegados a sobrevivir en un país escéptico al "fin de la austeridad" anunciado por Theresa May, cuyas políticas han tenido magros efectos en la población, como lo expresa la Food Foundation en uno de sus últimos estudios, donde indica que el 50% de los niños británicos permanece en la pobreza.
La consecuente consolidación de la precarización requiere no solo cambios cosméticos. La continuidad y el triunfo de estas luchas puede suceder únicamente unificando a escala nacional las luchas de las y los oprimidos; y necesariamente en el marco de cambios internacionales, pues la explotación laboral se funda en el actual sistema económico, por lo cual, se hace urgente la oposición anticapitalista internacional ante la inhumanidad empresarial de transnacionales que han encontrado en las nuevas tecnologías una fuente de saqueo de la producción de millones.
Patricio Araneda
Economía.