En el día de ayer más de 300 trabajadores municipales fueron recibidos a golpes en la puerta de la sede del sindicato municipal.
Jueves 5 de noviembre de 2020 18:06
Este miércoles 4, más de 300 trabajadores municipales realizaron un acto frente a la Municipalidad de La Matanza para expresar su descontento con el acta acuerdo firmado entre Espinoza y el Sindicato de Municipales y una mayoría de delegados afines, a espalda de los trabajadores. Participaron diferentes delegaciones municipales: hospitales como el de Niños de San Justo, el Materno infantil Dra. Teresa Germani de Laferrere, el Dr. Equiza de González Catan, del Policlínico de San Justo; también unidades sanitarias como Dr Giovinazzo de Casanova y jardines municipales, entre otros.
De allí se dirigieron a la sede del Sindicato Municipales de La Matanza para entregar una nota que expresaba ese malestar con el acuerdo. Minutos después fueron “recibidos” por un grupo de patoteros del sindicato que, en medio de la calle, comenzaron a pegarle a las mujeres, una de ellas recién operada, empujando a su hija que la defendía de los ataques y a todes les que estaban manifestándose en contra de la entregada del sindicato. Custodiados por una columna de la policía bonaerense, mandada por el intendente Fernando Espinoza.
Como dijo una trabajadora de la salud: “Nos mandan a reprimir en lugar de defendernos, más que dirigentes sindicales son funcionarios del Municipio; ellos deberían irse no nosotros, están ahí porque nosotros los votamos, el sindicato es nuestra casa, no la de ellos”. “Nosotros los pusimos, nosotros los tenemos que sacar”, se escuchaba entre los trabajadores sumamente indignados por lo que estaba pasando.
Después de más de 20 minutos de agresiones contra los trabajadores y a pesar de la resistencia que mostraron los municipales por no querer irse de ahí y pelear por sus condiciones de trabajo y contra las traiciones de esta casta burocrática, patotera, que nada tiene que ver con los trabajadores, se retiraron hacia la plaza donde realizaron una asamblea para evaluar cómo seguir la pelea.
Luego de más de 18 meses sin ningún aumento salarial y en medio de esta pandemia que multiplica el trabajo, por ejemplo, en salud, los trabajadores municipales vienen protagonizando diferentes acciones como asambleas, marchas, actos, caravanas.
Impusieron un paro, que surge de la asamblea del 18 de Septiembre, y que fue desactivado por la conciliación obligatoria que dicta la Secretaria de Trabajo y que el Sindicato acepta.
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El acta acuerdo, que es repudiado por los trabajadores, y que el Sindicato y los delegados afines, se "apresuraron" a cerrar, para apagar las llamas de una de tantas crisis, en el municipio de Espinoza, otorga un 25% de aumento sobre un básico que no supera los 16 mil pesos. Dos bonificaciones a determinadas categorías, bajas e intermedias.
Una serie de promesas sobre el pase a planta permanente: hay trabajadores con más de 10 años de antigüedad, precarizados y con contratos que se van renovando eternamente. Además un convenio único para les trabajadores municipales que contempla escalafones y aumentos de categoría.
Estas condiciones de aumento y bonos no fueron cumplidas por el Municipio. Al día de cobro, los trabajadores se enteran que no todos cobran los bonos, ya que no son remunerativos, con lo cual gran parte del personal compuesto por trabajadores contratados y trabajadores municipales jubilados no lo cobran. Frente a esto inventan una ayuda alimentaria, que tampoco fue para todos.
En La Matanza sólo hay precarización, malas condiciones de trabajo, engaños por parte del gremio y del intendente, y como si fuera poco, ahora patotas que sólo se encargan de golpear a los trabajadores.
La ley 14656, conquistada por los trabajadores hace años, contempla que el período de contrato es de no más de 6 meses; a su vez, insta a convenio de trabajo y planta permanente, que tampoco se cumple. El gobierno, que se llena la boca apelando a la justicia en los desalojos como en Guernica, no se muestra incómodo ante estas ilegalidades. Queda demostrado que no están del lado de los trabajadores.
Un acuerdo apurado, apretado y en contra de la amplia mayoría de los trabajadores que no fue refrendado en la base, precisamente para evitar el fracaso, es a lo que se jugó Espinoza junto la dirección del sindicato, para que no se expresara en la calle este descontento, sobre todo en medio de una Matanza en crisis, golpeada por la desocupación profundizada en esta cuarentena. En pos de impedir la unidad de diferentes sectores que salen a reclamar por sus demandas.
La Izquierda Diario habló con varios de ellos y trabajadores del Hospital de Niños nos decían “Estamos indignados porque venimos de más de 18 meses sin aumento, en el Hospital no se votó a favor del acuerdo, pero así y todo, tampoco se cumplió como está en el acta"; “Nosotros los contratados no cobramos las bonificaciones, nos cansamos de esperar…”. Otra trabajadora denunciaba “Nosotros venimos hace 20 meses con un básico de $15.700 y se nos prometió un aumento de 25, imagínate ese aumento con ese básico de miseria, no supera los 18 mil, aún si hubieran cumplido con el acuerdo ese, que aceptó el sindicato traicionando" y agregaba “Nosotros lo que queremos es ir al paro. No llegamos ni a la mitad de la canasta básica. Encima con la pandemia de por medio que ni siquiera podemos tomarnos las vacaciones, luego de trabajar a full cubriendo a compañeros que dieron de baja por ser de riesgo y que nunca reemplazaron”. Y finalizaban “la respuesta del Sindicato, ¿cuál es? Mandar patotas a pegarnos en lugar de venir a dar la cara”
Trabajadores del Centro Dr Giovinazzo, plantearon “Estamos en desacuerdo con el aumento que nos dieron. Un acuerdo que se firma a espalda de los trabajadores y luego de haber levantado el paro por aceptar la conciliación obligatoria. Nosotros hicimos asamblea en el Centro y le reclamamos al delegado haber aceptado sin consultarnos, por eso estamos acá para demostrar nuestro profundo malestar”.
También, trabajadoras de Jardines municipales manifestaron “la mayoría en educación municipal somos compañeros contratadas de años, que no cobramos las bonificaciones, ni la ayuda alimentaria. Somos blancos de maltrato laboral por parte de Espinoza. Fuimos amenazados de ser despedidos si hoy veníamos a reclamar." Y finalizaba una de las trabajadoras “tengo más de 10 años de antigüedad y sigo siendo contratada con un sueldo de 21 mil pesos”.
Estos largos meses fueron testigos de la gran cantidad de trabajadores precarizados, informales y desocupados, que se vieron obligados a resolver sus penurias de forma directa, tomando tierras en desuso, abandonadas o que son utilizadas como depósito de chatarra. Frente a una crisis de vivienda en el Conurbano, que tan sólo en La Matanza, presenta la realidad de 220 mil personas viviendo en asentamientos precarios.
Así es el caso del Barrio Los Ceibos, en González Catán, donde cientos de familias ocuparon un complejo de viviendas que se encuentra abandonado hace una década. En Rafael Castillo, en un predio abandonado a orillas de un basural, familias levantaron casitas que son quemadas una y otra vez por la policía sin ninguna orden judicial.
El municipio más poblado del país es reflejo de una pobreza que, según el INDEC, trepa al 47.5% y con una indigencia que supera el 10% en el Conurbano. En la Provincia de Buenos Aires es donde se concentra casi la mitad del PBI nacional. Y a pesar de recibir partidas nacionales y alta recaudación municipal no han aumentado el mísero salario municipal.
Han invertido principalmente en represión. Llevando adelante un "Plan Integral de Seguridad” con $1.518.891 millones de pesos, que representa la mayor partida de nación para este distrito de la provincia, seguida por Lomas de Zamora. Para la adquisición de nuevos móviles policiales, chalecos antibalas, cámaras de seguridad, tecnología y analítica aplicada, punto seguro con botón antipánico, entre otros, según afirma Almafuerte noticias.
Unificar los diferentes reclamos y redoblar la movilización es el camino para imponer las demandas de los trabajadores y los sectores populares para que no sigan pagando la crisis que generan los capitalistas.