Esta mañana se dio a conocer la lamentable noticia por la muerte de Sebastián Méndez Castro de 32 años, quien fue atropellado por un equipo manipulador telescópico en Chuquicamata Subterránea. Hasta ahora no se han dado a conocer responsables, la situación está en investigación para saber lo sucedido. Los reales responsables son CODELCO, el Consorcio Ossa Pizzarotti y el subcontrato. Los únicos que pueden responder realmente a los problemas de la seguridad y los accidentes fatales somos las y los trabajadores impulsando Comités de Seguridad e Higiene bajo nuestro control junto a profesionales.
Miércoles 20 de julio de 2022
Este miércoles, Sebastián Méndez, trabajador y mantenedor eléctrico perteneciente al Consorcio Ossa Pizzarotti, que operaba en la mina de Chuquicamata Subterránea de CODELCO, murió atropellado por un equipo manipulador telescópico mientras realizaba trabajos de mantención en el túnel 15 de inyección del proyecto subterráneo.
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Por su parte, CODELCO aparte de expresar las condolencias, hizo un llamado a potenciar la seguridad como un valor esencial, como disponer de lo necesario para una investigación transparente y expedita, buscando implementar medidas urgentes para asegurar los estándares operacionales.
Esto también por lo sucedido hace 10 días en el Proyecto Rajo Inca de El Salvador de la misma compañía, donde un accidente fatal cobró la vida de otro trabajador contratista del Consorcio Belaz Movitec.
El subcontrato mata
El subcontrato no es sólo una política de las empresas para precarizar las condiciones en términos de salario para las y los trabajadores, como hemos escrito anteriormente, el subcontrato precariza también las condiciones de trabajo. Y es que este, al permitir a las empresas mandantes tercerizar costos, se desentiende de las condiciones laborales, salariales y de seguridad de las y los trabajadores, más allá de los protocolos formales que exigen las mandantes. Esto además, causa una división en la fuerza de los trabajadores al ser divididos por centenas de empresas contratistas en un mismo lugar de trabajo y así debilitar cualquier intento de organización que supere a las empresas individualmente, por lo que el subcontrato tiene un objetivo que a la vez es político que es atomizar la unión y organización de las y los trabajadores.
Más allá de las exigencias que hace CODELCO en sus comunicados de cumplir con los estándares de seguridad, es igual de responsable que el Consorcio Ossa Pizzarotti de la muerte de Sebastián Méndez, y es que el subcontrato como amortiguador de costos que no sólo implica la operación, sino también la seguridad, es la herramienta que ocupa CODELCO como otras miles de empresas, para tercerizar responsabilidades en todo el espectro que involucra las condiciones de la clase obrera en sus lugares de trabajo.
Pero, si ni las mandantes ni las empresas contratistas se hacen cargo menos responsable de las condiciones en las cuales trabajamos, donde como en este lamentable caso llega al punto de la muerte ¿quiénes pueden resguardar y tomar todas las medidas para la integridad de las y los trabajadores?
La necesidad de los Comités de Seguridad e Higiene bajo control de las y los trabajadores
Como dijimos anteriormente, mientras se trate de costos los empresarios siempre estarán dispuestos a implementar políticas operacionales y de ritmos de trabajo que no atenten contra sus ganancias, con ello poniendo por debajo incluso nuestras vidas.
Las muertes obreras no son una casualidad, menos bajo la lógica de la producción 24/7 que vemos en sectores de la minería, la industrias, puertos, forestales, transportes, entre otros. Y es que la organización del trabajo bajo las manos ambiciosas de los empresarios, donde para estos somos parte de sus costos o números más que pueden afectar más o menos sus ganancias, nuestras vidas pasan a ocupar ese mismo lugar.
Aún no hay claridad de lo sucedido con Sebastián Méndez en Chuquicamata Subterránea, pero ¿qué tiene que hacer en movimiento un equipo cuando hay una mantención de por medio?
Lo más lógico de haber mantención, es que el resto de las operaciones tendrían que haber estado parados en el túnel 15 para poder ser realizada, eso bajo la lógica de quienes trabajamos y arriesgamos nuestras vidas, pero bajo la lógica de la producción capitalista para unos minutos puede ser poco benéfico para mantener los ritmos de ganancias, y bajo este alero es que se aplican también las medidas de seguridad, protocolos, equipos de protección y procedimientos.
Es por ello, que no podemos confiar en los empresarios ni sus procedimientos que determinan las políticas de seguridad, sino que debemos ser nosotros las y los trabajadores quienes organicemos cuáles son las condiciones en las que se debería producir y en las que no. Si somos nosotros quienes estamos expuestos a centenas de riesgos dentro de las operaciones, deberíamos ser nosotros quiénes organicemos cuál es la mejor forma y condición de hacer cualquier trabajo.
Las y los trabajadores, debemos exigir en todos nuestros lugares de trabajo a los sindicatos la necesidad fundamental de impulsar Comisiones de Seguridad e Higiene organizadas por los propios trabajadores junto a profesionales de la salud en todo tipo de materias incluso ergonómicas, para determinar cuáles son las condiciones óptimas para producir, operar o mantener, no se puede quedar sólo en las declaraciones como lo hizo la Federación de Trabajadores del Cobre, hay que tomar medidas reales. Comisiones que midan realmente si los ritmos de producción impuesta por los empresarios son o no riesgosas para todas las aristas de la salud física y mental para cada uno de las y los trabajadores, no podemos seguir permitiendo que nuestras vidas dependan de la ambición de un grupo de empresarios, las y los trabajadores no somos números más ni menos de las ganancias y costos de los capitalistas, tenemos que organizar Comisiones de Seguridad e Higiene bajo nuestro control así como también a apuntar a terminar con el subcontrato que precariza hasta el punto de quitar la vida, porque nuestras vidas valen más que las ganancias de los empresarios.